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Claves de la sacudida de la china DeepSeek en Bolsa: cómo repercute en el mercado y por qué castiga así a la estadounidense Nvidia

Su éxito genera dudas sobre el modelo de fuertes inversiones en IA de las grandes tecnológicas pese a no lograr resultados. Estas empresas han sido el principal catalizador de las ganancias de la renta variable en los dos últimos años

Aplicación de Deepseek en un teléfono móvilFoto: LISELOTTE SABROE | Vídeo: EPV
Laura Salces

El férreo optimismo de los mercados en este arranque de 2025 se ha visto sacudido por un factor con el que nadie, o casi nadie, contaba. La irrupción de la startup china de inteligencia artificial DeepSeek ha provocado este lunes un seísmo bursátil, que puede hacer tambalear los cimientos de la fuerte subida acumulada por la renta variable desde 2023: el furor por la inteligencia artificial (IA), erigido como el gran catalizador de la economía. El próximo Internet, destinado a cambiar la sociedad y, de paso, impulsar la productividad de las empresas y sus cuentas de resultados (Goldman Sachs calculaba una mejora del 1,5% en el beneficio por acción en las empresas del S&P 500). Un optimismo del que ningún inversor podía quedar fuera, pero que solamente cristalizó en las valoraciones de un puñado de compañías: los gigantes tecnológicos con bolsillos tan nutridos como para destinar ingentes cantidades de inversión al desarrollo de modelos de IA y las empresas que diseñan, fabrican y ensamblan los chips, capitaneadas por la estadounidense Nvidia.

La capacidad de DeepSeek de lanzar una app gratuita y con código abierto que compite de tú a tú con la de OpenAI, ChatGPT, pero con una inversión muchísimo más reducida cambia por completo la narrativa oficial del mercado, que identificaba la apuesta por la IA con una cuestión de escala y fuerza bruta: inversiones astronómicas para procesar cantidades masivas de datos. Los resultados ya llegarían. ¿Es DeepSeek el cisne negro de los mercados este año? Aún es pronto, pero su lanzamiento ha provocado que la capitalización bursátil de Nvidia, la hasta ahora mayor empresa del mundo, viera esfumarse 589.000 millones de dólares en una sola sesión, y que los números rojos se extendieran por todas las Bolsas del mundo, afectando a empresas de distinto pelaje.

Inversión sin límites de las grandes tecnológicas. El año pasado, las inversiones ligadas a la infraestructura de IA, que incluyen infraestructuras, computación en la nube y chips superaron los 250.000 millones de euros y la carrera para este año ha sido aún mayor: Microsoft ha anunciado inversiones de 76.000 millones, Meta prevé destinar otros 62.000 y Amazon y Google, 42.000 y 24.000 millones cada uno. A ellos se ha sumado la alianza formada por OpenAI, Oracle y Softbank para invertir hasta 500.000 millones de dólares en IA (475.000 millones de euros), que ha sido apadrinada por el nuevo presidente de EE UU, Donald Trump, y que este año pondrá sobre la mesa una quinta parte del total. Y es solo el comienzo, BlackRock espera que a largo plazo la inversión se sitúe por encima del billón de dólares. Frente a todo ello, DeepSeek ha entrenado su modelo en dos meses por menos de seis millones de dólares.

Desde Janus Henderson, Oliver Blackbourn, incide en que “la aparición de un enfoque potencialmente más eficiente del procesamiento de la IA cuestiona la necesidad de los miles de millones de dólares de inversión previstos en infraestructura y propiedad intelectual”. El éxito de DeepSeek cambia el paradigma de los últimos años, basado en gigantescas inversiones realizadas por las tecnológicas para mantener bajo su control el avance de la inteligencia artificial (y, en un futuro, recoger los frutos de estas inversiones). Estos gigantes tienen ahora ante sí un arma de doble filo: la apuesta por la IA puede ser más barata, pero por este mismo motivo les será más difícil mantener el dominio del mercado.

El fenómeno Nvidia. Si una empresa ha sabido sacar partido al boom por la IA ha sido Nvidia. Los chips diseñados por la compañía, inicialmente destinados a tarjetas gráficas para usuarios de videojuegos (y por ello preparados para realizar muchas tareas en paralelo), resultaron ideales para entrenar los modelos de inteligencia artificial. Así, se ha convertido en un socio imprescindible para las grandes tecnológicas: Moody’s calcula que el año pasado las unidades de procesamiento de alto rendimiento (GPU) de Nvidia fueron utilizadas 11 veces más que los chips de competidores como Intel o Advanced Micro. La empresa pasó de cotizar a menos de 15 dólares por acción a principios de 2023 a rozar los 150 dólares y convertirse en la empresa con mayor capitalización de todo el mundo, superando por momentos a Apple o Microsoft, impulsada por una cartera de pedidos infinita. Si cerró 2022 con ingresos de 26.000 millones de dólares, los analistas prevén que acabe 2024 con 60.000 millones, para rozar los 200.000 en 2026. Con estas perspectivas, las firmas de análisis no han parado de incrementar su potencial de revalorización, pese a que trimestre a trimestre se han ido mostrando más exigentes a la hora de analizar sus cuentas. Según el calendario previsto, el próximo 26 de febrero la empresa dará a conocer sus próximos resultados.

Fabricantes de chips a la carrera. La apuesta por Nvidia no ha sido única entre los inversores y el resto de fabricantes de chips y equipos informáticos han logrado sacar partido de la euforia por la inteligencia artificial. Supermicro acumula una revalorización del 300% desde 2023 —aunque llegó a subir hasta un 1.300%—, mientras que AMD se anota un alza del 92% y Broadcom suma un 340%. Otros como Intel no han logrado sumarse a esta fiebre: la empresa se deja un 54% en Bolsa en los últimos 12 meses.

El gran impulsor de las Bolsas. ChatGPT se lanzó en noviembre de 2022. Desde este momento, la apuesta por la inteligencia artificial ha sido el principal catalizador de la Bolsa estadounidense y, por efecto contagio, del resto de plazas. En los dos últimos años el S&P 500 se revaloriza cerca del 60% gracias al desenfreno registrado por los siete magníficos, siete empresas de perfil tecnológico —Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta y Tesla—, todas con apuestas por la inteligencia artificial y que han disparado su peso en el índice hasta suponer un 34% del total. En 2024, estos siete valores fueron los responsables de la mitad de la subida del principal índice de Wall Street, es decir, aportaron tanto como los otros 495 valores juntos.

Este comportamiento ha disparado sus valoraciones (el precio que se paga por las acciones con relación al dinero que ganan las empresas). Pese a ello, la renta variable estadounidense sigue siendo la gran apuesta de los gestores para este año. Oliver Blackbourn, gestor de carteras de Janus Henderson, comenta que “si empezamos a ver que las valoraciones de las acciones estadounidenses caen significativamente, existe el peligro de que esto se propague a otras áreas de alta valoración en Europa y Asia”. Su potencial efecto bola de nieve va más allá: “Con los consumidores estadounidenses más expuestos que nunca a los mercados bursátiles, existe el peligro de que se produzcan bucles de retroalimentación negativos más amplios si se produce una pérdida de confianza de los consumidores. Una caída significativa de los indicadores de las condiciones financieras debido a las pérdidas del mercado bursátil podría cambiar las perspectivas de la Reserva Federal con bastante rapidez”, reconoce el gestor.

¿Cómo va a impactar el éxito de DeepSeek en el sector? Desde Jefferies creen que sus competidores podrían acometer dos estrategias: seguir buscando más potencia de cálculo para acelerar aún más la mejora de los modelos y centrarse en la eficiencia y el retorno de la inversión, lo que supondría una menor demanda de potencia informática a partir de 2026. “Los directivos de las empresas estadounidenses de IA podrían verse sometidos a una mayor presión para justificar un mayor aumento del gasto en inversiones en IA en 2026″, añaden.

Moody’s reconocía recientemente: “La experiencia en IA permanecerá principalmente en manos de unos pocos actores dominantes. La enorme infraestructura de los gigantes tecnológicos, su integración vertical y su poder financiero para el mercado de la IA, al tiempo que crean barreras para los competidores más pequeños y los laboratorios independientes”. Pero si se demuestra que una startup puede alcanzar un éxito similar al de OpenAI con mucha menos inversión, las predicciones darán un giro de 180 grados. Como comentan desde Jefferies, es el momento de “reevaluar las necesidades de potencia informática, podría hacer que en 2026 disminuyera (o no aumentara) el gasto en IA”.

Un nuevo frente de batalla entre EE UU y China. Con Europa casi fuera de combate por incomparecencia (solo compite a través de la francesa Mistral), la carrera por liderar la inteligencia artificial se juega entre el eje Silicon Valley-Washington y Pekín. Ambos países, reconoce Moody’s “consideran la IA como un activo estratégico e invierten grandes sumas en investigación, infraestructuras y adquisición de talentos para asegurarse el dominio tecnológico”. Tanto es así que Estados Unidos prohibió la exportación de chips avanzados y de equipos de fabricación de chips a China. Una decisión que, comenta la agencia de calificación de riesgos, “al reducir la oferta mundial y la demanda, las prohibiciones han llevado a las empresas a explorar soluciones rentables de IA, como modelos más pequeños y optimizados para reducir la dependencia del costoso hardware. En China, el modelo V3 de DeepSeek se entrenó utilizando sorprendentemente un hardware más pequeño, lo que demuestra que un mejor software puede superar a un mejor hardware”.

¿Estrategia china? El lanzamiento de DeepSeek R1, la versión dada a conocer por DeepSeek en los últimos días, no llega solo. En pocas semanas han llegado al mercado otros dos proyectos de inteligencia artificial lanzados por empresas chinas: Bytedance’s Doubao-1.5 Pro y Moonshot’s Kimi k1.5 y todos ellos ofrecen un rendimiento similar al de sus pares pero con un coste de cálculo muy inferior. Desde Jefferies destacan que la limitación de chips que sufre China les ha llevado a perseguir la eficiencia, de ahí que crean que a partir de ahora Trump podría “relajar la política de difusión de la IA” para facilitar el trabajo a las firmas estadounidenses.

Sobre la firma

Laura Salces
Es jefa de sección de Mercados/Inversión de Cinco Días, donde ha ejercido la mayor parte de su trayectoria profesional. Entre 2017 y 2020 coordinó también la sección de Economía y previamente estuvo especializada en empresas turísticas.
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