BlackRock cierra 2024 con un récord de entrada neta de fondos
La mayor gestora de activos del planeta alcanza los 11,6 billones de dólares bajo gestión y gana un 16% más en el año
La mayor gestora de fondos del planeta, BlackRock, logró finalizar el año pasado con unos activos bajo gestión de 11,6 billones de dólares, gracias a registrar unas entradas netas récord de 641.000 millones, de las que 281.000 millones se registraron en el cuarto trimestre. Unas entradas netas de flujos, de las que 385.000 millones de dólares fueron a parar a renta variable estadounidense, mientras que los fondos cotizados (ETF) captaron otros 390.000 millones.
BlackRock registró un beneficio neto de 6.369 millones de dólares (6.183 millones de euros al cambio) en 2024, un 15,76% más que el año anterior, gracias a unos ingresos en el conjunto del año ascendieron a 20.410 millones de dólares, un 14% más, impulsado por el impacto positivo de los mercados, el crecimiento de las comisiones, los ingresos generados por la compra de GIP, así como por las mayores comisiones de éxito y los ingresos por servicios tecnológicos. Solo en el cuarto trimestre del año, sus beneficios netos crecieron un 21%, hasta los 1.670 millones de dólares, mientras que los ingresos avanzaron un 22,6% hasta alcanzar los 5.677 millones de dólares.
El presidente y consejero delegado de BlackRock, Laurence D. Fink, ha asegurado que “nuestro crecimiento orgánico récord y nuestros resultados financieros aún no reflejan la totalidad de la integración o las adquisiciones pendientes de los negocios de alto crecimiento de GIP, HPS y Preqin”. De ahí que haya apuntado que la gestora entra en 2025 “con más crecimiento y potencial alcista que nunca”. “Esto es solo el comienzo”, avanzó.
De los activos netos captados por los ETF de BlackRock el año pasado a través de la enseña iShares, el nombre comercial que utilizan para sus fondos cotizados indexados, un total de 41.000 millones de dólares fueron a parar a fondos cotizados de activos digitales tras la aprobación de los ETF sobre bitcoin en 2024.
De cara a este año, Fink cree que será un ejercicio con un “entorno de inversión dinámico. A medida que se desarrollen las políticas y las cuestiones económicas, el factor más importante será el contexto de crecimiento. Las megafuerzas como la inteligencia artificial, la evolución continua en la financiación de la deuda y la transición a una economía con bajas emisiones de carbono están transformando las economías con trayectorias de crecimiento a largo plazo”, ha asegurado. El ejecutivo ha añadido además que “la relación entre acciones y bonos está bajo una presión cada vez mayor, lo que hace que la construcción de carteras resilientes sea más crítica que nunca”.