La caída del Gobierno no asusta a los mercados franceses: sube la Bolsa y baja la prima de riesgo
Calma entre los inversores a pesar del endiablado escenario político y presupuestario: el diferencial con Alemania baja al menor nivel en tres semanas y la bacna sube con fuerza
Los mercados han reaccionado a la noticia que esperaban, y temían, desde hace días con una calma insospechada. Francia se ha quedado sin Gobierno y sin apenas margen para elaborar unos presupuestos que devuelvan la confianza al mercado. Por 246 votos en contra y 331 a favor, la extrema derecha y el bloque de izquierdas unieron fuerzas a última hora de la tarde del miércoles para derrocar al primer ministro, Michel Barnier, en la primera moción exitosa desde 1962. El resultado de la votación se conoció con el mercado de deuda y las Bolsas cerradas, pero la reacción es, de momento, escasa, por más que la decisión suponga una nueva vía de agua en la UE. El euro, que ya cotizaba con pocos cambios nada más conocerse la noticia, subió ayer un 0,56% hasta los 1,057 dólares. En la Bolsa, el índice CAC, referencia en París, subió un 0,37% tras haber abierto con un leve descenso. Entre los mejores valores del día, además, del sector de automóviles, se contaban los bancos, muy castigados en las últimas sesiones y que marcaron alzas como el 4,3% de Société Générale o el 2,6% de BNP Paribas.
Parte del alivio respondió a las declaraciones de Marine Le Pen, líder de la extrema derecha de Reagrupamiento Nacional. En una entrevista con Bloomberg TV que se podría presentar un presupuesto en “cuestión de semanas”, siempre que el próximo primer ministro esté dispuesto a aceptar una reducción más lenta del déficit. Así, La principal referencia del riesgo a ojos del mercado, el diferencial de la deuda francesa con la alemana, se relajó por su parte hasta los 78 puntos básicos, sobre los 84 de ayer y al nivel más bajo en dos semanas.
El de Barnier pasará a la historia como el Gobierno más corto de la V República, pero el mercado ya contaba con ello. El euro, de hecho, ya ha pagado su peaje, y cotiza cerca de los mínimos de dos años y no muy lejos de la paridad, castigado desde julio por una tormenta perfecta: inestabilidad política en Francia (y también en Alemania), debilidad económica en la zona euro y la perspectiva de nuevos aranceles cuando Donald Trump tome posesión. Francia regresa a la casilla de salida, y Emmanuel Macron deberá nombrar un nuevo primer ministro; mientras tanto, el Ejecutivo actual seguirá en funciones. Pero el presidente tendrá el mismo problema que el julio; una Asamblea Nacional donde no tiene la mayoría. Así, y pese a las declaraciones de Le Pen, los analistas siguen viendo poco probable la aprobación de un presupuesto. “Suponiendo que el presupuesto de 2024 se prorrogue hay varias consideraciones”, indica UBS. “Por una parte, las medidas restrictivas incluidas en el proyecto de presupuesto Barnier (como el aumento del impuesto de sociedades o de los impuestos sobre las rentas altas) no entrarían en vigor, lo que implicaría una menor consolidación. Por otro lado, en un presupuesto prorrogado, los impuestos y las prestaciones podrían no ajustarse a la inflación, como suele ocurrir a principios de año. Nuestro escenario de referencia es que tales efectos de indexación serían sólo temporales, ya que un posible nuevo gobierno acabaría aprobando un nuevo presupuesto durante 2025″.
Desde Allianz GI apuntan que la prórroga “podría agravar aún más el déficit presupuestario del país. Inicialmente previsto en el 4,4% del PIB para 2024, fue revisado posteriormente al 5,1% y al 5,6%, y ahora se espera que supere el 6%. Dado que el gobierno prevé un crecimiento superior al 1% en 2025, cualquier riesgo de incumplir este objetivo podría aumentar el déficit, lo que resultaría en un mayor deterioro de la relación deuda/PIB, superando el objetivo inicial del 114,9%”. La firma de seguros cita al propio Barnier, en su comparecencia en la Asamblea: “La deuda francesa no desaparecerá con una votación”. La entidad espera una mayor volatilidad en los mercados y un diferencial en torno a los 80 o 100 puntos básicos, consistente con una posible rebaja de la calificación crediticia de Francia a una A simple.