Cinco claves para el inversor ante la jornada electoral en Estados Unidos

El resultado previsiblemente tardará en conocerse ante un recuento que será muy reñido. El mercado se prepara para días de elevada volatilidad y da por ganador a Trump pero también teme los efectos de un barrido republicano

Emplazamiento para el voto anticipado en Nueva York, el 26 de octubre de 2024.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)

Los inversores siempre aguardan con nerviosismo la celebración de las elecciones presidenciales en EE UU y pasan los días posteriores aún con cierto sobresalto en el cuerpo. La cita electoral del 5 de noviembre tiene una dimensión política planetaria indiscutible y es además un evento de mercado de primera magnitud, aunque por lo general con efectos a muy corto plazo y que no llegan a modificar el rumbo del mercado de ese momento. George W. Bush sufrió en su primer mandato el pinchazo de la burbuja puntocom y Barak Obama comenzó su primera legislatura bajo los estragos de la quiebra de Lehman Brothers. En esta ocasión, el S&P cotiza incansable en zona de máximos sin dar apenas muestras de fatiga y mientras Wall Street anticipa en estas últimas sesiones una victoria de Trump. Un resultado que en principio sería bien recibido por la Bolsa, sobre todo si no hay un barrido republicano, aunque no así por los bonos. En todo caso, y como demostraron pasadas elecciones, sondeos y apuestas pueden quedar en nada. Lo único cierto para los próximos días es que serán de alto voltaje.

Un resultado imprevisible

Las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos van a ser las más reñidas de los últimos años. Las más disputadas en los últimos 50, según Citi. Trump llega con una ligera ventaja y el barrido republicano, con este partido controlando las Cámaras además de la Casa Blanca, es uno de los escenarios a los que se da más opciones. El otro, casi con las mismas probabilidades, es el de un triunfo de Kamala Harris con un Congreso dividido, en el que los republicanos tendrían el control del Senado y la capacidad por tanto de bloquear las iniciativas legislativas de la Cámara de Representantes.

François Rimeu, estratega senior de Crédit Mutuel AM, prefiere no sumarse a la tesis más extendida entre los inversores de una presidencia republicana.Nos parece demasiado pronto para tener certezas. La diferencia entre los dos candidatos en los estados indecisos sigue siendo muy pequeña. Todos los estados parecen estar a favor de Donald Trump, pero con un margen de error de sólo unos pocos puntos porcentuales”, explica. Y recuerda que las elecciones pasadas invitan a confiar poco en las encuestas. Así, en 2020, Joe Biden llevaba 12 puntos de ventaja a nivel nacional (55% frente a 43%) y solo acabó con 4 puntos de diferencia. En 2016, Hilary Clinton parecía tener un margen de 4-5 puntos de ventaja y si bien finalmente ganó el voto popular, por sólo 2 puntos, perdió las elecciones.

El resultado se va a decidir en un puñado de estados y es previsible que no se conozca de forma definitiva en la jornada del 5 de noviembre. Tal incertidumbre hará más probable que crezca la volatilidad en el mercado. “El escenario más negativo para los mercados sería el de un resultado tan reñido como para ser impugnado, desencadenando posibles problemas”, señala Yves Bonzon, director de inversiones de Julius Baer.

Lecciones para quien intenta anticiparse

Frente al aparente consenso sobre una victoria de Trump, en Crédit Mutuel remiten a lo que también avanzan algunos indicadores de mercado y que darían un triunfo para Harris. Uno de ellos es el S&P 500, que registra una subida del 5% entre los meses de julio y octubre. “Desde 1980, cuando el S&P sube de finales de julio a finales de octubre, gana el partido saliente”, señala Rimeu. Otro es el denominado índice de Miseria, que se calcula combinando la tasa de desempleo y la de inflación y que ha descendido con el mandato de Joe Biden. Desde 1980, siembre que retrocede ese índice gana el partido saliente. Es decir, el demócrata.

En Pimco insisten en cambio en que el comportamiento de los bonos y las acciones durante el mes previo a las elecciones no es un buen indicador de lo que sucede después. En el 50% de los casos, según lo observado entre 1992 y 2020, los mercados retrocedieron. Sin embargo, la reacción del mercado un día o incluso una semana después de las elecciones fue un indicador algo más fiable de los rendimientos cosechados al cabo de un año. “Los rendimientos de los bonos tendieron a retroceder con respecto a la reacción de un día alrededor del 60% de las veces, y los rendimientos de las acciones tuvieron un signo similar en los horizontes temporales de una semana y un año alrededor del 75% de las veces”, explica Libby Cantrill, responsable de políticas públicas de Pimco.

Gorras pro Trump con el emblema republicano: "Haz grande a América de nuevo"Jakub Porzycki (NurPhoto / Getty

¿Bolsa al alza con Trump?

Más allá de estadísticas, el consenso de mercado parece inclinarse por un rally bursátil en caso de victoria de Trump, con el argumento de que su rebaja del 21% al 15% para el impuesto de sociedades (para las empresas que produzcan en EE UU y del 20% para las demás) sería un impulso para la renta variable. La tijera fiscal con la que llegó Trump al poder en 2017 sí propició un alza bursátil y el S&P cerró aquel mandato con un alza cercana al 60%. Pero en esta ocasión, esa expectativa alcista con una presidencia republicana tiene un preocupante reverso, el del impacto de los aranceles. Trump también propone un aumento de aranceles de más del 10% en todas las importaciones, frente al 3% actual de media, y al menos del 60% para los productos chinos.

En principio, tal proteccionismo podría impulsar los ingresos de las compañías estadounidenses, y en el especial las de un perfil de negocio más doméstico, como a menudo sucede con las de pequeña y mediana capitalización. Pero tendría también un efecto inflacionista que podría alejar las rebajas de tipos de la Fed y activar así la venta de los activos de riesgo, como la renta variable. Esta es precisamente la advertencia que lanzan a sus clientes gigantes de Wall Street como Bank of America o Citi. Estas entidades están aconsejando vender en caso de que Wall Street reaccionara con un rally a una victoria de Trump. Sobre todo si los republicanos logran no solo la Casa Blanca sino también el control de ambas Cámaras, lo que facilitaría la aplicación de las propuestas más extremas de Donal Trump en materia de aranceles y de control a la inmigración.

Ante una victoria de Trump, la Bolsa estadounidense podría reaccionar al alza aunque no así la europea, muy vulnerable a la política de aranceles republicana y con sus dos grandes economías, Alemania y Francia, en horas bajas. La Bolsa europea tiene un perfil mucho más exportador, también expuesto al riesgo de la debilidad de China, que podría quedar tocada con una presidencia republicana. En todo caso, persiste el interrogante de hasta qué punto ambos candidatos podrán desarrollar sus promesas electorales. “La eficacia de estas políticas dependerá también de la composición del Congreso y de las sentencias de los tribunales si las políticas presidenciales son objeto de litigio”, puntualizan en Pimco.

Nerviosismo en la deuda soberana de EE UU

El rendimiento del bono de EE UU a diez años, referente mundial sobre el que medir el riesgo de crédito, ha trepado estos días a máximos de julio, mientras el índice de volatilidad de la deuda soberana estadounidense marca máximos del año. “En caso de un resultado claro, una victoria de Trump se considera positiva para la renta variable y peligrosa para los bonos del Tesoro estadounidense, mientras que si Kamala Harris resulta vencedora, ocurre lo contrario”, señala Yves Bonzon.

El rendimiento del bono de EE UU está subiendo en anticipo a una victoria de Trump y ante la amenaza de que las políticas inflacionistas del republicano influyan en la hoja de ruta de la Fed de bajadas de tipos. La Reserva Federal se reúne este miércoles, solo un día después de las elecciones, y si bien se espera un nuevo recorte de tipos de 25 puntos básicos, también es probable que lance un mensaje de calma respecto a posteriores recortes. “Es probable que el mensaje que emita Powell recoja la percepción de que la economía se muestra algo más sólida de lo anticipado. En consecuencia, es previsible que, aun manteniendo la confianza en el proceso de normalización de la inflación, Powell subraye la conveniencia de mantener la cautela y no recortar tipos con demasiada rapidez. La reciente resistencia a la baja de la inflación subyacente, con repuntes en las tasas mensuales, apoya esa cautela”, señalan en Macroyield.

Invertir con perspectiva de largo plazo

La cita con la Fed devolverá a los inversores a la realidad de los indicadores económicos, al margen del efecto inmediato de la política estadounidense. Y tampoco hay que olvidar que los recientes movimientos del mercado, que en principio podrían asociarse a la mejora de Trump en las encuestas, también coinciden con otros acontecimientos importantes, como el desvanecimiento de los temores de recesión en EE UU tras unos datos nacionales más sólidos, las mayores expectativas de un mayor estímulo fiscal en China y los acontecimientos en Oriente Medio. En Deutsche Bank recuerdan que en el pasado, los mercados bursátiles se han dejado influir poco a medio plazo por quién se traslada a la Casa Blanca, lo que confirma el viejo dicho bursátil de que en las Bolsas, la política tiene poco recorrido. “Si bien pueden hacerse apuestas tácticas significativas para crear una serie de jugadas estratégicas, las carteras de inversión deberían construirse para durar más que un ciclo electoral”, concluyen.






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