Don’t fight the Fed (y menos con un recorte de 50 puntos)
Con los tipos a la baja, el mercado estará aún más pendiente de EE UU porque, si no hay recesión, casi siempre sube
Cuando las expectativas son altas (y expectativas altas suele implicar precios altos), el riesgo de decepción es elevado, y Jerome Powell lo conjuró por la vía de los hechos y una cierta intriga. El mercado aspiraba a 50 puntos, pero no los tenía asegurados, y es lo que obtuvo. Insuficiente para disparar las Bolsas, suficiente para que sigan amarradas en zona de máximos y, sobre todo, para conjurar un pesimismo que puede tener dos caras.
El miércoles el mercado podía caer con un recorte de 50 (la economía está peor de lo que creíamos), con uno de 25 (por escaso). También subir con uno de 50 (dinero barato) o, de forma algo más improbable, de 25. La lectura del mercado ayer no era sencilla, pero tampoco cabe sacar grandes conclusiones.
Una vez marcado el terreno de juego (recortes de otros 50 puntos hasta diciembre), cabe esperar un mercado más preocupado por la economía que por los tipos. El dinero barato es bueno para la Bolsa, salvo que sea barato porque se haya desatado una recesión. Andrew Garthwaite, de UBS, lo explica con cifras. De media, en los ocho meses posteriores al inicio de un ciclo bajista de tipos, las Bolsas suben un 4%. Pero el alza es del 20% si no se produce una recesión. Si ésta llegara, el comportamiento medio del mercado es una caída del 10%.
En otras palabras, si el mercado estaba más que pendiente de la evolución de la economía estadounidense, cabe esperar que lo esté más. Hasta ahora la contrapartida de una economía débil eran las perspectivas de recortes de tipos. Ahora están ya descontadas. Pero no es todo tan sencillo: en promedio las recesiones tardan cinco meses desde el primer recorte (efectos retardados). Y en promedio las Bolsas han subido un 3% en el medio año previo a dicho recorte (pero esta vez han subido un 10%). Es pronto para descartar la recesión. Y la Bolsa ya ha asumido parte de la subida esperada, si bien el dato puede bien estar sesgado por el subidón tecnológico.
La conclusión, a grandes rasgos, es la que dice uno de los mantras bursátiles más antiguos: Don’t fight the Fed. No apuestes al alza si los tipos suben, ni a la baja cuando los tipos apuntan hacia el Sur.
Hay, indica UBS, opciones para que los tipos bajen más, o más deprisa: las previsiones de la Fed apuntan a una estabilización de los tipos en el orden del 3%, razonable para una economía a velocidad de crucero pero un tanto bajo como suelo cíclico. El banco de inversión, con todo, se muestra precavido respecto a la renta variable: “La Bolsa está solo marginalmente barata si asumes que la IA elevará un 1% la productividad hasta 2028″. Más clara es la posición sectorial. Los valores pequeños suelen tener más exposición a los tipos de interés variables, y en los periodos de recortes de tipos, la debilidad económica refuerza a los valores defensivos (farmacia, consumo, utilities...). A nivel geográfico, el BCE bajará más lento que la Fed, por lo que el euro puede serguir al alza. Y cuidado con China, “de lejos el principal riesgo a la baja para nosotros”.