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¿Qué persigue el BCE con el ajuste técnico de los tipos de interés?

El interés de las operaciones principales de financiación desciende 60 puntos básicos y el de la facilidad de depósito, la referencia para el coste del dinero, solo 25

Christine Lagarde, presidenta del BCE, en rueda de prensa el 12 de septiembre.
Christine Lagarde, presidenta del BCE, en rueda de prensa el 12 de septiembre.Jana Rodenbusch (REUTERS)
Nuria Salobral

El BCE ha emprendido el camino de vuelta tras la vertiginosa subida de tipos de interés que inició en julio de 2022 pero está además preparando el terreno de su política monetaria con miras al medio plazo, más allá de la bajada del precio del dinero decidida ayer. A partir del 18 de septiembre serán efectivos unos tipos de interés más bajos en la zona euro, aunque no todos descenderán en la misma medida, una decisión que el BCE ya avanzó en marzo y con la que pretende ir normalizando su política monetaria después de años de medidas extraordinarias, sin que ello depare sobresaltos al mercado.

El BCE ha recortado el precio del dinero en la zona euro en 25 puntos básicos, que pasa del 3,75% al 3,5%. Ese es el tipo de interés que reciben las entidades financieras por sus depósitos a un día en el BCE, la referencia conocida como facilidad de depósito, y que es el punto de partida a partir del que establecer el coste de financiación en la zona euro. Ese 3,5% es ahora el nivel del precio del dinero, el tipo de interés que el BCE establece como la referencia principal a partir de la cual fija su política monetaria.

Pero el BCE también ajustará otra de las herramientas de su política, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación, que pasa del 4,25% al 3,65%. Se trata de un ajuste de 60 puntos básicos, fruto del recorte de 35 puntos básicos que el BCE decidió en marzo (con efectos en septiembre), cuando revisó su marco operativo, más los 25 de la rebaja decidida este jueves. Este es el tipo de interés que pagan los bancos para obtener del banco central financiación a una semana y que hasta el momento ha sido la referencia más empleada a la hora de hablar comúnmente del nivel de los tipos de interés en la zona euro. Con ese ajuste, si hasta ahora las entidades habían estado pagando al BCE por la liquidez 50 puntos básicos sobre el tipo de la facilidad de depósito, ahora pagarán solo 15 puntos básicos más. El BCE establece así un tope inferior al coste que tendrá para la banca seguir financiándose con el banco central.

“El conjunto de la banca de la zona euro no tiene problemas de liquidez, pero con este ajuste será más asequible para los bancos solicitársela al BCE, sin que haya agravios comparativos ni riesgo de fragmentación financiera”, explica Javier Pino, experto de Afi. Este menor diferencial (“corridor” en la terminología del gusto del BCE) entre el tipo de las operaciones principales de financiación y la facilidad de depósito será por ejemplo un alivio para la banca italiana, menos holgada en su exceso de liquidez una vez que hayan sido devueltas todas las líneas extraordinarias de financiación que el sector solicitó al BCE con el estallido de la pandemia.

De hecho, este ajuste técnico en los tipos de interés coincide en el tiempo con la devolución definitiva de aquellas líneas de liquidez extraordinarias, que la banca está a punto de reembolsar del todo. El próximo 25 de septiembre los bancos deberán entregar al BCE 42.240 millones aún pendientes de una línea TLTRO III lanzada tres años atrás y que rozó los 100.000 millones de euros. Y el 18 de diciembre vencerá la última de estas inyecciones extraordinarias, de la que la banca todavía tiene pendiente devolver para esa fecha 34.210 millones de euros.

Una vez cerrado el capítulo de esas inyecciones masivas de liquidez -la subasta de junio de 2020 batió todos los récord, con una concesión de liquidez al sector de 1,3 billones de euros-, el BCE aspira a que la banca regrese a las operaciones semanales de financiación, que se han seguido realizando en estos años pero con un volumen de peticiones mínimo. En todo caso, la liquidez que se vaya a solicitar al banco central será a un coste relativamente menor que hasta ahora. Será a un tipo superior en 15 puntos básicos, y no 50, a la facilidad de depósito.

El BCE se asegura de que la liquidez de la banca no sea un problema. Y está muy lejos de serlo a la vista del dato de exceso de liquidez, hoy día en los 3,07 billones de euros. Ha descendido con fuerza desde los 4,7 billones que alcanzó en noviembre de 2022, cuando el sector amasaba a manos llenas la financiación barata, bonificada incluso, concedida por el Banco Central Europeo. Ese exceso de liquidez corresponde a la cuantía que le sobra a los bancos una vez cumplidas las reservas mínimas con las que asegurar la disposición de efectivo de sus clientes y, tras años de inyecciones del BCE, es un elemento diferencial para la banca de la zona euro, como se vio en marzo de 2023, cuando el colapso inesperado del Silicon Valley Bank puso en apuros a buena parte del sistema financiero estadounidense.

Según apuntan desde Bankinter, el hecho de que el diferencial entre el tipo de depósito y el de crédito se reduzca de 50 a 15 puntos básicos es una buena noticia para la banca “debido a la caída en el coste marginal de financiación mayorista y el previsible aumento en la demanda de crédito que ya refleja la encuesta trimestral que el BCE realiza al sector”. La banca podrá financiarse a un nivel asequible, más aún a medida que vayan bajando los tipos, para así conceder crédito a la clientela, si bien el exceso de liquidez no ha sido tiempo atrás un factor capaz de elevar la concesión de préstamos.

“El mercado interbancario europeo no funciona, la alternativa de financiación para la banca es el BCE”, añade Javier Pino. Y la institución que preside Christine Lagarde pretende con estos ajustes en los distintos tipos de referencia de su política monetaria ofrecer “incentivos para que las entidades de crédito busquen soluciones de financiación basadas en los mercados”, según reconocía el BCE en marzo. Según recuerdan desde Goldman Sachs, el BCE emprenderá otra revisión en 2026, que debería basarse en la observación de los tipos del mercado monetario y la demanda de liquidez de los bancos hasta entonces, para seguir afinando los parámetros del marco operativo.

“El importante recorte de los tipos de interés de las operaciones principales de financiación ya se había comunicado en marzo, y su relevancia a corto plazo es limitada”, añaden en Pimco. Su implementación será realidad el 18 de septiembre, al tiempo que el recorte de tipos decidido este jueves, pero no ha tenido efecto en el mercado. El tipo de la facilidad de depósito, que queda en el 3,5% y es el interés que reciben las entidades financieras por sus depósitos a un día en el BCE, era ya el punto de partida para el conjunto del mercado monetario.





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Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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