El IPC de EE UU lleva al euro a máximos contra el dólar por el posible recorte de tipos de la Fed
La moneda única se intercambia por 1,103 dólares, el nivel más alto de 2024. La moderación de los precios en EE UU allana el camino de la autoridad monetaria para bajar el precio del dinero en septiembre
El euro ha alcanzado su máximo del año empujado por las expectativas de que la Reserva Federal (Fed por sus siglas en inglés) empiece a recortar los tipos de interés, una vez que los precios empiezan a afianzar las señales de moderación. La moneda única se intercambiaba este miércoles por 1,103 dólares tras subir un 0,3%, su punto más alto desde 2023. El IPC de julio publicado este miércoles se situó en el 2,9% interanual, una décima menos que el mes anterior, despejando las dudas de un posible repunte que habría presionado a la Fed a mantener la estricta política monetaria que ha dejado los tipos elevados por casi dos años. Los analistas creen que este último dato es el último argumento que necesita el regulador para trazar una senda de recortes. “Ante la ausencia de un repunte inesperado en el informe de hoy, parece que la senda para un recorte en septiembre está despejada”, considera Bret Kenwell, analista de inversiones de eToro, quien da por sentados los descensos de tipos y más bien enfoca la pregunta en otro sentido: “Ya no se trata de si la Fed bajará los tipos o cuándo lo hará, sino de si lo hará en 25 o 50 puntos básicos”.
Es lo que prevén, también los mercados de futuros: dan una probabilidad del 56% a un recorte de 25 puntos básicos (que dejaría los tipos en un rango del 5% al 5,25%) y del 43% a un recorte de medio punto. En este sentido, las perspectivas se han moderado en apenas una semana. Hace siete días el mercado otorgaba una probabilidad del 70% a un recorte de 50 puntos básicos y un 30% a uno de 25. Ello es fruto de las reiteradas señales de que en Norteamérica el consumo podría estar retrocediendo, sumadas a unos pobres datos de empleo, datos suficientes para que los inversores reafirmen sus estimaciones de que el banco central moverá ficha en su siguiente reunión para evitar que cristalicen los temores de una recesión.
De aquí a cierre de año, el mercado espera 100 puntos básicos de recorte en Estados Unidos, pero las expectativas para la eurozona son más tímidas, de apenas 70, después de que el Banco Central Europeo (BCE) ya redujera las tasas en un cuarto de punto en junio. Las recientes subidas de salarios en Alemania, la economía más fuerte de la eurozona, podrían condicionar al banco central en lo que queda de año. Se espera que los salarios negociados se disparen un 5,6% en 2024, según los datos publicados este martes por WSI, un centro de estudios sindical de Berlín. De llegarse a efectuar, el aumento de las remuneraciones, en términos reales, sería el más rápido desde que el año 2000.
Un panorama que, en definitiva, desincentiva la demanda de dólares en el mercado de divisas y apuntala el valor del euro. La divisa europea retoma así los niveles de los que se había alejado a finales de 2022, cuando los diferentes ritmos de subidas de tipos por parte de los bancos centrales, la guerra en Ucrania y el temor a una recesión llevaron prácticamente a las dos grandes divisas a la paridad. Desde entonces, los intentos por enfriar las economías encareciendo el precio del dinero han marcado el ritmo de la batalla entre las monedas, donde la mayor parte del tiempo el billete verde llevaba la delantera.
La decisión de la Fed de subir tipos primero le permitió al dólar revalorizase en la mayoría de mercados de forma anticipada. Ahora es la moneda del Club de los 27 la que toma la delantera. La divisa única ha ganado alrededor de un 2% frente al dólar desde principios de agosto, después de que el informe de empleo estadounidense de julio fuera más débil de lo previsto y provocara que los operadores aumentaran sus apuestas sobre los recortes de la Fed. Analistas como Franceso Pesole de ING han compartido con Bloomberg que estiman que el cambio de divisas alcance los 1,12 dólares por cada euro, “gracias a un diferencial de tipos más ajustado y a la estabilización del sentimiento de riesgo”.
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