El optimismo de los gestores se dispara a máximos de dos años
Por primera vez desde abril de 2022 no prevén una recesión económica. La exposición al sector tecnológico es la más alta desde agosto de 2020
El optimismo de los inversores está en el nivel más alto de los últimos años, justo en el punto en que estaba el mercado antes del estallido de la guerra en Ucrania. Los niveles récord que han alcanzaro estos días el S&P y el Dow Jones y también los europeos Dax y Cac, junto con la fiebre alcista que rodea a los valores vinculados con la inteligencia artificial son el mejor reflejo de esa visión optimista que confirma la encuesta de gestores de fondos de Bank of America correspondiente a este mes.
El sondeo destaca que los inversores han reducido de forma significativa sus posiciones de liquidez ante la euforia del momento, alentada no solo por la expectativa de recortes de tipos de interés -menos intensa de lo que se esperaba a cierre de 2023- sino también por una favorable temporada de resultados y por la extrema confianza en el potencial de la inteligencia artificial.
De hecho, la apuesta unánime es que no habrá recesión económica, algo que sucede por primera vez desde abril de 2022, según señala Bank of America. Y en consecuencia, las posiciones de liquidez de los gestores han retrocedido desde el 4,8% de enero al 4,2%. El banco estadounidense recuerda que cada vez que esas posiciones de liquidez registran un descenso mensual superior a los 50 puntos básicos, se produce a continuación un alza en la renta variable de al menos el 4% durante los tres meses siguientes. Y descartada una recesión, dos tercios de los inversores confían en un aterrizaje suave, la cuadratura del círculo a la que aspiran los bancos centrales tras la intensa andanada de subidas de tipos de interés. Solo una décima parte de los inversores prevé un aterrizaje duro para la economía.
La perspectiva favorable para la economía se asienta en la creencia de que las rebajas de tipos están cerca. Solo un 4% de los gestores prevé un precio del dinero más elevado, apenas un 7% aguarda una inflación más alta y un 85% espera que la curva de tipos se inclinará. Es decir, que el mercado volverá a exigir más rentabilidad por los plazos largos de la deuda que por los cortos.
En este estado de optimismo generalizado, la Bolsa estadounidense es la que concentra el interés de los gestores de fondos. Las posiciones en Wall Street son las más elevadas desde noviembre de 2021, lo que se refleja en el mejor desempeño con que han arrancado 2024 los índices estadounidenses frente a los europeos. Y la apuesta más común y concurrida entre los gestores se dirige sin duda hacia los siete magníficos: Microsoft, Nvidia, Amazon, Apple, Alphabet, Meta y Tesla. No había en el mercado una apuesta tan unánime entre los gestores desde octubre de 2022, cuando se confiaba de forma rotunda en el alza del dólar. La exposición al sector tecnológico es de hecho la más elevada desde agosto de 2020.
Sorpresa con la inflación
Este escenario de complacencia en el que se mueven los inversores demostró ayer en todo caso su fragilidad tras la publicación del dato de IPC estadounidense de enero. La inflación subyacente, que descuenta el precio de los alimentos frescos y de la energía y es tomado como un indicador más fiel de la evolución de los precios que el IPC general, volvió a subir en la mayor economía del mundo el mes pasado. Registró de hecho el mayor incremento en ocho meses, de cuatro décimas frente al mes de diciembre. En tasa interanual, la tasa subyacente queda en el 3,9%, un nivel que en la sesión de hoy ha enfriado la expectativa del mercado de una pronta bajada de tipos de interés en EE UU. La inflación podría no estar tan bajo control como los inversores esperan, lo que puede ser detonante para un nuevo repunte de las rentabilidades en los bonos y para caídas en Bolsa, como así sucedió en el mercado en respuesta al dato de IPC estadounidense.
La segunda posición más común en las carteras de los gestores de fondos es ponerse corto en el mercado bursátil de China, que está registrando fuertes caídas a pesar de los intentos de las autoridades por impulsar su renta variable. La desaceleración de su economía y la permanente amenaza de crisis inmobiliaria impiden el despegue de la Bolsa china. Como contrapunto al optimismo de los inversores, las posiciones en valores defensivos como los energéticos son las más reducidas desde diciembre de 2020.
La visión de los gestores de fondos es algo más cauta para Europa que para EE UU, aunque también hay confianza en el potencial de revalorización de la renta variable europea. Un 78% de los gestores de fondos europeos ve recorrido alcista en la Bolsa de la región durante los próximos doce meses, el nivel más alto en los dos últimos años, si bien una amplia mayoría espera debilidad en el corto plazo. En cuanto a la evolución de la economía europea, en la que sobrevuela el riesgo de recesión, el 65% ve el aterrizaje suave como el escenario más probable.
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