El Tesoro no recibirá ingresos del Banco de España por primera vez en 40 años

El banco central nacional dejará su resultado de 2023 a cero tras compensar con provisiones las pérdidas a causa del alza de tipos. Este año entregó al Tesoro 2.162,34 millones con cargo a 2022

Banco de España.PABLO MONGE FERNANDEZ

El Banco de España registrará pérdidas en 2023 por primera vez en los últimos 40 años, unos números rojos que no van a tener impacto en la tarea de la institución pero sí en su habitual contribución al Estado. También por primera vez en al menos las últimas cuatro décadas, no habrá beneficios que entregar al Tesoro. La causa de este roto a la financiación del Estado está en la fuerte subida de los tipos de interés en la zona euro. Los bancos centrales están ingresando más por los intereses que generan los bonos en su balance pero este efecto no logra compensar un impacto negativo mucho más con...

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El Banco de España registrará pérdidas en 2023 por primera vez en los últimos 40 años, unos números rojos que no van a tener impacto en la tarea de la institución pero sí en su habitual contribución al Estado. También por primera vez en al menos las últimas cuatro décadas, no habrá beneficios que entregar al Tesoro. La causa de este roto a la financiación del Estado está en la fuerte subida de los tipos de interés en la zona euro. Los bancos centrales están ingresando más por los intereses que generan los bonos en su balance pero este efecto no logra compensar un impacto negativo mucho más contundente: el pago de las reservas bancarias al tipo de la facilidad de depósito, que se ha disparado desde el -0,5% de 2022 al 4% en que lleva desde el pasado septiembre.

A diferencia de otros bancos centrales, el Banco de España sí logró sortear las pérdidas en 2022 y salió airoso de ese ejercicio, el primero del intenso ciclo de subidas de tipos de interés. Consiguió un beneficio de 2.402,6 millones de euros, el 34,6% más que el año anterior. La clave de esta ganancia fueron los ingresos por intereses de la deuda soberana española, que mantenía entonces una rentabilidad positiva del 1,04% de media, frente a los tipos negativos de la deuda en cartera de numerosos bancos centrales. La mayor prima de riesgo de la deuda soberana española jugaba a favor en este caso y compensó los mayores gastos por el pago de las reservas bancarias. A cierre de 2022 se pagaban al 2%.

El Tesoro sí ha recibido este año ingresos de 2.162,34 millones de euros con cargo al beneficio de 2022 del Banco de España. Pero la situación prevista con cargo a 2023 es la opuesta. El propio gobernador Pablo Hernández de Cos anticipó el pasado ejercicio que a partir de 2023 y durante algunos años el resultado del Banco de España iba a ser negativo, en línea con la inmensa mayoría de los bancos centrales de la zona euro. Esa es ya la realidad para las cuentas de 2023, según señalan fuentes financieras. El Banco de España registrará pérdidas que quedarán compensadas con provisiones para dejar el beneficio a cero. A cierre de 2022, el volumen de provisiones del banco central nacional ascendía a 33.592,52 millones de euros. Un colchón al que se recurrirá en la cuantía necesaria para evitar los números rojos. No será hasta el próximo marzo cuando el Banco de España comunique el detalle de su cuenta de resultados de 2023.

El Banco de España hará con sus resultados de 2023 lo que el BCE ya tuvo que hacer en 2022: dejarlos a cero y tirar de provisiones para evitar las pérdidas. Los números rojos de los bancos centrales se esperan generalizadas para este año por el efecto acumulado de las alzas de tipos, amplificando la tendencia iniciada en 2022.

El Banco Internacional de Pagos de Basilea, el banco de los bancos centrales, ya insistió el pasado año en que el objetivo de los bancos centrales no es ganar dinero sino cumplir con sus mandatos de política monetaria. E insistió en que las pérdidas no deben ser motivo de alarma ni duda sobre la efectividad y credibilidad de su política monetaria. Sin embargo, unas pérdidas elevadas y sostenidas en el tiempo sí pueden dar lugar a una situación extrema de fondos propios negativos, que hiciera necesaria una inyección de capital por parte de sus accionistas, los respectivos Estados.

El BCE y los bancos centrales de la zona euro disfrutan de abundantes provisiones –de 6.566 millones de euros a cierre de 2022 en el caso del Banco Central Europeo– pero la institución que preside Christine Lagarde ya tomó este año una valiosa medida para atenuar las pérdidas. En la reunión del Consejo de Gobierno de julio se aprobó dejar a cero la remuneración de las reservas mínimas, una medida que comenzó a ser efectiva en septiembre y que ha supuesto un valioso ahorro frente a tener que pagar el 4% de la facilidad de depósito. Estas reservas mínimas son el nivel de fondos que la banca de la zona del euro debe mantener obligatoriamente en cuentas con sus bancos centrales nacionales. “La medida ha servido para aminorar las pérdidas de este año de los bancos centrales. Después de todo, las entidades financieras están registrando beneficios récord gracias al alza de tipos y la remuneración por sus reservas es un beneficio extra más”, señala Salvador Jiménez, analista de AFI.

Beneficios extra para la banca europea de hasta 4.000 millones

Remuneración.  El BCE y los bancos centrales nacionales han estado remunerando las reservas mínimas de la banca europea al tipo de la facilidad de depósito hasta septiembre de este año. Esas reservas se han situado en una cifra próxima a los 165.000 millones de euros este año, con lo que hasta septiembre las entidades habrían obtenido unos ingresos de entre 3.500 y 4.000 millones de euros, según calculan en AFI. 

Menores ingresos.  El BCE decidió en julio que, a partir de septiembre, esas reservas mínimas pasarían a verse retribuidas a cero, no ya al tipo de la facilidad de depósito. En AFI añaden que si la remuneración se hubiera mantenido sin cambios en el tipo de depósito, en el 4% desde septiembre, la ganancia total para la banca europea por sus reservas mínimas alcanzaría entre 5.000 y 5.500 millones de euros. De este modo, la banca europeo habría dejado de ingresar este año hasta 1.500 millones de euros por la modificación decidida por el BCE.   

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