El sector del motor, el peor de la semana con una caída del 4,25%

Las inflación, la desaceleración económica y la feroz competencia de China en el coche eléctrico merman el negocio de los fabricantes europeos

Carlos Cortinas Cano

La avalancha de resultados empresariales ya está teniendo su impacto en los mercados. Esta se recordará como una semana horribilis para el sector del motor, el peor del Stoxx 600 con una caída del 4,25%, y que está camino de pulverizar las ganancias del año. De hecho, a día de hoy cotiza a niveles de enero de 2023 y encadena ya dos semanas de recortes (-8,57%). Varios fabricantes europeos presentaron en estos días sus cuentas, que en muchos casos fueron decepcionantes. El estancamiento económico, la desaceleración de China, la inflación y la feroz competencia en la división del coche eléctrico impactan en los ingresos y los márgenes de las empresas.

La peor parte se la llevó Volvo, cuyo ingresos operativos y ventas estuvieron por debajo de las previsiones de los analistas. Las causas son variadas aunque el fabricante sueco apunta que el problema principal es la intensa competencia china en la venta de vehículos eléctricos –una de las principales apuestas de la firma– y el encarecimiento de materias primas como el litio, de los precios de logística y de los semiconductores. La firma es, de lejos, la que peor desempeño mostró en la semana: se dejó un 10,54%, ampliando las pérdidas anuales al 19,38%.

Mercedes también decepcionó a los mercados, tras anunciar una caída de los márgenes en el tercer trimestre. Las causas, también en este caso, son conocidas. La inflación, el aumento de los costes de la mano de obra y la desaceleración económica han afectado al negocio de la firma alemana. En la ecuación, la empresa destaca también la feroz ofensiva de China en el coche eléctrico: “La competencia de precios en estos productos es ‘brutal’”, afirmó el jueves el director financiero de la compañía, Harald Wilhelm. Estos resultados amargos costaron a la compañía una caída en Bolsa del 9,35% en la semana.

El gigante asiático abre un doble frente para los fabricantes. Si por un lado temen que se estreche su cuota de mercado en el eléctrico ante la aluvión de coches chinos al mercado europeo, por otra miran con preocupación a la desaceleración de la economía del dragón rojo. Entre estos, Porsche: “Tenemos un año desafiante por delante debido a las crecientes tensiones geopolíticas y la desaceleración de China”, afirmaron desde la compañía, cuyo mercado más grande es precisamente el gigante asiático.

El fabricante del histórico deportivo 911 está viendo cierta reticencia incluso entre los compradores del lujo a causa la inflación que sigue elevada y por las incertidumbre sobre el conflicto en Oriente Próximo, que podría encarecer aún más los precios. En sus resultados trimestrales presentados el miércoles, la compañía informó de que las entregas tanto en Europa como en China cayeron un 12% en los primeros nueve meses del año. Las dudas de los inversores ante unas cuentas agridulces provocaron una caída del 7,85% en la semana. En el año, sus acciones ceden un 13,33%.

En cambio, para Volkswagen las entregas aumentaron de enero a septiembre, pero la inflación contrarrestó los efectos positivos del negocio. “No podemos estar satisfechos con nuestra rentabilidad”, afirmó el director financiero Arno Antlitz. La firma alemana se dejó un 3% en la semana y agravó así las caídas anuales (28,21%).

Sin embargo, el reto más grande para estos productores es sin duda la competencia con China en los vehículos eléctricos y el mayor peso de Tesla. El sector está pendiente de nuevas noticias sobre la investigación anunciada por la Comisión Europea contra posibles subsidios ilegales que recibe este tipo de coches procedente de China, que constituyen una amenaza para la industria de la UE.

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