Modificación genética, uranio y otras oportunidades de inversión eclipsadas por la IA, según Allianz GI
Los mercados emergentes, castigados por la preocupación alrededor de China y la estancia defensiva del mercado, esconden futuras revalorizaciones a ojos del gestor del fondo Global Equity Insight
La inteligencia artificial ha sido el principal combustible para las Bolsas este año, pero, aunque parezca todo lo contrario en medio de la fiebre que desata en el mercado, no es la única tendencia que puede impulsar a los valores. Pese a su enorme potencial, el que todos los focos se posen sobre una cuestión genera oportunidades en otros lados. Esta filosofía, la de buscar en aquellas partes donde no todo el mundo mira, es la que rige al fondo Allianz Global Equity Insights, tal y como ha explicado este miércoles en un encuentro con periodistas en Madrid Mark Phanitsiri, gestor de este vehículo que, aunque tuvo un 2022 muy negativo, acumula una rentabilidad anualizada desde su creación en 2013 del 9,8%, ligeramente por debajo del 10,64% que ha obtenido el índice comparable, el MSCI ACWI.
Las oportunidades no llegan de seguir una única estrategia, sino que hay varias formas de encontrarlas, según el experto. Los caminos que siguen en este fondo se podrían resumir en buscar tendencias que pasan desapercibidas para adelantarse a los acontecimientos, sumarse a las mayoritarias pero siguiendo una serie de condiciones y en horadar las ineficiencias del mercado.
Phanitsiri ha ido detallando varios ejemplos de tácticas inversoras durante el encuentro. “Cuando compramos las acciones de Matson (empresa especializada en logística y transporte naval) en junio de 2020, nos estábamos posicionando para la reapertura tras los grandes confinamientos. La empresa en el momento de la entrada ganaba unos 4 dólares por acción. En 2021, ganó 22 dólares por cada una de ellas. Este es un ejemplo de haber ido contracorriente en su momento para luego sacar partido a la fiebre logística que se formó después del Covid”.
En el lado de la estrategia de sumarse a las megatendencias, pero siguiendo una serie de reglas propias, su fondo lo hizo con en el software como servicio. “Hay un montón de startups y opciones, pero buscábamos algo que tuviera un valor diferencial. Lo encontramos con DocuSign. En el momento de la entrada cotizaba a un múltiplo de 9 veces las ganancias, cuando en este sector lo común es hacerlo a 40. Esta era una de las condiciones, que el múltiplo no fuera muy elevado. El motivo de que fuera tan bajo era la controversia que había alrededor de ella sobre si sería capaz de hacerse un hueco en el mercado o no. Basándonos en una encuesta que encargamos en la que se mostraba que el 80% de los que respondían se sentían más seguros si los documentos firmados electrónicamente eran garantizados por esta compañía, así como en el acuerdo de integración con Salesforce que firmó DocuSign, sirvieron como tesis para entrar en su accionariado”.
Otro patrón interesante que en opinión de Phanitsiri ha quedado fuera de foco del grueso de los inversores, es el del cuerpo humano como un software. “Entramos en el accionariado de Moderna antes de que su vacuna fuera exitosa. Teníamos la expectativa de que iba a serlo. Mucha de nuestra información genética en el ADN es casi como el idioma binario, con lo que se abre la posibilidad de programar los genes. Para nuestro punto de vista, la primacía de Moderna en lo relacionado con el ADN mensajero es comparable a la primacía de otras empresas en campos como la IA. Siguiendo la lógica de que el ganador se lleva casi todo el mercado, nos pareció una opción atractiva”.
En lo referente a las ineficiencias del mercado, el experto habla de cómo las distorsiones de precios pueden ser una excelente manera de encontrarlas. El gestor puso como ejemplo de esta práctica la evolución del precio del mineral de hierro. En 2015, en medio de temores a una desaceleración en la actividad industrial, el mineral llegó a caer por debajo del coste de extraerlo. Esto es, que los productores ni siquiera cubrían costes con su actividad. Esta señal fue interpretada como la ventana de oportunidad ante una inexorable subida de precio futura. Finalmente, la subida de precio llegó.
Preguntado por donde habría más oportunidades desapercibidas ahora mismo, respondió que en los mercados emergentes. Si bien la estancia defensiva actual del mercado ante la enorme incertidumbre está penalizándolos, así como las dificultades económicas que golpean a China, el experto puso en valor la gran cantidad de población tanto en India como en China que están teniendo la posibilidad de acceder a una serie de bienes por primera vez en la historia. Puso de ejemplo el coche. “Tenemos compañías de vehículos de India en nuestro portfolio. Las dificultades económicas que está atravesando China, que son ciertas, pueden estar generando una oportunidad del estilo de la que mencioné antes con los precios del hierro”, compara.
Otro ejemplo de sector que ha sido un gran olvidado hasta que la geopolítica lo ha traído de nuevo al candelero es el de la energía. “Estábamos posicionados en él antes de las guerras de Ucrania e Israel. En los últimos 20 o 30 años ha habido una falta de inversión en el conjunto de la economía, por eso nos parece inteligente apostar por valores de energía y materias primas ahora. Dentro del sector el gas natural es una de las fuentes energéticas que más desapercibidas están pasando a los mercados y tiene una gran importancia tanto en la actualidad como en el futuro haciendo de apoyo a la transición energética. Debido al gran apetito de importar gas que hay por parte de Europa y países asiáticos como China o Japón, Estados Unidos ha desarrollado una nueva industria en los últimos 15 años dedicada a la exportación de gas natural. Muchos grandes nombres como Exxon copan el protagonismo, pero no son tan buenos en este campo como otras empresas específicamente dedicadas a este negocio”. Entre las principales posiciones del fondo que gestiona Phanitsiri, está la estadounidense Cheniere Energy, una gasista especializada en exportación.
Otra materia prima que dará oportunidades, según el experto, es el uranio. Aunque marginado en algunas partes del mundo, en China o Francia es la gran apuesta energética. De nuevo, revisando el portfolio de grandes posiciones, aparece Cameco Corporation, una firma canadiense dedicada a este material.
Analizando la composición de la cartera del Allianz Global Equity, los sectores por los que más apuesta son el farmacéutico (14,5% de la cartera), el industrial (13,7%), el financiero (12,6%), el de la energía (11,9%), el tecnológico (11,6%) y el de consumo básico (8,3%). El fondo se muestra especialmente infraponderado respecto al índice comparable, el MSCI ACWI, en tecnología (11,6% de la cartera frente al 21,6% que representa del índice) y en consumo discrecional (3,8% de la cartera en comparación con el 11,2% del índice).
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