El BCE reitera la necesidad de tipos más altos ante una inflación persistente
Reconoce que las perspectivas a corto plazo de la actividad económica de la eurozona se ha deteriorado
La disminución que han experimentado los precios sigue siendo insuficiente. Así lo cree el BCE que en su quinto boletín económico de 2023 asegura que la inflación seguirá siendo “demasiado alta” durante demasiado tiempo. En este contexto la institución prevé que los tipos de interés sigan subiendo. Es decir, se necesitan tasas lo suficientemente restrictivas durante el tiempo que sea necesario para devolver la inflación al objetivo del 2%.
No obstante, el organismo es consciente de que el endurecimiento monetario en el que está inmersa la eurozona en los último 12 meses tiene sus efectos negativos. Como ya demostró con el estallido de la pandemia, el BCE asegura que está preparado para “ajustar todos los instrumentos en el marco de su mandato para asegurar que la inflación vuelva a situarse en su objetivo a medio plazo y preservar el buen funcionamiento de la transmisión de política monetaria”. El organismo que preside Christine Lagarde subraya que las condiciones de financiación han vuelto a endurecerse y están frenando la demanda, un factor fundamental para recudir la inflación.
Aunque la economía se ha mostrado resiliente, el BCE reconoce que las perspectivas a corto plazo de la actividad económica en la eurozona se han deteriorado debido a la debilidad interna. “La elevada inflación y el endurecimiento de las condiciones de financiación están frenando el gasto, lo que está afectando especialmente a la producción de manufacturas, que también se está viendo contenida por la debilidad de la demanda externa”, señala el BCE, que destaca también que la inversión residencial y empresarial están mostrando también “signos de debilidad”. En este escenario la institución espera que el crecimiento económico siga siendo débil a corto plazo. Las perspectivas económicas mejoran a largo plazo gracias al descenso de la inflación, el aumento de las rentas y la mejora de las condiciones de la oferta.
Entre los puntos positivos destaca el empleo. El BCE aplaude la evolución del mercado laboral. La tasa de desempleo (6,5%) se encuentra en mínimos aunque no descarta que en los próximos meses pueda producirse una “ralentización” e incluso evolución negativa en el sector manufacturero. La institución apunta a que cada vez tienen más peso en la inflación las subidas salariales y “unos márgenes de beneficios aún sólidos”, frente a los problemas en las cadenas de suministro y los precios de la energía del pasado.
En referencia a la crisis energética, el BCE cree que los gobiernos debería “revertir las medidas de apoyo” a la ciudadanía para paliar los efectos del alza de los precios.
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