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Grecia recupera el grado de inversión 13 años después

Scope Ratings eleva el rating soberano del país y su deuda ya no es un ‘bono basura’

La bandera de la Unión Europa y la helena ondean en la entrada del Banco Central de Grecia, en Atenas.
La bandera de la Unión Europa y la helena ondean en la entrada del Banco Central de Grecia, en Atenas.YANNIS BEHRAKIS

En 2010 Grecia entró en una grave crisis económica y su deuda estaba calificada como ‘bono basura’, siendo el primer país de la eurozona en obtener ese distintivo. Ahora, 13 años después, Scope ha devuelto al país heleno el grado de inversión, gracias a la mejora en el saneamiento de sus finanzas pública.

La firma europea mejoró las calificaciones de deuda senior no garantizada a largo plazo de Grecia, tanto en moneda local como extranjera, de BB+ a BBB-, como explicó Dennis Shen, director de ratings soberanos de Scope Ratings. También modificó las perspectivas asociadas de positivas a estables, por lo que los riesgos de las calificaciones soberanas están equilibrados en los próximos 12-18 meses.

Esta mejora se debió a diversos factores, como las ayudas que ha recibido desde la Unión Europea, sobre todo a raíz de la pandemia de la Covid-19, que impulsaron fondos para las economías más vulnerables de los países de la eurozona, como el Plan de Recuperación y Resiliencia para Grecia, de 30.500 millones de euros. La reducción del peso de la deuda pública es otro de los motivos que llevaron a Scope a elevar el rating soberano del país, ya que se espera que la ratio deuda pública sobre PIB llegue al 160,7% en 2023, una reducción de 46 puntos porcentuales desde 2020. Otro factor fue la aplicación de reformas estructurales, que permitieron reducir la morosidad y aumentar la estabilidad de su sistema bancario que, junto con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y el marco Semestre Europeo, impulsaron la inversión y la recuperación.

Sin embargo, Grecia todavía tiene aspectos que mejorar. Además de reducir su elevada deuda, que representa una vulnerabilidad a largo plazo, el país heleno se enfrenta al reto de obtener financiación en el mercado de capitales. Hasta este momento le ha bastado con los créditos de los organismos internacionales y ahora toca el turno de los inversores, cuyo nivel de exigencia es mayor. A esto se suman un todavía frágil sector bancario, las debilidades económicas estructurales y una elevada tasa de desempleo que a cierre de junio alcanzaba el 11,1%, frente al 6,4% de la eurozona.

Pese a la revalorización de Scope, la deuda del país heleno no ha recuperado todavía el grado de inversión según los criterios de Moody’s (Ba3), Fitch y S&P (BB+).


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