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Lagarde: “Ni estamos comprometidos a seguir subiendo los tipos ni hemos terminado de hacerlo”

La presidenta del BCE asegura que las turbulencias de la banca pueden intensificar los efectos del endurecimiento de la política monetaria

Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante la conferencia de observadores del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE, durante la conferencia de observadores del BCEAlex Kraus (Bloomberg)
Cecilia Castelló

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, no se moja con futuras nuevas subidas de los tipos de interés y lo deja todo en manos de la evolución de la inflación. En un contexto de mayor incertidumbre por las actuales turbulencias en la banca, y frente a las presiones de países como Alemania para que el BCE apruebe nuevas alzas, Lagarde manda un mensaje que no le compromete. Un sí pero no que deja la puerta abierta a cualquier opción. “La trayectoria de los tipos depende de los datos”, ha dicho Lagarde durante un evento celebrado en la sede del BCE en Frankfurt este miércoles. “Esto significa que ni estamos comprometidos a subir más los tipos ni hemos terminado de hacerlo”, ha sentenciado.

“Aún nos queda camino por recorrer para asegurarnos de que se eliminan las presiones inflacionistas”, ha dicho Lagarde haciendo referencia a las proyecciones que maneja el BCE. “Debemos -y lo haremos- reducir la inflación a nuestro objetivo a medio plazo de manera oportuna”. Para que las presiones inflacionistas disminuyan, “es importante que la política monetaria actúe con firmeza en la dirección restrictiva”. Y ese proceso, ha dicho, “está empezando a surtir efecto”.

También se ha referido Lagarde a las actuales sacudidas en el sector financiero y el impacto que esta situación de incertidumbre pueda tener en la política monetaria que se transmite desde el banco central. Se ha referido a un escenario en el que los grandes bancos tengan mayor aversión al riesgo, lo que podría encarecer el crédito aún más e intensificar los efectos de las subidas de tipos. La institución analiza por ello los tipos que los bancos están aplicando a los créditos al mercado, ante cualquier indicio de que empiezan a aumentarlos.

“Si, por ejemplo, los bancos empiezan a aplicar una mayor cuña de intermediación”, es decir, que a cualquier tipo de interés exigen una mayor compensación por el riesgo que asumen al conceder préstamos, “la transmisión se hará más fuerte”, ha dicho Lagarde.

La presidenta del BCE ha insistido, como hizo la semana pasada tras la reunión del consejo de gobierno de la entidad, que a pesar de las sacudidas en el sector bancario, “no hay disyuntiva entre estabilidad de precios y estabilidad financiera”. Y añadió: “Podemos fijar la política adecuada para controlar la inflación y, al mismo tiempo, utilizar otros instrumentos para hacer frente a los riesgos para la transmisión de la política monetaria”. El BCE tiene en su mandato mantener la inflación en torno al 2%, frente al 8,5% con que cerró la zona euro en febrero.

“Alcanzar nuestro objetivo de estabilidad de precios requiere una estrategia sólida, que tenga en cuenta los altos niveles de incertidumbre a los que nos enfrentamos”, ha añadido Lagarde.

Aunque las subidas de tipos comienzan a tener efectos en la economía, Lagarde advierte de que la presión de los precios aún es elevada y ha señalado que el BCE no ha visto “pruebas claras de que la inflación subyacente tienda a la baja”. Lagarde ve dos fuerzas que empujan a la subyacente en direcciones opuestas. Por un lado, la caída de los precios de la energía pero, por otro, la presión de precios se deja sentir sobre los salarios y sobre los márgenes empresariales. Por ello, Lagarde ha pedido acuerdos entre “trabajadores y empresas” para que acepten “un reparto justo de la carga” y evitar así acelerar la espiral de precios.

Sobre la evolución de la inflación, Lagarde ha recordado que las últimas previsiones de la entidad sitúan la inflación en el 2,1% en 2025 y la subyacente en el 2,2%, lo que supone una revisión a la baja respecto a las estimaciones de diciembre. “Pero la banda de confianza en torno a estas previsiones es actualmente inusualmente amplia”, ha advertido Lagarde, lo que resta fuerza a estas perspectivas.

El BCE acordó la semana pasada subir medio punto porcentual los tipos de interés de referencia, hasta el 3,5%, si bien dejó en suspenso nuevas alzas debido a las turbulencias bancarias derivadas de la caída de los bancos estadounidenses Silicon Valley Bank y Signature y la crisis de Credit Suisse en Europa. Las autoridades suizas forzaron este fin de semana el rescate del gigante bancario por parte de su rival UBS para evitar su caída y la extensión de la crisis a otras entidades.

En este marco mayor incertidumbre, el presidente del banco central alemán (Bundesbank), Joachim Nagel , ha pedido al BCE que, si quiere reducir la inflación, deberá ser “obstinada” en su política y continuar las subidas de tipos. “Todavía queda camino por recorrer”, ha señalado Nagel en una entrevista con el diario Financial Times.

“No cabe duda de que la presión sobre los precios es fuerte y generalizada en toda la economía”, afirmó. “Si queremos domar esta inflación obstinada, tendremos que ser aún más obstinados”, ha añadido.




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Sobre la firma

Cecilia Castelló
Es redactora jefa de la mesa digital en Cinco Días, periódico donde trabaja desde el año 2000. Licenciada en Economía y Periodismo, ha escrito en la sección de Mercados, en Empresas y, en los últimos años, ha formado parte del equipo que ha impulsado la transformación digital del diario económico decano de España

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