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En colaboración conLa Ley

Ranking mundial de arbitraje: Londres reina, Pekín despunta y Madrid se desinfla

La capital madrileña se conforma con un descafeinado puesto 19 en el afamado ranking de la Universidad Queen Mary, que lleva cuatro años sin ver la luz. París acusa el choque entre jueces y árbitros por el orden público

Arbitraje en el mundo

Asia aprieta, pero Europa resiste gracias al empuje de Londres en el ranking de ciudades favoritas para los especialistas del arbitraje. El esperado sondeo de la Universidad Queen Mary de Londres, en colaboración con el bufete White & Case, acaba de ver la luz tras cuatro años de silencio. La capital británica se lleva la medalla de oro como la urbe favorita entre las empresas para limar asperezas por la vía de la justicia privada, al conseguir un 34% de menciones. El alto ratio de confirmación de laudos y la eficiencia de sus cortes son sus puntos fuertes, según la opinión de más de 2.400 profesionales encuestados de todo el mundo.

En el listado de ciudades le siguen dos plazas clásicas, Singapur y Hong Kong (ambas con una popularidad del 31%). Por su parte, Madrid se conforma con un descafeinado puesto 19 de 21 (solo un 2% de los encuestados la mencionó), mientras que París se ve sobrepasada por una imparable Pekín en la lucha por el cuarto puesto; y Miami consolida su reputación como ciudad de confianza para las empresas latinas.

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La investigación dibuja varias tendencias de interés. Para empezar, ahora el mapamundi arbitral es más heterogéneo. Las mercantiles se muestran más abiertas a confiar sus pleitos a cortes de capitales emergentes. La prueba es que el triángulo formado por Londres, Singapur y Hong Kong, un olimpo que parecía inexpugnable hace cuatro años, se deja en torno a un 20% de popularidad.

Irrumpen, en cambio, las plazas asiáticas, como Pekín, Shenzhen y Shanghái. Asimismo, el informe refleja cómo se hacen fuertes otras como Ginebra, Nueva York, Dubái, Estocolmo, Zúrich y Washington DC.

La economía china ha vivido momentos dulces, lo que explica la eclosión de sus tribunales privados. En el mapamundi arbitral la lupa se mueve hacia el este, del Atlántico al Pacífico. Singapur brilla por su gran inversión en infraestructura legal y la eficacia y rapidez de su burocracia. No en vano el microestado está atrayendo la atención de multitud de bufetes de abogados, pero, sobre todo, es una plaza confiable por su postura judicial favorable a la ejecución de los laudos. Este es un punto crítico, pues ninguna compañía desea que una decisión arbitral, que ha costado millones en costas y meses de discusión, se convierta en papel mojado por la intervención de un juez local.

China aprieta

Hong Kong revalida su poderío, aupada por su condición de “puerta de entrada a la China continental”, según el informe. En el país del dragón rojo hay, además, dos subidones que merecen atención: por un lado, Pekín, que se viene arriba y aumenta su popularidad del 12% al 20%. Por otro, Shenzhen se convierte en la irrupción más fuerte del ranking y pasa directamente a la sexta posición (19% de los encuestados la mencionan entre sus favoritas). También crece la fama de Shanghái (pasa del 8% al 11% de menciones) y Guangzhou (irrumpe con un 6%). Asia pasa a ser el continente con más metrópolis en el top 10, con cinco ciudades, mientras que China se convierte en el país con más urbes arbitrales en el top.

“El ascenso de Pekín como sede arbitral está estrechamente ligado al crecimiento sostenido de la economía china y al incremento de la participación de empresas chinas en arbitrajes internacionales”, analiza Gabriel Bottini, socio de arbitraje internacional de Uría Menéndez. El arbitraje asiático es también el más endogámico: solo Londres (28%) se cuela entre las urbes favoritas de los profesionales de Asia-Pacífico, donde la más popular es Hong Kong (45%).

Europa resiste

Había una enorme curiosidad por saber el papel de Madrid en este informe. Lo cierto es que el empuje de otras capitales emergentes ha desdibujado el protagonismo de la sede madrileña, que entra en el top 21 de ciudades arbitrales, pero se queda en la posición 19 y empata con Houston y Nueva Delhi. Por delante se sitúan Zúrich, Washington DC, La Haya, Miami, Viena y Fráncfort.

Sí, Madrid está en la brecha, pero la sensación es que la unificación de las cortes locales de la ciudad, en concreto de la Corte de Arbitraje de Madrid (CAM), la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje (CIMA) y la Corte Española de Arbitraje (CEA), para crear una gran sede madrileña con enfoque internacional, bautizada como CIAM-CIAR, todavía no termina de dar sus frutos. Javier de Íscar, uno de los impulsores del arbitraje español y presidente del Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR) y de la Asociación Europea de Arbitraje, admite que “considerando el optimismo reflejado en 2021, cuando se describía a Madrid como una potencia emergente del arbitraje y se la situaba en el top 10 de destinos preferidos por usuarios de Latinoamérica y el Caribe, el resultado actual podría interpretarse como un estancamiento respecto a esas expectativas”. Pero añade: “Creo que Madrid sale penalizada por razones que no se entienden, mucho más con el auge de Madrid como sede. Se celebra el Congreso Internacional de Arbitraje Comercial en 2026 (ICCA), el Open de Arbitraje, el CEIA, el uso del español, la facilidad para viajar a Madrid… Posiblemente al análisis le falten datos que, en mi opinión, son relevantes”.

Hay voces que defienden que la semilla está plantada y que solo es cuestión de tiempo que la urbe española eclosione y atraiga más pleitos. “Madrid sigue siendo reconocida como una sede de arbitraje relevante a nivel mundial, por lo que no calificaría el resultado de desinflado”, reacciona Bottini. Aunque el experto reconoce que “el crecimiento esperado aún no se ha consolidado del todo”. “Esperaba un mayor crecimiento, especialmente tras la fusión de las cortes”.

Por su parte, Luis Fernando Rodríguez, socio director de la boutique especializada en arbitraje Wonders & Co SLP, cree que Madrid “no tiene nada que envidiar a muchas de las sedes del ranking mundial”, pero “tiene que armarse de paciencia y mantener el rumbo actual mucho tiempo”. “Puede hacerse un hueco en esta lista únicamente si nuestro ordenamiento y nuestros jueces siguen demostrando y ofreciendo la misma seguridad que Ginebra, La Haya o Estocolmo”, asevera.

El caso París

Con estos mimbres, es Londres la que tira del carro en el Viejo Continente. La metrópoli británica se mantiene como la favorita entre los propios europeos (donde goza de un 59% de popularidad), los litigantes de Oriente Medio (63%), de África (60%) y del Caribe y Latinoamérica (48%). Además, es la segunda opción entre los encuestados de Norteamérica (48%), muy cerca de Nueva York (50%), es decir, muchos empresarios estadounidenses están dispuestos a viajar al Reino Unido para resolver sus rencillas.

“A pesar de las preocupaciones por el Brexit, la confianza en Londres sigue siendo alta entre los usuarios a nivel mundial”, remarcan los investigadores. La urbe británica se deja 20 puntos porcentuales de aceptación en comparación con la edición de 2021. Sin embargo, es difícil concluir que este descalabro tenga su causa en el Brexit, pues es una caída de popularidad similar a la que sufren sus dos rivales en el retrovisor. En concreto, Singapur se dejó un 20%; Hong Kong, un 19%.

Sonoro traspié el de París, que cede la cuarta posición frente a Pekín, que está en modo cohete. La ciudad de la luz pasa de un 35% de fama a un 19% en cuatro años. “Sigue gozando de un sólido reconocimiento mundial”, constatan los investigadores, afloran las dudas de que Francia sea la plaza segura y amiga del arbitraje que fue, tras algunos mediáticos encontronazos entre los árbitros y los jueces franceses.

En el centro de estas sospechas está el eterno y siempre espinoso debate del orden público. El runrún empezó en 2022. La Corte de Casación de Francia, el equivalente al Tribunal Supremo español, confirmó la anulación de un laudo de la CNUDMI, la corte de la ONU, de 15.000 millones de dólares estadounidenses a favor de un inversor letón, el señor Belokan, contra el estado de Kirguistán. El caso provocó un terremoto, porque los jueces tomaron en cuenta pruebas y documentos que no se habían revisado por el tribunal arbitral. En su opinión, los árbitros habían juzgado una cuestión que tocaba el orden público, algo que solo puede hacer el Poder Judicial.

En 2024, la bola de nieve creció cuando la justicia francesa dejó en agua de borrajas otro laudo, en este caso del Ciadi, la corte del Banco Mundial, a favor de un inversor español, Luis García Armas, en contra de Venezuela. Se trataba de un caso de expropiación de bienes por valor de 65 millones de dólares. El abogado Luis Fernando Rodríguez cree que “la percepción de que los jueces franceses aplican un control judicial más extenso del tradicional puede haber generado preocupación”.

Reglas favoritas

En cuanto a las reglas para regir el proceso, las de la Corte Internacional de Arbitraje (ICC) son las favoritas para un 39% de los profesionales encuestados. Ganan popularidad las normas del Centro de Arbitraje Internacional de Hong Kong (HKIAC, 25%), del Singapore International Arbitration Centre (SIAC, 25%) y de la London Court of International Arbitration (LCIA, 22%), mientras que las reglas de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, las reconocibles normas Uncitral, se quedan en el quinto puesto (15%).

Cuatro claves  de la investigación de White & Case

Mecanismos. La combinación arbitraje internacional más método alternativo de resolución de disputa (ADR) pierde fuerza y pasa de una aceptación de un 59% a un 48%. En la otra cara de la moneda, cada vez más empresas optan por introducir mecanismos de arbitraje sin preliminares (el 31% elegía esta opción en 2021; en 2025, el porcentaje sube al 39%). “Esto sugiere un posible cambio en cómo los usuarios perciben la eficiencia o necesidad de combinar el arbitraje con ADR”, valora Javier de Íscar, presidente del Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR).

En casa. Los usuarios prefieren resolver sus disputas en los tribunales cercanos a sus países, incluso en casa. No place like home, resume el informe. Ello explica el enorme empuje de las cortes asiáticas, en las que la cultura de arbitraje cala y cada vez hay más mercantiles que acuden a la justicia privada. Pero esta regla no se cumple en regiones como África, donde ninguna ciudad del continente aparece en su top five. Lo mismo ocurre en la región América Latina y el Caribe, donde la capital favorita es Londres y después París; ni en Oriente Medio, donde la capital predilecta es Londres y tras ella Singapur, pero donde sí destaca Dubái, la única sede local que repunta.

Factores. ¿Qué hace atractiva una ciudad como sede arbitral? La consolidación de las grandes sedes responde tanto a factores propios del arbitraje –como la seguridad jurídica– como a factores generales –el tamaño de la economía, la estabilidad política o el prestigio institucional–, dice Gabriel Bottini, socio de arbitraje internacional de Uría Menéndez. Así, “una empresa estadounidense intentará, por lo general, fijar la sede en EE UU”, añade Luis Fernando Rodríguez, de Wonders & Co SLP, “y no podemos olvidar que Estados Unidos es el mayor importador del mundo, el segundo mayor exportador, y que el comercio representa aproximadamente el 25% de su PIB”.

Temas. Un tercio de los encuestados afirmó haber participado en arbitrajes que tocaban cuestiones de interés público, como los delitos financieros o de guante blanco. Los investigadores creen que es cuestión de tiempo que los conflictos por cuestiones medioambientales y pleitos derechos humanos ganen protagonismo en la agenda de las cortes privadas.

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