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En colaboración conLa Ley

Joan Ramon Ramos (candidato a decano del ICAB): “El colegio tiene que ser equidistante, no puede haber fotos continuadas y gratuitas con políticos”

El aspirante a liderar el colegio barcelonés aboga por una institución con menos pompa, apolítica y que baje al barro de la abogacía de la calle

Joan Ramon Ramos, candidato a decano del ICAB, en una imagen cedida por su equipo de prensa

Joan Ramon Ramos (Barcelona, 1961) cree que los abogados han perdido la fe en sus colegios. Los discursos vacíos, la falta de acción y el exceso de galas y los eventos de pompa podrían explicar esta desilusión, según el profesor y fiscalista, que durante 20 años fue socio de PwC. Cree que la abogacía institucional se ha olvidado de bajar al barro, de escuchar. Para cambiar esta desafección —que existe y lo dicen los datos, pues la participación en la renovación de la junta de gobierno de estas instituciones ronda el 20 %—, será uno de los candidatos a liderar el Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB), cuyas elecciones se celebran el próximo 19 de junio, para sustituir al decano saliente, Jesús Sánchez. El docente, quien no esconde su orgullo por ser uno de los padres del primer equipo femenino del Fútbol Club Barcelona, quiere abrir el melón de la precariedad y la salud mental de los jóvenes, recortar actos de beautiful people y reinvertir lo ahorrado en formación. También que las decisiones sobre en qué se gasta el dinero las tomen los colegiados, por medio de consultas directas recurrentes.

Esta entrevista se encuadra en una ronda organizada por CincoDías para conocer a los cinco candidatos a liderar el colegio barcelonés. La institución, la segunda mayor de España, defiende a más de 24.000 abogados y gestiona un presupuesto de 22 millones de euros anuales, que vienen del bolsillo de los propios letrados.

Pregunta (P). ¿Por qué deberían votar por usted?

Respuesta (R). Después de ocho años de continuismo el ICAB necesita un cambio de rumbo. Esta es la candidatura del cambio. Queremos cambiar las cosas para que el ICAB sea apreciado y utilizado por sus colegiados.

P. ¿Qué se ha hecho mal en los últimos ocho años con los mandatos de Maria Eugènia Gay [fue decana entre 2017 y 2022 hasta que renunció al puesto para ser la Delegada del Gobierno de España en Cataluña] y Jesús Sánchez [el actual decano, que sucedió a Gay]?

R. No me gusta mirar mucho al pasado, pero los dos han hecho cosas mal porque no han solucionado el problema de la desafección de los colegiados. Casi un 80% de los colegiados no van ni a votar. Al final el colegio es un grupo muy reducido y no cumple su función social. Hay cosas que se han hecho bien, como el volumen de formación. El ICAB es uno de los colegios más activos en este punto, pero creo que no han sabido avanzar. Llevamos unos treinta años de mandatos donde la profesión sigue en un tramo inercial. Ningún decano ha conseguido cambiar la dinámica social.

P. ¿Y qué cambiaría usted de forma urgente?

R. A veces ocurre como en la película de Sandra Bullock, Miss Agente Especial, donde todas las candidatas terminan su discurso deseando “la paz en el mundo”. En los últimos 30 años siempre se han dado discursos genéricos, pero la realidad es que pasan los cuatro años y todo sigue igual. Mucha representación, muchas galas, muchas fiestas, muchos festejos intercolegiados, pero he hablado con más de dos mil abogados personalmente, en visitas a despachos, y todos dicen lo mismo: que el colegio no sirve para nada.

Nosotros tenemos medidas concretas. Por ejemplo, para los jóvenes, planeamos 400 becas al año para programas de máster de formación especializada del colegio. Queremos acercarnos a los cerca de 6.000 abogados que nunca quisieron el ICAB, por ejemplo, con un congreso gratuito para todos. Suprimiendo una gala nueva que se hizo este año, como unos Oscar del Derecho con alfombra roja, catering, presentadores de la TV3 y toda la parafernalia, todo un evento de beautiful people, tendríamos financiada la campaña para acercarnos a estos 6.000 colegiados. También proponemos la congelación de las cuotas e impulsar el voto telemático. Crear un sistema similar al de algunos ayuntamientos, donde los vecinos votan telemáticamente qué hacer con la plaza, si poner huertos o columpios. Queremos que los colegiados marquen el rumbo y decidan dónde gastar el dinero, y así ganar enfoque social.

Creo en un sistema similar al de algunos ayuntamientos, donde los vecinos votan telemáticamente qué hacer [...]. Queremos que los colegiados marquen el rumbo y decidan dónde gastar el dinero

P. ¿Qué haría en sus primeros cien días?

R. Uno de los principales problemas de la juventud y de algunos seniors es el famoso burnout. Los jóvenes están viviendo muchas crisis de ansiedad. Vamos a crear talleres de well-being. Queremos que aprendan a gestionar todas estas crisis, sus angustias, cómo identificarlas… Queremos establecer convenios con mutuas, colegios de médicos y fundaciones para que exista una asistencia médica gratuita para los letrados con problemas emocionales. Creo que son medidas muy tangibles.

P. ¿Cree que los colegios más grandes, como el ICAB y el ICAM, deberían tener un poder de decisión proporcional en las decisiones del CGAE donde son consultados?

R. Desde luego, no tiene sentido que los dos colegios que aglutinan casi el 85% de la profesión no tengan la misma fuerza de decisión ni la misma aportación del presupuesto. Madrid y Barcelona se autofinancian, pero hay colegios pequeños que sin el apoyo del CGAE estarían condenados a desaparecer. Un sistema que ponderara el número de colegiados sería mucho más justo. Pero también tenemos que ser generosos y extender la mano para seguir cooperando.

P. ¿Debe un colegio enviar comunicados y pronunciamientos sobre cuestiones que pueden tener tintes políticos, o debe ceñirse a la defensa de sus letrados?

R. Si gana mi candidatura quiero que sea por la buena acogida de todos, tanto del colectivo que defiende derechos humanos como de la abogacía más conservadora. Creo que todos están hartos de que se utilice su profesión, su colegio, para adoptar posiciones, ya sean conservadoras o radicales, en un sentido u en otro. De ahí nuestro eslogan, Un ICAB para todos. El colegio tiene que ser equidistante de los partidos, no puede haber fotos continuadas y gratuitas con políticos. El decano debe ayudar a los políticos a reflexionar y a hacer cosas técnicas, pero nunca sustituirlos. Si hubiese un caso extraordinario, donde haya miles de cartas y mails que exijan un posicionamiento, podemos consultarlo, pero nunca seré yo ni la Junta de Gobierno quien tome una posición.

Creo que todos están hartos de que se utilice su profesión, su colegio, para adoptar posiciones, ya sean conservadoras o radicales

P. ¿Qué valora de sus rivales?

R. Cristina Vallejo lleva ocho años liderando la formación del colegio, conoce muy bien el ICAB, es una experta en derecho inmobiliario y está en nómina en el Colegio de Administradores De Fincas de Barcelona y Lleida. Es una profesional, igual que el resto de los candidatos, pero esto no se trata de ver quién lleva mejores abogados o los más prestigiosos, todas las candidaturas son transversales y llevan a abogados de turno de oficio y especializados en todas las materias.

De lo que se trata es de romper la inercia. Hay casos recientes de miembros de la Junta de Gobierno que se han posicionado y han utilizado la plataforma para saltar al Consejo General de la Abogacía; o a la política, como el caso de Eugènia Gay. Yo tengo 63 años. Estoy en la fase final de mi carrera. No tengo aspiraciones. Si gano, no me presentaré a renovar el cargo. Seré un decano full time y sin remuneración. Tengo mi despachito y me gano la vida con pocos clientes, doy clase en tres universidades y soy el impulsor del Barça femenino, porque tenía una hija que jugaba al fútbol y quería arreglar la desigualdad en el deporte femenino. Le retorno a la sociedad todo lo que me ha dado.

Yo tengo 63 años. Estoy en la fase final de mi carrera. No tengo aspiraciones. Si gano, no me presentaré a renovar el cargo. Será un decano ‘full time’ y sin remuneración

P. ¿Dejaría la docencia si es elegido? ¿Y su despacho?

R. Quiero fallecer profesionalmente dando clases. Es de las cosas que más me llenan, aunque estamos un poco explotados en la universidad. Soy profesor de tres asignaturas y cuando se juntan las tres nóminas no llego ni a los 1.000 euros mensuales. En cuanto al despacho mi idea sería no cerrarlo, pero mi dedicación sería del 95% para el colegio. Además vivo delante del ICAB, por lo tanto tengo facilidad logística para estar disponible las 24 horas, los 365 días.

P. ¿Se desvincularía del Barça?

R. Nunca he sido directivo, pero siempre he estado en la Comisión Deportiva del Fútbol Femenino. En la medida que puedo intentaré continuar. Al fin y al cabo es de las cosas que me divierten y me entretienen.

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