BME Easy Access: una nueva vía regulada para empresas innovadoras en crecimiento
Una de las novedades radica en la flexibilización del requisito de ‘free float’, es decir, la obligación de que un determinado porcentaje del capital de la empresa esté en manos del público en el momento de su admisión a cotización

Bolsas y Mercados Españoles (BME) ha lanzado recientemente BME Easy Access, un nuevo entorno de cotización que representa una novedad significativa en el marco del mercado de capitales español. Se trata de una iniciativa pensada para facilitar la incorporación de empresas de pequeña capitalización —particularmente aquellas con un perfil innovador o tecnológico, en fases iniciales o de rápido crecimiento— al mercado regulado, sin necesidad de cumplir de forma inmediata con todos los requisitos que este tradicionalmente impone.
Una de las principales novedades de este segmento radica en la flexibilización del requisito de free float, es decir, la obligación de que un determinado porcentaje del capital de la empresa esté en manos del público en el momento de su admisión a cotización. Hasta ahora, esta condición ha supuesto un obstáculo para muchas empresas, bien por su estructura accionarial cerrada, bien por su etapa temprana de desarrollo. Con BME Easy Access, se abre la posibilidad de cotizar sin haber alcanzado aún esa dispersión accionarial, siempre que se cumplan ciertos requisitos alternativos y se garantice su consecución en un plazo máximo de dos años.
Esta flexibilidad, sin embargo, no supone una rebaja del rigor jurídico. Al contrario, dado que se trata de un segmento integrado en el mercado regulado, las empresas que acceden a BME Easy Access deben cumplir con un conjunto de requisitos legales exigentes, tanto en el momento previo a su admisión como durante su permanencia en el mercado. Entre ellos destaca la necesidad de aportar un informe de valoración que justifique una capitalización de referencia superior a los 500 millones de euros —aunque este valor no se configura como un umbral cuantitativo fijo, sino como una indicación orientativa basada en parámetros cualitativos—, así como cumplir con obligaciones de información financiera, de gobierno corporativo y de riesgos.
Otro elemento distintivo es la obligatoriedad de contar con un asesor registrado, una figura que habitualmente no se requiere en el mercado regulado, pero que en este caso se considera esencial para acompañar al emisor tanto en el proceso de incorporación como en sus primeros ejercicios como sociedad cotizada. Este acompañamiento resulta clave para garantizar una transición progresiva y ordenada hacia los estándares regulatorios del mercado continuo.
En cuanto al cumplimiento posterior del free float, BME establece una serie de criterios indicativos que las empresas deben alcanzar en un plazo máximo de dos años desde su incorporación. Así, se considera habitualmente cumplido este requisito si al menos el 25% del capital está en manos del público, o si existe una inversión mínima de un millón de euros por parte de inversores minoritarios. No se trata de condiciones normativas estrictas, sino de referencias que permiten a las empresas planificar estratégicamente su apertura al mercado.
Una vez admitidas, estas compañías quedan sujetas al régimen jurídico completo del mercado regulado. Esto implica la aplicación directa del reglamento europeo sobre abuso de mercado (MAR), con todas las obligaciones asociadas: publicación de información privilegiada, mantenimiento de listas de personas con información relevante y notificación de operaciones realizadas por personas con responsabilidad. También resulta de aplicación la Ley 6/2023 de los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión, junto con la normativa sobre OPAs, participaciones significativas y hechos relevantes, y las obligaciones de información financiera periódica propias de las sociedades cotizadas.
Desde un punto de vista práctico, BME Easy Access se perfila como una vía intermedia entre BME Growth —más flexible, pero fuera del mercado regulado— y el acceso directo al mercado continuo. Esta posición intermedia requiere que las empresas lleven a cabo una cuidadosa planificación jurídica y financiera. Será necesario, por ejemplo, revisar pactos parasociales y estructuras de control, atendiendo especialmente a cláusulas como las de arrastre y acompañamiento, o a los derechos de voto y restricciones a la transmisión de acciones.
Asimismo, las compañías deberán adaptar sus procedimientos internos a los requerimientos del MAR y establecer estructuras de gobierno corporativo acordes con las recomendaciones del Código de Buen Gobierno. Esto conlleva una mayor exigencia, pero también una mayor visibilidad ante inversores institucionales y un marco de seguridad jurídica robusto.
En definitiva, BME Easy Access constituye una herramienta jurídica y financiera de gran valor para aquellas empresas que aspiran a integrarse en el mercado regulado sin haber alcanzado aún todos los estándares tradicionales. Supone una solución pensada para impulsar a compañías con alto potencial, aportando un entorno normativo estable, pero adaptable a sus necesidades específicas. En un contexto donde el acceso al capital es clave para la expansión empresarial, esta iniciativa puede marcar la diferencia para muchas sociedades que buscan dar el salto al siguiente nivel.