Blas Jesús Imbroda: “Debemos elevar la voz cuando la abogacía sufre y la Administración es indolente”
Decano de Melilla desde 2001, Imbroda aspira a suceder a Victoria Ortega al frente de la Abogacía. “No se es consciente de la inmensa fuerza que tiene el consejo con todos los colegios unidos”
El juego de tronos para ocupar el sillón del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) está en la recta final. En poco más de una semana, el 28 de junio, Victoria Ortega cederá el testigo al próximo presidente o presidenta de la abogacía, el más votado por los representantes de los 83 colegios existentes. El decano de Melilla, Blas Jesús Imbroda, ha irrumpido de improviso en las quinielas con una candidatura que lleva por lema “Un consejo al servicio de toda la abogacía”.
El pasado viernes, 14 de junio, la comisión permanente del CGAE publicó la lista de los candidatos a presidir la institución. Un total de 29 aspirantes, 15 mujeres y 14 hombres, entre los que se encuentran los candidatos más mediáticos: la abogada Carmen Pérez Andújar, el decano de Las Palmas, Rafael Massieu, el de Málaga, Salvador González Martín, y el propio Blas Jesús Imbroda.
Imbroda es un histórico en su tierra y en el consejo. Lleva 23 años trabajando como decano y consejero por la profesión, de la que está enamorado. “Acabé la carrera con 21 años y empecé a ejercer enseguida, en el año 1981. Siempre quise ser abogado”, subraya. La pasión de su vida, su familia. Su hobby, cantar. En esta entrevista a CincoDías se define como un inconformista: “Siempre he creído que tenemos que intentar ser mejores y servir a los demás y procurar hacer mejor el mundo que nos rodea”. El decano quiere liderar “un nuevo tiempo que haga crecer la institución con la fuerza de todos”.
Pregunta. ¿Por qué ha decidido presentar su candidatura para presidir el CGAE?
Respuesta. Llevo 23 años en el consejo, en el que nunca he parado de trabajar. Conozco muy bien la casa, que tiene unos profesionales extraordinarios. Siempre he estado convencido que el consejo, que no debe ser otra cosa que la suma de toda la abogacía española, tiene un potencial inmenso. Me he presentado con la motivación de poder liderar un nuevo tiempo que haga crecer la institución con la fuerza de todos.
P. ¿Cómo definiría su programa? ¿Es continuista o disruptivo?
R. No me gustaría que me encasillaran en ninguno de los extremos. Ahora bien, no me presento para que todo continúe igual, porque siempre he creído que el consejo puede y debe ser mucho más fuerte y crecer en el servicio a la abogacía, en la respuesta a sus necesidades en todos los ámbitos. Por otro lado, en el consejo, a lo largo de la historia, incluidos los últimos mandatos, se han propiciado también avances para la abogacía que sería injusto desconocer.
P. ¿Cree que habrá alianzas territoriales a la hora de votar? ¿Se ve con opciones de ganar el próximo 28 de junio?
R. No estamos ante un tema de territorios, estamos exclusivamente ante el tema de hacer mejor a toda la abogacía de España, de responder a los muchos problemas que sufre y de hacerlo todos juntos. Los territorios no votan, lo hacen los decanos individualmente, y seguro que lo harán pensando en el bien común. Me presento con el reto de intentar ganar, aunque no es fácil. Por lo que respecta a los candidatos que conozco del consejo, son compañeros a los que respeto y no dudo de su cualificación.
P. ¿Cree que afectará al proceso el recurso presentado contra la convocatoria de elecciones?
R. El consejo ha convocado estas elecciones cumpliendo escrupulosamente las normas estatutarias. Espero que no afecte.
El CGAE debe liderar los movimientos de la abogacía en sus reclamaciones, muy especialmente en el tema del turno de oficio
P. ¿Cuáles serían sus primeras medidas como presidente del CGAE?
R. Acabar con la sensación de desafección de la abogacía, acercando el consejo a los colegios y a todos los compañeros y compañeras. El consejo es una institución al servicio de toda la abogacía, y así deben sentirlo. El consejo también debe liderar los movimientos de la abogacía en sus reclamaciones, muy especialmente en el tema del turno de oficio, que las Administraciones, por cierto, han maltratado. Con respecto a las inquietudes que ha suscitado el tema de la Mutualidad, trabajaría intensamente para que se encuentre una solución definitiva para los mutualistas alternativos. También seguiría trabajando y potenciando otros ámbitos, como la formación, tecnología y deontología, entre otros.
P. ¿Cómo deber ser la relación entre el CGAE y los colegios? ¿Y con los poderes del Estado?
R. Muchas veces no se es consciente de la inmensa fuerza y el potencial que tiene el consejo con todos los colegios unidos. El CGAE es la suma de todos los colegios, grandes, medianos y pequeños. Y esa fuerza además es absolutamente necesaria. Las relaciones con las instituciones y los poderes del Estado deben ser fluidas y de respeto mutuo, para solventar los problemas de la abogacía, pero también debemos en momentos determinados elevar la voz cuando la abogacía sufre y la Administración es indolente.
P. Usted es decano del Colegio de Abogados de Melilla desde 2001. ¿Qué hitos subrayaría?
R. El Colegio de Melilla ha experimentado una transformación total en estos años adaptándose plenamente a los muchos servicios que se prestan y a las actividades que se desarrollan. Hemos construido un nuevo edificio de cinco plantas para que estos servicios se presten adecuadamente. Hoy en mi ciudad podría asegurar que es una de las instituciones más respetadas y valoradas. Y son también un orgullo los abogados de los turnos de oficio especializados en extranjería, protección internacional y violencia de género, entre otros.
No tengo la menor duda de la honestidad e integridad de Victoria Ortega
P. ¿Qué opinión le mereció la crítica al consejo presidido por Victoria Ortega por los gastos en dietas y viajes durante la pandemia?
R. No huyo de ningún debate y defiendo siempre la más absoluta transparencia en la gestión. Pero dicho esto, no tengo la menor duda de la honestidad e integridad de Victoria Ortega ni de los que han gestionado el consejo durante su mandato. Le puedo contar que durante el estado de alarma no paré un día de trabajar con el consejo y con los ministerios, y logramos poner en marcha la plataforma de tramitación telemática de los expedientes de extranjería, que hoy utilizan más de 24.000 abogados. Le aseguro que no percibí un solo euro.
P. Los abogados de oficio han tomado las calles para exigir un salario digno. Les han seguido los mutualistas alternativos que piden una pasarela al RETA. ¿Cree que el apoyo del CGAE ha sido suficiente?
R. Uno de mis objetivos fundamentales es que toda la abogacía sienta que el consejo es una institución a su servicio. Esto no es solo un problema de comunicación. El consejo tiene que ir a los colegios, apoyar a los decanos y escuchar a la abogacía. Tiene además que liderar las reivindicaciones para que los baremos del turno de oficio se dignifiquen y que se abonen con puntualidad y regularidad. Con respecto a la Mutualidad, el consejo no debe parar de trabajar y apoyar que haya una solución para los compañeros.
P. Desde 2016, preside la subcomisión de extranjería y protección internacional del consejo y fue presidente del Colegio de Abogados Penal Internacional. ¿Qué amenaza hoy los derechos humanos en el mundo?
R. Desgraciadamente son muchísimas las amenazas y las violaciones de los derechos humanos. Se cometen crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y genocidios. Se producen desplazamientos masivos que requieren de nuestra ayuda y solidaridad. Le aseguro que no pararé desde el consejo de pedir y de exigir a todos los países de Naciones Unidas que introduzcan en la Carta Universal de los Derechos Humanos el derecho humano a la paz.
P. ¿Por qué debe presidir usted el consejo durante los próximos cuatro años?
R. Porque creo en el consejo y en su potencial para hacer mejor a toda la abogacía y contribuir a mejorar la sociedad. Porque a lo largo de 23 años no he dejado de trabajar junto a muchos compañeros en ámbitos del consejo y aspiraría a seguir haciéndolo desde la presidencia. Porque conozco la casa en todos sus rincones. Porque no cesaremos de velar por el respeto y la protección del ejercicio del derecho fundamental de defensa. Y porque todos y cada uno de los decanos y decanas serán protagonistas activos del trabajo del consejo y de un proyecto común.
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