El valor del abogado o a qué nos dedicamos: la confianza del cliente no la gana la IA
En esta nueva revolución digital, todos los profesionales del derecho tendremos acceso a herramientas de trabajo más poderosas que nunca
Realmente, como abogados, ¿cuál es nuestro negocio?, ¿a qué nos dedicamos?, y, más importante, ¿cuál es nuestro valor? Es frecuente que grandes emprendedores aparezcan en los medios cuestionándose estas dudas con respecto a sus negocios. Por ejemplo, Mark Cuban, nada más comprar la franquicia de la NBA de los Dallas Mavericks, reunió a sus ejecutivos y les preguntó: ¿A qué nos dedicamos? La mayoría de las respuestas giraron, lógicamente, entorno al deporte profesional. Pero Cuban respondió: “No, nos dedicamos a la industria del entretenimiento (show business). Y desde esa visión es como deberemos planear y ejecutar a partir de ahora nuestra estrategia”.
Entonces, ¿a qué nos dedicamos los abogados? ¿A asesorar, a resolver problemas, a tramitar expedientes? La respuesta a lo Cuban podría ser: no, nos dedicamos a la confianza. A transmitir y recibir confianza. A que los clientes nos confíen sus asuntos, sus dudas, sus problemas, sus proyectos. A que confíen, lógicamente, en que les daremos el asesoramiento correcto, el que necesitan, en el tiempo adecuado y el que les sea realmente útil. Confianza en que les ayudaremos a resolver problemas y disputas, y también a hacerles crecer por la mejor senda.
Pero la confianza, como cimiento de la relación con nuestros clientes, se sustenta principalmente en la responsabilidad y en la ética. Es decir, confían en que nos dedicaremos y estudiaremos su caso responsablemente, que actuaremos en su mejor interés y que procuraremos su beneficio de la forma más práctica y eficiente posible. Lo anterior, porque no se construye solo, se apuntala con un ejercicio constante de transparencia y comunicación. Para justamente fortalecer y confirmar la confianza.
Soy un entusiasta de la inteligencia artificial (IA) como potentísima herramienta para los abogados. Está claro, ya muchos lo venimos experimentado, que la IA es un valioso instrumento para estructurar ideas, analizar textos, simplificar escritos, etc. Es innegable que la IA está transformando ya la práctica legal. Esta potente herramienta está destinada a eliminar cientos de horas de trabajo que los abogados solían dedicar a tareas rutinarias y simples, automatizables. Sin embargo, su verdadero valor radicará en permitir que nos enfoquemos en lo que realmente importa: la confianza que ofrecemos a nuestros clientes.
En esta nueva revolución digital, todos los profesionales del derecho tendremos acceso a herramientas de trabajo más poderosas que nunca. La IA nos ayudará a encontrar soluciones más completas, precisas y creativas, a agilizar el tiempo de respuesta, a proponer estrategias innovadoras para resolver disputas o acelerar proyectos. Ahora bien, la diferencia entre un abogado de valor y otro que no, radicará en esa mínima diferencia decimal de valor que se plasma en soluciones reales que refuerzan la confianza hacía nosotros de nuestros clientes.
La confianza no solo se trata de brindar un excelente y eficiente asesoramiento legal, sino también de mostrar a nuestros clientes que estamos preparados y dispuestos a abrazar los cambios tecnológicos. Deben saber que entendemos sus necesidades y que nos adaptaremos a las nuevas herramientas y métodos para ofrecerles el mejor asesoramiento y las soluciones más efectivas.
En última instancia, la confianza es el pilar que sustenta nuestra profesión. Es nuestra responsabilidad fortalecerla y mantenerla en todo momento, ya que es lo que nos distingue y lo que permite que nuestros clientes confíen en nosotros para guiarlos a través de los desafíos legales en un mundo en constante, apasionante y trepidante evolución.
Carlos Rivadulla, abogado y manager de TMT en Ecija.