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Cine y Derecho
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'Upon Entry' y los controles a la inmigración

El espectador llega a cuestionarse el porqué de la existencia de un proceso de este tipo donde no se permite ningún tipo de asistencia legal

Un fotograma de 'Upon Entry' (La llegada).
Un fotograma de 'Upon Entry' (La llegada).

El control de la inmigración es una potestad de carácter estatal que comprende la organización y coordinación de los servicios relativos a la entrada de nacionales y extranjeros en el territorio nacional. En la mayor parte de los países su regulación es estricta, salvo convenios con otros países, y los requisitos para obtener visados de entrada y residencia están reglados y sujetos a controles administrativos más o menos exigentes dependiendo del país.

Especialmente duro es el control de la inmigración en Estados Unidos, y ese es precisamente el tema central de Upon Entry (2022), traducida al castellano como La llegada, película dirigida por Alejandro Rojas y Juan Sebastian Vasquez que, tras un exitoso periplo por diversos festivales, puede verse actualmente en la plataforma Filmin. La película narra la llegada al aeropuerto de Nueva York de una pareja, Diego y Elena, interpretados fantásticamente por Alberto Amman y Bruna Cusi. Tras ganar ella la Green Card Lottery en Estados Unidos y con ello conseguir un visado de residencia en ese país, intentan iniciar una nueva vida allí, pero se ven retenidos primero en el control de aduanas del aeropuerto, y posteriormente en lo que denominan inspección secundaria. Allí, unos oficiales de inmigración, interpretados por Ben Temple y Laura Gomez les someten a sucesivos interrogatorios sobre el motivo de su entrada en el país. La situación irá creciendo en tensión y angustia, cuando se vayan desvelando datos que las autoridades tienen sobre ambos inmigrantes.

La película, que bien podría ser una obra teatral dado lo limitado de los tres escenarios donde discurre, se inscribe en esa rara avis que son las películas de interrogatorios, donde todo el peso recae en la interpretación de los actores y en lo milimétrico de un guion que va desvelando la trama con cuentagotas. La pareja, inicialmente muy firme en sus intenciones y convicciones, va poco a poco quebrándose ante la agresividad y las dudas provenientes de los oficiales de inmigración que, abusando de su autoridad, no solo se limitan a interrogar sobre sus antecedentes familiares o sus intenciones profesionales, sino que abordan cuestiones personales íntimas que son manifiestamente improcedentes.

El trabajo actoral refleja fielmente la angustia de saberse escrutado, investigado, y el miedo a perder un futuro anhelado por una respuesta o una reacción incorrecta. Upon Entry expone de manera muy realista circunstancias como la cantidad de trámites administrativos y papeleo necesario para obtener el visado, la impaciencia por entrar en el país de destino que deja paso a la angustia por saberse retenido, o el margen de arbitrariedad que las autoridades inmigratorias tienen sobre la decisión. Y el espectador llega a cuestionarse el porqué de la existencia de un proceso de este tipo donde no se permite ningún tipo de asistencia legal o asesoramiento a los inmigrantes. Todo ello refuerza la solidaridad con la pareja protagonista durante el primer tramo de la película, pero cuando afloran otras informaciones se quiebra tanto esa solidaridad como la propia confianza de la pareja.

En conclusión, Upon Entry trata un tema muy actual, y es cine en estado puro, basándose íntegramente en unas magnificas interpretaciones y en una progresión teatral de la trama absolutamente magistrales.

Jose Luis Luceño Oliva, profesor de Loyola Másteres.

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