'Silo', la serie distópica sobre la ley inamovible
En la ficción de Apple TV+ solo se habla del poder judicial, temido por todos, y del ejecutivo, donde se integra la protagonista
Silo es una serie de Apple TV que versiona el primer libro de la trilogía de Hugh Howey, denominada Crónicas del Silo. Se trata de una obra de culto en la literatura del género, cuya adaptación cinematográfica ha sido ambicionada por varios estudios.
La serie narra cómo en un futuro distópico los últimos representantes de la humanidad, tras una etapa de presunta guerra civil o rebelión, habitan en un enorme silo bajo tierra, sin posibilidad de salir al exterior, por peligro de muerte, y estratificados en el interior del silo según las categorías y clases sociales. La vida se rige por un documento que redactaron los creadores del silo, que se denomina “El Pacto”, una especie de libro de leyes que todos deben conocer y que nadie debe violar a riesgo de ser condenado a pena de muerte. Asimismo, está terminantemente prohibido conservar algún objeto, “reliquias” se denominan, de la etapa anterior de la humanidad a la existencia del silo. Ello conlleva de facto un autentico “borrado” de su propia historia.
La protagonista principal es Juliette (maravillosa Rebecca Ferguson), una ingeniera dedicada al mantenimiento de la turbina del silo que, tras el fallecimiento, aparentemente accidental, de su novio, acepta el papel de sheriff de la comunidad. Lo hace para investigar la muerte de su pareja y continuar con las pesquisas de aquel, que tras localizar un disco duro con información antigua sobre la construcción del silo, creía firmemente que las autoridades del mismo, poder judicial y alcaldía, estaban ocultando la realidad exterior a los habitantes.
La atmósfera de la serie es claustrofóbica y el diseño de producción está muy cuidado, siendo muy originales las distintas perspectivas del silo y trasladándonos a un mundo no visto antes en televisión. La trama, que opta por narrarse con elementos del thriller, se dosifica adecuadamente, pero manteniendo siempre un alto grado de tensión. Conforme avanza la serie, los espectadores comparten descubrimientos con la protagonista de la misma.
Es muy interesante visualizar como la norma en la comunidad distópica es permanente e inamovible, el denominado “Pacto” redactado por los fundadores del silo, que establece las normas de convivencia en el mismo. Está escrito hace decenas de años y no ha sido objeto de modificación o actualización, incluyendo normas que los actuales habitantes encuentran ilógicas, pero que no discuten como consecuencia de la tradición. Esta existencia de la norma inamovible en el tiempo hace que aparentemente no exista poder legislativo. En la serie solo se habla del poder judicial, temido por todos porque tiene el privilegio del uso de la fuerza armada o ejercito, y del poder ejecutivo, representado por la alcaldía, que tiene bajo su mando a la oficina del sheriff, donde se integra la protagonista.
La idea de una norma ancestral de obligado cumplimiento, cuya transgresión conlleva penas de muerte o una inusitada respuesta violenta por las autoridades, hace de la comunidad que habita en el silo una organización cuasi dictatorial bajo una apariencia aparentemente democrática. Aunque en la serie se habla de las elecciones a alcalde, no hay libertad para tener determinada propiedad privada o para acceder a conocimientos previos a la existencia del silo.
En conclusión, una serie adulta de ciencia ficción, muy bien realizada, con un guión muy trabajado sobre el original literario y unas interpretaciones estupendas que son un deleite para los aficionados al género.
Jose Luis Luceño Oliva, profesor de Loyola Másteres