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La tormenta que acecha a los aviones privados

Aumentan las críticas por su uso en un contexto de crisis energética y preocupación por el medio ambiente El sector defiende que en España se trata de una herramienta de trabajo

Interior de uno de los aviones que tiene en cartera Europair.
Interior de uno de los aviones que tiene en cartera Europair.
Manme Guerra

Las risas del entrenador del París Saint Germain, Christophe Galtier, acompañadas por las de Kylian Mbappé, al ser preguntado por la razón de usar un avión privado para un desplazamiento que se podía hacer en tren rápido en menos de dos horas han reavivado la polémica en Francia sobre este tipo de aeronaves. Un país cuyo ministro de Transportes, Clément Beaune, aseguró hace unas semanas que sopesaba restringir el uso de jets, en un contexto de crisis energética y preocupación por el medio ambiente.

Un informe de la organización Transport & Environment, en la que participa Ecologistas en Acción, publicado el año pasado, sostiene que los aviones privados son de 5 a 14 veces más contaminantes por pasajero que los comerciales, así como que el 1% de la población mundial genera el 50% de las emisiones de carbono del sector. En el mismo texto se asegura que las emisiones de CO2 de los jets privados europeos han aumentado un 31% entre 2005 y 2019, una cifra superior a la de la aviación comercial. Por ello, desde Ecologistas en Acción ven con buenos ojos la medida que propone el ministro francés. “Cada vez hay más demanda social por ponerle freno al uso de medios aéreos con un alto grado de ostentación y frivolidad cuando estamos todos embarcados en esta lucha contra el cambio climático y en un contexto en el que se nos pide que bajemos nuestro consumo de energía”, explica Pablo Muñoz, portavoz de la asociación.

En el lado opuesto se encuentra la Asociación de Aviación de Negocios de España (SPBAA por sus siglas en inglés) cuyo vicepresidente, José Manuel Pérez de la Cruz, califica de “auténtica estupidez” la palabras de Clément Beaune y asegura que la medida “no va llegar a ningún lado”. “Son unas palabras populistas, porque quiere comparar la aviación ejecutiva con los ricos cuando no es así”, afirma, antes de añadir que la European Business Aviation Association (EBAA), a la que pertenece la asociación española, ya ha presentado una queja por las declaraciones.

Pérez de la Cruz recalca que la realidad de los vuelos privados en España no tiene nada que ver con la imagen proveniente de Estados Unidos de ricos y famosos usando sus jets para trayectos de apenas 20 o 30 minutos, otra de las polémicas en la que se ha visto envuelto el sector en verano. “Fundamentalmente la aviación de negocios, tanto en España como en Europa, es una herramienta de trabajo. La mayoría de los viajeros son ejecutivos que van a aeropuertos a los que llegar en aviación comercial tardarían un día. Nosotros se lo podemos hacer en dos horas. El perfil de los clientes que alquilan jets aquí es un 80% empresarial”.

Los aviones de empresas españolas

Precisamente, este uso de los jets como herramienta de trabajo es lo que lleva a muchas empresas en todo el mundo a tener uno o varios en propiedad para el uso de sus directivos. Pérez de la Cruz cifra entre 70 y 75 las aeronaves dedicadas a la aviación ejecutiva en España y los compara con los 800 que hay en Alemania o los 3.900 de toda Europa.

Consultadas todas las empresas del Ibex, 26 aseguran no poseer avión privado. Entre ellas Melíá, cuyo fundador, Gabriel Escarrer Juliá, posee uno a título personal, y ACS, cuyo presidente, Florentino Pérez, tiene entre sus negocios Floma Aviación, que se dedica al alquiler de este tipo de aeronaves. Amadeus, Ferrovial, Inditex y Telefónica no han respondido, mientras que desde ArcelorMittal no proporcionan información sobre este tema, misma contestación que Iberdrola. “No damos detalles de la información solicitada sobre los aviones de la compañía”, son las palabras usadas por Banco Santander. Otro banco, en concreto BBVA, sí que tiene un jet en propiedad, “que se usa de forma muy racional cuando no hay alternativa disponible o viable porque la política de la compañía es priorizar los vuelos comerciales”, aseguran desde la entidad, que recuerda su compromiso por la sostenibilidad.

Una de las grandes empresas españolas que tiene este tipo de transporte asegura que, en su caso, se utiliza como una herramienta de trabajo más para el desplazamiento de sus trabajadores y lo compara con los coches o furgonetas que también posee. El objetivo, añade, es optimizar el tiempo del trabajador, mejorando la productividad y la conciliación, ya que se eliminan los tiempos de escala, pernoctaciones y uso de recursos innecesarios. Desde 2010, aproximadamente, esta compañía calcula que le supone un ahorro económico y de tiempo de más de 30.000 horas al año, al igual que de eficiencia, para los varios miles de trabajadores y trabajadoras que viajan como pasajeros en sus aviones todos los años.

Una opción a la que recurren las compañías es al alquiler. A ello se dedica Europair, que no dispone de aviones propios, pero tiene en su cartera los de personas o empresas que los destinan a este fin cuando no los utilizan, una forma de rentabilizar el gasto que supone la compra y el mantenimiento. Aunque Europair prefiere no decir cuántas operaciones llevó a cabo el año pasado, sí asegura que esta línea de negocio está creciendo año tras año, muy especialmente a partir de la epidemia del coronavirus. “El impacto sufrido globalmente con multitud de restricciones intermitentes y la desaparición de muchas rutas aéreas, que dificultó el movimiento de viajeros que necesitaban desplazarse por diversos motivos, hizo que muchos usuarios que hasta ese momento no había utilizado este medio de transporte lo conocieran”, asegura un portavoz. Un crecimiento, el de la aviación ejecutiva, que José Manuel Pérez de la Cruz cifra en un 7% desde antes de la pandemia. Y que genera, según los datos de la EBAA, 450.000 empleos, entre directos e indirectos, en toda Europa.

Sobre la firma

Manme Guerra
Redactora de la sección Fortuna, donde escribe de recursos humanos, empresas, sostenibilidad, lujo y estilo de vida. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de la Escuela de Periodismo UAM-El País. Ha trabajado en El País, Vozpópuli, Microsoft News y la revista ¡HOLA! antes de incorporarse a Cinco Días en 2022.

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