¿Flexibilidad o ganar más? Los empleados españoles cambian de prioridades
Dos estudios señalan que se comienza a dar más relevancia a la conciliación entre la vida personal y la profesional que a un ascenso o a un sueldo mayor
“La vida no puede ser trabajar toda la semana e ir el sábado al supermercado”. Es lo que defendía el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga en una entrevista con El País en 2019, antes de que el coronavirus sacudiera el mundo. Cada vez son más los empleados que parecen estar de acuerdo con la afirmación, y especialmente tras la pandemia, según se desprende de tres estudios publicados recientemente.
En el primero de ello, el Talent Tends 2024 elaborado por la consultora de recursos humanos Michael Page, se recoge que el 57% de los españoles está dispuesto a renunciar a un ascenso si compromete su equilibrio entre vida personal y laboral. Un fenómeno que es más relevante entre las mujeres, los trabajadores mayores de 50 años y aquellos que tienen salarios satisfactorios, según el informe. Domènec Gilabert, director general de PageGroup para Cataluña, Aragón y País Vasco, asegura que en estos grupos la tendencia “ha existido siempre”, pero lo que le sorprende es que ha cambiado en las nuevas generaciones, “en gente de entre 25 y 35 años con mucha carrera por delante que prima más su tiempo personal a un ascenso”. Del mismo modo, apunta a la pandemia como “un punto de inflexión importante” porque abrió las puertas al teletrabajo y “a darle más importancia a otro tipo de beneficios relacionados con la salud física y mental”.
Judith Planella, mánager regional de Remote en España, coincide con Gilabert en señalar el coronavirus como un momento de cambio. La plataforma de recursos humanos en la que ella trabaja también ha realizado un estudio sobre conciliación, aunque centrado en empleados con hijos. Del mismo se desprende que el 42,2% de los padres trabajadores encuestados consideran la flexibilidad en los horarios un factor esencial para elegir un empleo, por encima incluso del salario, señalado por el 41,9%. A la hora de decantarse por un puesto, un 25% de los preguntados asegura que son fundamentales las políticas de trabajo en remoto que haya en la empresa. “Son las mujeres las que dan más importancia a conciliar. Y no creo que sea solo una tendencia de las nuevas generaciones, aunque sí que son estas las que están impulsando el cambio. La pandemia hizo que la conciliación fuera una de las principales prioridades para los empleados de todas las edades”, sostiene Planella.
Un tercer estudio también recoge la importancia que los empleados están dando en los últimos años a un mejor balance entre la vida laboral y la personal, pero con resultados algo diferentes. El 51% de los trabajadores consultados en el Estudio Personio RR HH 2024. Cómo resolver los retos de talento y compromiso considera que la conciliación es una prioridad en su trabajo, pero aún no logra superar a un buen salario o bonus (65%). “Creo que el sorpasso va a acabar produciéndose. Es algo que ha venido para quedarse”, defiende Aarón Cogolludo, responsable de partnerships para el sur de Europa en la compañía de software de recursos humanos. “Ya no hay una identificación tan absoluta con el trabajo como había antes. Decirle hoy en día a un profesional de 25 años que trabaje 12 horas diarias con la promesa de promocionar de aquí a dos años, quizá no sea lo que le motive. Quizá lo que le motive sea poner todo su esfuerzo durante un tiempo determinado, trabajando de manera intensa, pero luego, el resto del día, disfrutar de su vida”, añade.
El papel de las empresas
Teniendo en cuenta que los empleados dan cada vez más importancia a la flexibilidad laboral para poder conciliar, los expertos consultados coinciden en que las empresas deben adaptarse a la nueva realidad si quieren atraer y retener talento. De hecho, Gilabert cuenta que, en los casos en los que el profesional ya tiene un puesto de trabajo, se encuentra con negativas a aceptar un mejor cargo en otra compañía, si este conlleva más viajes o menos teletrabajo. “Nos cuesta más convencerle de que se cambie a la oferta que le estamos haciendo si pierde en conciliación”. Uno de los cambios que, bajo su punto de vista, pueden llevar a cabo las compañías es introducir “el liderazgo colaborativo”, dejando a un lado las estructuras “tan verticales, al menos en lo que se refiere a cargos intermedios”. Así, defiende, el jefe no tendría que estar siempre presente.
Están de acuerdo también en el cambio de mentalidad que se está produciendo en un país como España, donde lo conocido coloquialmente como calentar la silla estaba bastante instaurado. “Varía mucho dependiendo del sector y de la tipología de la empresa. No es lo mismo las que podríamos llamar como de toda la vida, con una cultura del presencialismo muy arraigada, que las de nueva generación, como una startup, formada normalmente por empleados más jóvenes, que no entenderían que se criticara a algún compañero por salir antes, ya sea para estar con sus hijos o simplemente para hacer deporte. Pero el tiempo pasa, todo evoluciona y el pensamiento de las nuevas generaciones va a permear”, sostiene.
Por su parte, Planella asegura que las compañías “están evolucionando y se trabaja mucho por objetivos, por lo que se ve más claramente si el empleado está cumpliéndolos o no”, sin que tenga que estar en la oficina. “La flexibilidad, además, mejora el clima laboral y la productividad”, defiende, antes de recordar que la conciliación no debe circunscribirse a empleados con familia, “es para todos”.
España, décimo país con mejor equilibrio entre vida profesional y personal
España es el décimo país con mejor equilibrio entre vida profesional y personal, según el estudio anual Global life-work balance, elaborado por la consultora de recursos humanos Remote. Para la realización del mismo se tienen en cuenta diversos factores, entre ellos la media de horas trabajadas o el permiso por nacimiento, en los 60 países con el PIB más elevado del mundo. En esta edición, por primera vez, se ha incluido también el sistema de seguridad pública. España ha conseguido colocarse en el décimo puesto, con 70,60 puntos sobre los 100 posibles, por ofrecer 36 días de vacaciones anuales, incluyendo los festivos, así como por los altos índices de inclusividad laboral para el colectivo LGTBI+ y por seguridad pública.
A la cabeza de la clasificación, que se puede consultar en el gráfico superior, se encuentra Nueva Zelanda, con 80,76 puntos. Le siguen Irlanda, con 77,89, y Bélgica, con 73,45. “La modificación de la Ley de la Familia es el ejemplo de los pasos que se están llevando a cabo para crear un balance entre el trabajo y la familia en España. Sin duda se han hecho grandes mejoras para avanzar en la consecución de este objetivo. Además, vemos una tendencia común en las empresas, que es la de fomentar la conciliación con políticas internas más flexibles en cuanto a horarios, así como la posibilidad de trabajar en remoto. Por ello, vemos en España un gran potencial para seguir mejorando en la clasificación”, asegura Judith Planella.