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Valero Marín: “¿Quién va a ser realmente válido en esta sociedad? ¿Quien sepa responder a todo o el que sepa hacer preguntas?”

Aunque la inteligencia artificial ha calado entre las grandes empresas del país, las pymes, la espina dorsal de la economía, se quedan atrás. El hecho de no detectar que puede aportar la IA es uno de los principales obstáculos

Valero Marín, presidente de IndesIA, en la sede de Repsol en Madrid.
Valero Marín, presidente de IndesIA, en la sede de Repsol en Madrid.Samuel Sánchez
Fernando Belinchón

El salto en la inteligencia artificial ha sido uno de los avances que más ruido ha generado en los últimos años. Miles de millones de dólares en Bolsa, una carrera entre gigantes tecnológicos y la promesa de revolucionar el mundo son algunas de las cosas que ha traído hasta el momento. Para evitar el riesgo de que tanto ruido genere pocas nueces, varios de los principales actores de la industria española crearon IndesIA, una asoaciación sin ánimo de lucro que quiere espolear el uso y la adopción de la IA en las empresas. Valero marín, presidente de IndesIA y director general de Cliente miembro del Comité Ejecutivo de Repsol, es la principal cara visible de esta iniciativa. El potencial, los retos, los riesgos... Con una visión optimista pero a la vez realista, Marín reflexiona sobre el salto.

Pregunta: ¿Cuál es el estado de implementación de la IA en España ahora mismo?

Respuesta: España es un país en el que yo creo que la oportunidad de la IA es muy clara. Tanto en el punto de vista de la energía renovable que se produce para alimentar los centros de datos, como en el del talento que tenemos. Creo que tenemos una oportunidad increíble respecto a la IA. El problema es que cuando miramos cuál es el estado del despliegue de la IA en España es que es muy asimétrico. Las grandes corporaciones españolas, las del Ibex, el grueso han desplegado o están en proceso de despliegue de esta tecnología. Cuando te vas a las pymes, el nivel de despliegue es muy muy limitado. Las pymes representan una gran parte del tejido productivo español, con lo que la foto global de implementación de la IA en España no es buena. Pese al consenso que hay sobre su potencial, la foto actual no es buena.

P: ¿Crees que falta que las pymes comprendan que les puede aportar una tecnología como esta?

R: La asociación IndesIA viene de tres años de trabajo muy cercano con las pymes. Lo que vemos es que las pymes no tienen en su día a día ni tiempo para pensar, ni tampoco los recursos para explorar que tiene la IA que ofrecerles. No se lo plantean por un problema de falta de tamaño y músculo. Nuestra experiencia nos enseña que, cuando nos sentamos a hablar con ellos y les explicamos lo que la implementación de la IA les puede dar, ya sea microempresas o empresas pequeñas o medianas, ven la oportunidad. Hemos desarrollado 90 casos de uso en IndesIA. Cuando les explicamos ese catálogo, empiezan a ver que les impacta de manera directa y lo quieren aplicar.

P: ¿Qué ejemplos del catálogo les atraen?

R: Ven que quieren un producto que les ayude a ser más eficientes energéticamente. Otro que les ayuda a detectar anomalías en la maquinaria con la que trabajan, también tenemos asistentes que ayudan a trabajar mejor en sus operaciones. Cuando entienden lo que tenemos a su disposición ven la oportunidad de manera inmediata. Hay dos casos que nos gustan mucho. Uno es el de detectar anomalías en equipos industriales. Lo aplican empresas como Gestamp o Repsol. A través de los datos de los equipos industriales hemos conseguido detectar los patrones de la maquinaria para hacer su mantenimiento de manera planificada y de manera preventiva. Otro es el concepto copilot para un operario en planta. No un copilot para un puesto de oficina, sino para un operario industrial que pueda tener dudas en su labor en la planta.

P: ¿Cuánto puede costar implementar la IA para una pyme?

R: Para mí no es un problema de coste, es falta de conciencia sobre el valor que les puede aportar. Lo que nosotros hemos visto en los hackatones que hacemos, que es un espacio de tres o cuatro días en el que analizamos a una pyme y vemos sus problemas y los datos que tienen para resolverlos, el valor lo encuentran inmediatamente. Por ejemplo, con Cosentino, que no es una pyme. Hicimos un estudio en el que se les ayudaba a fijar el precio de sus productos comerciales. Funcionaba no solo por productos, sino también por geografía. Si hemos celebrado 10 hackatones hasta la fecha, en el 90% de los casos el valor fue automático. La inversión necesaria es muy rentable, da un retorno de dos dígitos.

P: ¿Es la IA aplicable en todos los sectores?

R: Nosotros lo que hemos visto, dedicándonos a promover el despliegue de la IA sobre todo en la industria, es que se aplica a empresas tan variadas como Gestamp, Navantia, Telefónica, Ferrovial, Inditex… no vemos ninguna industria en la que la IA no encaje o se aplique menos.

P: ¿Cuál sería el riesgo de quedarnos atrás en esto?

R: El riesgo es que se agudice lo que ya nos ha pasado en Europa. Europa tenía una economía que era más grande que la de Estados Unidos no hace mucho tiempo atrás. Desde los años 90 y de manera continuada, Europa ha ido perdiendo peso en el ámbito industrial. Todo el mundo tiene claro que la industria genera riqueza y empleos de calidad. España y Europa han tenido una pérdida del peso de la industria en su PIB, creo que ahora estamos en un 18%, si perdemos el tren de la inteligencia artificial seremos menos competitivos y menos sostenibles y estaremos ahondando en este problema. Ni España ni Europa pueden permitirse esto.

P: ¿Crees que puede ayudar a reindustrializarnos?

R: Así lo veo. No quiero decir que sea el último tren, pero es un tren importante. Te diría que sí que es la última oportunidad de ser competitivos en la industria. La industria está muy alineada, la administración también. No es una tarea fácil.

P: ¿Cuáles son los retos para que ocurra?

R: Tenemos que seguir avanzando en el despliegue eficiente de centros de datos. Tenemos que cerrar ese hueco de talento en disciplinas tecnológicas y tenemos que conseguir que la pyme no se quede atrás en la IA. Si la pyme se queda atrás, se quedan atrás el 97% de las empresas españolas. Necesitamos abordar estos tres pilares.

P: Parece casi una cuestión de evangelización.

R: Hay un tema de evangelización, pero no puede quedarse simplemente en sensibilización o formación. Hay una vertiente de acompañamiento que es fundamental. Nosotros cuando fundamos IndesIA pusimos el foco en la formación. Creamos ciclos formativos, identificamos perfiles que necesitaban. En la práctica, vimos que la formación en sí está bien, pero detectamos un auténtico salto cuando pusimos esa figura del orientador. El paso crítico es el tener gente que se siente con las empresas y sea capaz de explicar casos de usos.

P: Hablemos de las sombras de la IA. El año pasado, cuando un grupo de expertos pidió pausar su desarrollo, Eric Schmidt, ex ceo de Google, respondió que no tiene sentido pararlo porque “solo le daría ventaja a China”. ¿Estamos embarcados en una especie de carrera armamentística en lo que a la IA se refiere?

R: Yo no veo una visión armamentística en este tema. Sí que es evidente que la IA y su rápido desarrollo aparejan una serie de riesgos. Yo lo que noto y percibo, y no solamente en el ámbito de la UE, en la ONU en EE UU y en la misma mesa China, es que los líderes están preguntándose cuáles son los límites. La UE ha avanzado identificando cuáles son esos límites, pero tenemos claro que lo que haga Europa no es suficiente. Las superpotencias en materia de inteligencia artificial son China y Estados Unidos. Tenemos que ser capaces de conseguir que la regulación sea global. Si no lo fuera, sí que habría la posibilidad de pérdidas de competitividad en los sitios que sí lo regulen.

P: ¿Crees que habrá perdedores con la implementación de la IA?

R: ¿Te refieres al eterno dilema sobre el empleo?

P: Sí, es uno de los posibles campos afectados.

R: El concepto de la IA, o lo que pasa con la revolución que genera, no es nuevo. Ya pasó con la revolución industrial. Yo creo que la sociedad también se transforma y lo que hace es evolucionar la empleabilidad de las personas. En IndesIA muchos de los socios promotores hemos desplegado programas de digitalización. Mucha parte de la automatización ha sido de tareas, y cuando miramos las plantillas de estas compañías, en términos netos no han disminuido. El trabajo de carácter administrativo se simplificó y se mejoró la toma de decisiones, pero no veo que el empleo se haya reducido de manera neta o drástica, todo lo contrario. El número de vacantes en España de perfiles de data engineer y TIC son altísimos. Estas tecnologías generan un crecimiento en número de puestos de trabajo y lo que tenemos que hacer es evitar que nadie se quede atrás.

P: El pasado mes de enero Christopher Pissarides, premio Nobel de Economía, aseguró que los empleos que mejor parados saldrán por la IA serán las humanidades, ¿tú que crees sobre esto?

R: Con esa afirmación estoy de acuerdo al 50%. En qué sentido. Creo, y es poco intuitivo, que los trabajos relacionados con las humanidades van a ser un vector de crecimiento claro. El cómo nos relacionamos con la tecnología tiene mucho que ver con ese tipo de formación. Fíjate. Volvemos a un concepto socrático. ¿Quién va a ser realmente válido en esta sociedad? ¿Quién sepa responder a todo o el que sepa hacer preguntas? Estamos en este concepto en el que por una vez en la vida, la tecnología nos permite saber casi todo y lo importante es cómo interactúas y cómo formulas preguntas. En ese sentido, tiene mucha razón. Lo que también pienso es que la tecnología evoluciona y los ingenieros, matemáticos y tecnólogos van a ser una parte fundamental del futuro. Estas dos grandes ramas de conocimiento van a ser grandes beneficiadas.

P: ¿Qué impacto crees que está teniendo la IA en la sociedad? Puedo estar equivocado, pero tengo la sensación de que, si salgo a la calle y pregunto a la gente sobre su relación con ella, quizás, si la usan, muchas veces su forma de relación consiste en hacerla alguna pregunta de poco calado. Sospecho que no somos conscientes de todo lo que puede implicar.

R: Yo creo que el problema es que nos estamos focalizando mucho en la IA generativa. Tiene ese efecto fascinante porque interactuamos con ella. Pienso que la gente está en una visión de no saber el potencial que tiene más allá de esa capacidad de responder preguntas. La IA generativa va a ser algo muy diferencial en la creatividad y el razonamiento. Cuando nos encontremos retos desde el punto de vista de medicamentos o nuevos materiales, la IA generativa va a aportar muchísimo. La parte que todavía hoy no nos imaginamos es lo que va a ser diferencial. Lo que tenemos que hacer es no olvidarnos de la inteligencia artificial más tradicional, la que resuelve problemas de simulación, de optimización. Estamos todos obnubilados con los asistentes y los chats, pero la IA convencional todavía va a aportar muchísimo. En el futuro, la IA generativa tenderá más a la creatividad y al razonamiento.

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Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.
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