Europension, un producto barato y con potencia de fuego para reforzar la inversión en la UE
El supervisor comunitario de seguros pide el fomento de fondos pensiones paneuropeos para mejorar la inversión
La Unión Europea pierde competitividad a marchas forzadas. El informe Draghi llamaba hace un año a adoptar medidas urgentes para tratar de cerrar la brecha con Estados Unidos y China. Una de las claves es contar con una política de inversiones industriales integrada y la mejora del mercado único. El ex presidente del BCE pedía movilizar 750.000 millones de euros. ¿Pero cómo? Una de las claves puede ser las Europensiones.
La autoridad europea de supervisión de seguros y fondos de pensiones (Eiopa, por sus siglas en inglés) reclama la creación de esta tipología de planes complementarios para la jubilación —bajo la nueva etiqueta Europension—, que contribuya a acumular un enorme patrimonio que pueda destinarse a invertir en el futuro de la Unión Europea.
Petra Hielkema, presidenta del supervisor, ha explicado hoy en unas jornadas financieras organizadas en Madrid por KPMG y Expansión que “tener un vehículo único, reconocible en toda Europa bajo la etiqueta Europension, puede ser un catalizador muy importante para fomentar el ahorro complementario a la pensión pública de jubilación y ayudar a que lleguen más inversiones para garantizar el futuro de la Unión Europea”.
El regulador ya ha pedido a Bruselas que cambie la marca de los llamados planes de pensiones de empleo paneuropeos (PEPP) para reconvertirlos en Europensiones. El producto no ha llegado a atraer a las entidades financieras, que han preferido seguir vendiendo los planes de pensiones tradicionales.
¿Por qué si no funcionaron los PEPP sí que lo van a hacer las Europensiones? Para Hielkema, la clave es crear un producto “sencillo y accesible”, que pueda contratarse “con la máxima facilidad a través de aplicaciones digitales” y que “genere la máxima confianza en el consumidor”.
La jefa de Eiopa considera que también es fundamental “que tengan unos niveles de comisiones adecuados” y que cumplan con la premisa que se defiende desde la Comisión Europea de value for money, es decir, que el plan de pensiones genere unos retornos que compensen el dinero pagado.
“La Unión Europea tiene que seguir avanzando en el mercado único, también en los planes de pensiones”, apunta Hielkema. Las gestoras de pensiones y las aseguradoras “ya manejamos activos por valor de 10 billones de euros, que un 75% se invierten en Europa, pero podemos aportar más”, explica la experta.
El desarrollo de las pensiones privadas es fundamental para garantizar la sostenibilidad del modelo. “Los sistemas nacionales de pensiones públicas se están estresando y corremos el riesgo de que un 20% de la población jubilada acabe en condiciones de pobreza si no hacemos cambios”, afirma.
Menores comisiones
Desde Eiopa también se ha pedido rebajar el límite máximo de los costes de los PEPP del 1%, sugiriendo que se sustituyera por un sistema que equilibrara los costes con los beneficios y los rendimientos. Unas reclamaciones que coinciden con la aspiración de la Comisión Europea de presentar a lo largo de este trimestre una estrategia de desarrollo del sector de pensiones complementarias y una revisión de la directiva sobre Instituciones de Previsión para la Jubilación Ocupacional (IORP) y del Reglamento Paneuropeo sobre Productos de Pensiones Individuales (PEPP). Todo ello dentro de la conocida como Unión de Mercados e Inversión con la que busca movilizar el ahorro de los hogares europeos.
Para Kelkema, “se necesitan urgentemente pensiones complementarias escalables para complementar las pensiones legales y colmar la brecha existente, que va a seguir ampliándose”.
El alineamiento del supervisor europeo de seguros con el sector es total. Las aseguradoras ven una oportunidad clara de negocio el desarrollo del ahorro para la previsión complementaria y creen que la industria puede jugar un papel importante. Así lo ha puesto de manifiesto Mirenchu del Valle, presidenta de la patronal española del sector (Unespa). “Nos encontramos ante una oportunidad única, con un debate abierto en Bruselas sobre la necesidad de desarrollar este tipo de productos”, ha explicado.
Para Del Valle, una de las vías para fomentar ese ahorro para la jubilación es la aplicación de sistemas de adscripción voluntaria, que hagan que en todos los convenios colectivos se ofrezca directamente a los trabajadores la posibilidad de destinar una parte de su sueldo a planes de pensiones de empleo. “En otros países, estos modelos de autoenrolment han funcionado muy bien”.
Durante el encuentro financiero, también ha reflexionado sobre el modelo de pensiones el presidente de Mutua Madrileña, Ignacio Garralda. “Creo firmemente que es el mayor problema que afronta España, con un déficit en la Seguridad Social de 50.000 millones de euros, y creciendo”.
Garralda ha recordado que la tasa de sustitución —que compara la primera pensión recibida respecto al último sueldo— “es la más alta de toda Europa, cercana al 78%, y con este nivel de generosidad el modelo no es sostenible. ¿Alguien cree que Alemania o Países Bajos van a permitir que sigamos teniendo esa tasa de sustitución cuando allí no llega al 50%?”, ha cuestionado.
El directivo considera que el nivel actual de ahorro privado en planes de pensiones privados “es totalmente ridículo”, en parte porque “el Gobierno ha limitado enormemente la posibilidad de ahorro por medio de planes de pensiones individuales”.
Garralda se ha mostrado pesimista sobre la posibilidad de cambiar el rumbo. “A veces creo que no tendríamos que mirar tanto a Europa, sino más bien mirar a lo que se hace en el País Vasco, donde las EPSV [entidades de previsión social voluntaria] son un modelo de éxito que podríamos replicar en todo el país”.
En España hay 132.000 millones de euros acumulados en planes de pensiones (tanto individuales como colectivos), propiedad de ocho millones de personas. El importe lleva varios ejercicios creciendo modestamente, tan solo por la revalorización de los activos en los que invierten, puesto que cada año hay más dinero que sale del que entra. Desde 2020 se han producido salidas netas por valor de 3.500 millones de euros.
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