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Tribuna
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Fijo en renta fija

A veces pueden pasar cosas que hacen que la rentabilidad proyectada se incumpla. A la espera de más claridad, mejor fondos y ETF monetarios de bajas comisiones

ETF -

Como muchos lectores ya ­sabrán, en la llamada renta fija, básicamente bonos y letras o pagarés, no hay nada de fijo a no ser que se compre el bono o la letra durante su emisión y se espere a vencimiento para recibir lo aportado cobrando los correspondientes cupones o intereses por el camino. Incluso en este caso, tampoco hay seguridad 100%, en especial si se compran bonos de altas rentabilidades, porque cabe la posibilidad de que el Estado o firma emisor del bono pueda hacer algún tipo de quita (pagar menos cupones o intereses e incluso no pagarlos o no devolver la totalidad del principal aportado) si entra en dificultades financieras.

En el caso de los fondos de inversión de renta fija, con sus grandes ventajas de diversificación y fiscales aparejadas, desde luego no hay nada de fijo. Lo más cercano a eso serían los fondos de muy corto plazo, como los monetarios, siempre que el plazo de inversión no sea largo, o los de renta fija o deuda a vencimiento si se entra durante el periodo de suscripción y se espera hasta el vencimiento, que puede ser en tres años o más, coincidente con el vencimiento de los bonos en cartera de dicho fondo.

Es importante saber que pueden pasar cosas que hagan que la rentabilidad proyectada no se cumpla. En el caso de los monetarios (compuestos de deudas a muy corto plazo), puede haber repentinas bajadas de tipos de los bancos centrales que se verán rápidamente reflejadas en los intereses que pagan dichos activos monetarios. En el caso de los fondos de bonos a vencimiento, además de potenciales quitas en alguna de las posiciones, pueden pasar otras cosas de naturaleza bastante técnica que un buen asesor puede explicar antes de tomar la decisión de invertir y que pueden hacer que la rentabilidad sea inferior a la proyectada.

En todos los casos, y en particular, en la renta fija de mayor calidad, el elemento más vital para calibrar bien la rentabilidad proyectada de una inversión es la evolución de la inflación y los tipos de interés, que lógicamente están relacionados. El gran problema es que la evolución de la inflación es muy difícil de predecir con precisión, y los últimos años tras la crisis de la covid han sido buen ejemplo de ello. Primero, una inflación disparada y luego una bajada pero que ha sido más resistente de lo esperado por la mayoría de los analistas.

¿Qué podemos decir en el momento presente? Si nos fijamos en algunas de las mejores casas de análisis a escala internacional, nos dijeron que 2024 mostraría una inflación más resistente a la bajada de lo esperado y acertaron, lo que aconsejaba fondos monetarios si se quería “atrapar” una rentabilidad casi segura bastante interesante en el entorno del 3,5% anual. Actualmente, vienen a decir lo mismo, pero no descartan cambios, como una potencial aceleración de las bajadas a pesar de las amenazas de aranceles y las alzas de algunas materias primas. Mientras esperamos por más claridad, la estrategia estaría clara: como en 2024, fondos y ETF monetarios de muy bajas comisiones.

Juan Manuel Vicente Casadeval es consejero de Smart Bolsa

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