La financiación a las pymes, algo más barata tras el recorte de tipos
Las continuas rebajas de tipos del BCE durante los últimos meses han facilitado el crédito para las pymes. El 70% de las pequeñas empresas siguen acudiendo a las entidades bancarias

Hace un año, el Banco Central Europeo (BCE) abrió las puertas a la primera rebaja de los tipos de interés tras nueve meses con la tasa de depósito en el 4%, su nivel más alto en dos décadas. Desde entonces, el organismo ha recortado el coste del dinero de forma paulatina –hasta dejar dicho índice en el 2%, tras la última revisión de este mes–, consecuencia directa de un contexto de moderación de la inflación, a decir de José Pedro Salcedo, presidente de la Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (Cesgar).
“Es previsible que el BCE continúe bajando los tipos, lo que supone mayores facilidades en el acceso a financiación para las pymes, algo claramente ligado a sus perspectivas de crecimiento”, declara Salcedo, refiriéndose a los resultados recientemente publicados del XIV Informe sobre financiación de la pyme en España, que elabora anualmente este organismo. Y es que este alivio en la presión financiera sobre las empresas respalda el que cerca de la mitad (43,9%) de ellas espera aumentar su facturación en los próximos doce meses, seis puntos porcentuales más que en 2024.
Invierten en transformación digital, innovación y transición hacia la descarbonización
“Sin duda, los costes de financiación de las pymes se han reducido de una forma muy notable en el último año”, corrobora Maite Cañas, directora de banca de empresas de Bankinter, quien asegura que en este periodo se ha observado “un fuerte crecimiento del crédito”. En concreto, para este tipo de clientes, las cifras del nuevo crédito en la entidad muestran un alza del 27% desde marzo de 2024. Al respecto del destino de esa financiación, Cañas explica que “se ha registrado un destacado incremento de las operaciones de inversión destinadas a adquirir, mantener o mejorar activos fijos”, un fenómeno impulsado en gran medida por la bajada de tipos “dado que estos préstamos suelen concentrarse en importes elevados y plazos más largos”. Asimismo, Cañas resalta la financiación de circulante, con “un especial interés en las líneas de factoring y confirming”, apuntando, no obstante, a unas previsiones de deterioro de la confianza e incertidumbre global para el segundo semestre que supondrán una ralentización progresiva del crecimiento.
De momento, el entorno de tipos más bajos sirve a las pymes para reforzar su estructura de activos, como es el caso de Cloudworks. Para esta firma de espacios de coworking y oficinas privadas, con 15 ubicaciones en Barcelona y Madrid y un equipo de más de 60 personas, la expansión representa su principal necesidad de financiación. “Actualmente, buscamos recursos para nuevas aperturas, además de la ampliación de sedes operativas”, detalla Carolina Falcone, su gerente de finanzas y contabilidad. Proyectos para los que recurren a préstamos bancarios, renting, rentback y fondos públicos –del Institut Català de Finances (ICF)–, mientras que los requerimientos de circulante se cubren mediante una póliza de crédito.
En su caso, la amortización de préstamos contratados antes de la pandemia les permitió reducir sus costes financieros en los dos últimos ejercicios, pero una nueva ronda de financiación bancaria ha venido acompañada de un encarecimiento de un 10%. “Esto nos ha obligado a replantear inversiones y a buscar condiciones más flexibles. Si bien hemos percibido una mayor apertura por parte de las entidades financieras, los requisitos crediticios siguen siendo muy rigurosos”, matiza Falcone.
Facilidad de acceso
Este testimonio se ve reflejado en los datos del informe de Cesgar acerca de las necesidades de financiación, que revelan el punto de inflexión que ha supuesto la mejora de tipos. Así, de casi la mitad (47,7%) de las pymes españolas que requirió fondos durante 2024 (1,6 millones de sociedades), alrededor del 70% recurrió a los bancos, registrando unas tasas de concesión del 90% (frente al 78,9% en 2023).
Y aunque el coste de la financiación sigue siendo el principal obstáculo para las pymes, su incidencia ha caído drásticamente. “Las empresas siguen encontrándose con problemas de liquidez, debido a las dificultades económicas resultado del aumento de los costes de producción y la aún elevada inflación”, asegura Salcedo, destacando el creciente número de pymes que destina la financiación a invertir para mejorar su negocio.

Más allá de la banca, las cifras contemplan que la autofinanciación se mantiene como una opción recurrente para estas empresas, incluso aquellas con ambición de crecer. “En los últimos años hemos fortalecido nuestra liquidez y somos capaces de afrontar inversiones con nuestros recursos propios”, comenta Pablo de Frutos, director financiero y de control de gestión de De Frutos Ferreterías, una enseña familiar de suministros industriales con 39 años de actividad.
Gracias a una gestión de tesorería eficiente y a acuerdos de pago flexibles con proveedores esperan crecer entre un 15% y un 20% en los próximos ejercicios. “Estas condiciones nos permiten sufragar parte del circulante sin necesidad de recurrir a deuda externa, lo que nos aporta estabilidad sin asumir costes financieros”, añade De Frutos.
Capacidad y conocimiento
Y es que hoy las pymes saben mejor cuándo recurrir a las diferentes herramientas de financiación disponibles. No en vano, “su formación en este ámbito ha ido mejorando notablemente en los últimos años”, afirma Olga del Orden, codirectora del Programa Experto en Dirección Financiera de Deusto Business School, quien atribuye ese salto cualitativo a la profesionalización de la gestión, al incremento de la competencia y a la complejidad macroeconómica actual. En palabras de Del Orden, “en España la banca ha sido tradicionalmente el recurso de financiación por excelencia, y se ha ido adaptando a los tiempos hasta alcanzar el primer puesto a nivel mundial en oferta digital”. Al tiempo, ese mayor conocimiento financiero tiene como consecuencia que los fondos de capital riesgo y las fintech estén ganando terreno como alternativas realistas.
Un contexto favorable por el que, respecto a 2024, el mercado de la financiación en nuestro país ha crecido un 1,4%. “Hemos pasado de un ciclo de tipos al alza a un escenario de mayor estabilidad y accesibilidad”, recuerda Eduardo Currás, director general adjunto y responsable de banca de empresas de Banco Sabadell. Tanto es así que la entidad ha elevado un 3% interanual su nueva producción acumulada de financiación. “Actualmente, la situación del tejido empresarial ha mejorado sustancialmente; las empresas han recuperado su actividad y cuentan con un mayor grado de transformación”, apunta Currás. En su opinión, la moderación de tipos ha reavivado el apetito inversor, y las pymes “son mucho más conscientes de la necesidad de avanzar en su transformación digital, en innovación y en su transición hacia la descarbonización”, agrega.
Adática es un ejemplo de empresa que se ha beneficiado de la bajada de tipos al recurrir, desde hace un año, a líneas de crédito bancarias. Según Agustín Gómez, su director general, esta ingeniería aeroespacial –que facturó 1,3 millones de euros en 2024–, ha priorizado “los costes financieros, la simplicidad operativa y el importe disponible” para “poder contar con más recursos sin depender del patrimonio de los accionistas”. Unos fondos que les permiten afrontar su actual proceso de transformación con el objetivo de vender líneas de producto además de servicios. Mientras que su principal necesidad financiera sigue siendo la liquidez de circulante, y habiendo dependido siempre de recursos propios, hoy dispone de dos líneas de crédito con “condiciones de interés muy ventajosas que reflejan los recortes del BCE”, concluye Gómez.

Un GPS para encontrar fondos
Ayudar a las pequeñas empresas a orientarse en un ecosistema financiero cada vez más complejo ha sido el leit motiv de la Cámara de Comercio de España a la hora de publicar su Guía de financiación para pymes, que estructura de forma clara y práctica las distintas fuentes de financiación disponibles, tanto públicas como privadas, incluyendo préstamos, avales, incentivos fiscales y recursos europeos. Su valor añadido es la Brújula de Financiación, una herramienta interactiva que permite a cada pyme identificar el instrumento financiero más adecuado en función de parámetros como su tamaño, antigüedad, destino del crédito o preferencias; entre opciones públicas, privadas o mixtas. “No proporciona un análisis financiero profundo, pero sí orienta con indicadores accesibles. Incluso a quien no tiene conocimientos técnicos”, explica Andrés Pereda, secretario de la Comisión de Financiación de la Cámara.
La guía parte de una evidencia ya conocida: muchas pymes desconocen qué opciones tienen a su alcance, o tienden a repetir fórmulas tradicionales sin evaluar alternativas. Por eso, el documento permite navegar entre distintas vías según la necesidad concreta, incorporando también enlaces directos a fichas explicativas y a entidades emisoras. “Queríamos que sirviera para tomar decisiones informadas y evitar que una mala elección limite el crecimiento”, resume Pereda.
Además, ha sido validada gracias a la participación de un grupo formado por una decena de empresas representativas, y se elaboró tras revisar modelos similares en otros países y analizar estadísticas nacionales. “No buscamos extrapolar, sino construir una referencia útil y realista”, subraya el experto de la Cámara. Está previsto que esta brújula, que se integra en formato interactivo dentro de la web del organismo público-privado, esté permanentemente actualizada.