Pocas grandes lecciones sobre las pensiones
Lo mejor es hacer la aportación al plan a principios de año y no al final como suele hacerse

El ahorro a través de fondos de pensiones privados u otras estructuras enfocadas a la jubilación es bajo en España si lo comparamos con nuestro entorno. Resulta bastante evidente que la regulación no ha ayudado, al mismo tiempo que el estrés en las cuentas públicas ha ido aumentando, dejando la sostenibilidad del generoso sistema cada vez más en cuestión.
De hecho, más allá de los grandes números, de una forma u otra van a significar menores cuantías públicas en el futuro y mayores sacrificios para conseguirlas. Ya en el terreno de la especulación no es difícil imaginar que llegue un momento en que dichas medidas se intensifiquen.
La conclusión es que es del todo razonable y recomendable disponer de ahorro privado. En el caso de determinados colectivos como los autónomos se torna casi en una necesidad de urgencia. Así, vamos a proporcionar unos pocos conceptos básicos que pasan desapercibidos o no se aplican adecuadamente y que pueden marcar una diferencia radical en cómo se llegue financieramente hablando hacia la edad de jubilación.
El primero es la fecha de comienzo del ahorro. Por efecto del interés compuesto (concepto fundamental que debería enseñarse en las escuelas) un ahorro regular si quiera de 50 o 100 euros mensuales, con 30 o 40 años por delante, puede conducir a un ahorro final muy considerable. La rentabilidad sobre la rentabilidad de las aportaciones después de muchos años se convierte en mucho dinero. Otro concepto es el momento de las aportaciones. Regularmente, cada mes es lo ideal, en el sentido de que se suavizan los efectos de la volatilidad en los mercados, pero si nos vamos a la estadística esta nos dice claramente que lo mejor es hacer la aportación al plan de pensiones al principio del año y no hacia el final como suele hacerse. Los mercados (globalmente) son alcistas la mayor parte de los años, por tanto, mejor aportar al principio.
Otro concepto básico es el activo en el que invertir y la confusión alrededor del perfil de riesgo, el plazo y el nivel de conocimiento del ahorrador. Resulta impactante ver la composición del sistema de pensiones privadas español, lleno de activos de renta fija a corto y medio plazo con rentabilidades que descontadas elevadas comisiones no cubren ni la inflación.
Una buena educación del ahorrador sobre las rentabilidades históricas y estimadas de largo plazo de los diferentes activos debería de conducir a asignar como mínimo una buena parte de su ahorro para la jubilación (un asunto de largo plazo) a Bolsa mundial. Nada que no se haga en los países financieramente más desarrollados donde importantes capas de sus poblaciones disfrutan de elevados ahorros privados e independencia del incierto sistema público.
Juan Manuel Vicente Casadevall es consejero de Smart Bolsa