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Elcin Barker Ergun (Menarini): “El 30% de las personas que mueren por bacterias resistentes son pacientes oncológicos”

La farmacéutica italiana negocia la aprobación en España de su terapia contra un tipo de cáncer de mama metastásico resistente. Cuenta con una planta de producción y un centro de I+D en Badalona

Elcin Barker Ergun, CEO del Grupo Menarini.
Alejandro González Luna

Con una facturación global de 4.603 millones de euros, el Grupo Menarini ve a España como un centro estratégico para su crecimiento. Tanto por su infraestructura para llevar a cabo ensayos clínicos como por su conexión histórica con el mercado latinoamericano. La farmacéutica italiana cuenta con una planta de producción y un centro de investigación en Badalona.

Además, emplea en el país a 538 personas. Su actual CEO, Elcin Barker Ergun (1962, Eskisehir, Turquía), conversó recientemente con CincoDías sobre las investigaciones médicas en curso, los problemas para obtener el reembolso del Sistema Nacional de Salud (SNS) o la pérdida de competitividad que sufre la producción biofarmacéutica en Europa.

P. Actualmente, a través de su división Stemline, llevan a cabo varios ensayos clínicos para el tratamiento del cáncer de mama. ¿Qué avances pueden esperar los pacientes?

R. Nuestro primer medicamento, que lanzamos en Estados Unidos, la mayor parte de Europa y Reino Unido, es para cáncer de mama metastásico y está dirigido a una resistencia específica que afecta hasta al 50% de los pacientes en etapa avanzada que tienen el receptor de estrógenos (RE) positivo y HER2 negativo. Lo que estamos tratando de hacer ahora con un ensayo clínico es llevar estos productos a los pacientes más temprano. Si somos capaces de mostrar un buen resultado en cáncer temprano, cuando se someten a la primera cirugía, lo que se llama tratamiento adyuvante, podemos dar una posible cura. También tenemos el mismo medicamento en ensayos de combinación en diferentes etapas.

P. ¿Está disponible este fármaco en España para su indicación original?

R. Estamos trabajando con las autoridades, sé que intentan acelerar, son conscientes de la situación, pero este medicamento fue aprobado en Europa en 2023 y dos años después aún no sabemos cuándo vamos a poder llevar el fármaco a los pacientes. Se trata de una terapia dirigida, donde primero debes hacer una prueba para saber si el paciente tiene la mutación y luego ser elegible para ese fármaco. En España ni siquiera tenemos reembolso para el medicamento, y luego habría que discutir la financiación para las pruebas.

P. ¿Cuál es la causa de la demora?

R. En España es un proceso largo. Primero tienes que obtener el reembolso general, y luego tienes negociaciones autonómicas. Esto afecta el tiempo en que los pacientes reciben su tratamiento. Nuestro sector, especialmente en oncología, está trayendo cada vez más terapias dirigidas, pero Europa y España deben actualizar sus sistemas de diagnóstico y reembolso, tanto para medicamentos como para pruebas, para estar preparados para esta nueva era de medicina de precisión.

Es genial tener un sistema de salud universal, pero la industria necesita que Europa incentive la innovación

P. ¿Entonces, también es un problema europeo?

R. Es hora de que Europa reconozca que es genial tener un sistema de salud universal y público, pero al mismo tiempo, para traer nuevos medicamentos, la industria necesita que Europa cree leyes que incentiven la innovación competitiva. En los últimos 20 años, EE UU y China han superado a Europa en innovación biofarmacéutica, y ahora son los dos centros de poder en innovación y donde van todas las inversiones, mientras Europa pierde inversión.

P. ¿Qué otras terapias ofrece?

R. Además de oncología, tenemos una fuerte presencia en enfermedades cardiovasculares, diabetes, dolor y reumatología. Nuestra cobertura en atención primaria especializada abarca casi todas las enfermedades. También trabajamos en antibióticos. Es también un área muy importante porque el número de muertes relacionadas con bacterias resistentes a los antimicrobianos alcanza alrededor de cinco millones cada año en el mundo y se proyecta que llegue a unos 35 millones en 2050. Es una crisis silenciosa y tenemos un portafolio para esto, pero las condiciones del mercado no son buenas.

P. ¿Por qué?

R. Muchas empresas no desarrollan nuevos medicamentos contra bacterias resistentes porque las condiciones para lanzar, en cuanto a precio y acceso, no son adecuadas. Muchas pequeñas biotecnológicas han quebrado porque no recuperan la inversión. Tampoco las grandes farmacéuticas están entrando. Paradójicamente, la industria o las autoridades pagan bastante dinero para reembolsar medicamentos oncológicos, pero el 30% de las personas que mueren por bacterias resistentes son pacientes oncológicos. Es una realidad que da miedo. El problema es que estos medicamentos se valoran como antibióticos normales, es decir, se les pone el precio de un antibiótico común.

Europa y España deben actualizar sus sistemas de reembolso ante la nueva era de medicina de precisión

P. ¿Qué propone?

R. La solución podría ser darles a estos fármacos un estatus similar al de los medicamentos huérfanos, con mejores precios y condiciones. Trabajar con las autoridades para crear incentivos y mejorar el acceso. Europa intenta crear una agencia centralizada para resolver el problema, pero es complejo por la cantidad de países involucrados. Lo ideal sería restaurar un mercado con incentivos para que la industria pueda invertir y apostar por la investigación en esta área.

P. ¿Qué papel juega España en su estrategia de expansión?

R. Es un país muy importante. Todos los ensayos clínicos que mencioné se están realizando en España. Hay una infraestructura muy fuerte, muy buenos hospitales, excelentes médicos, grandes científicos. También porque es un hub regional para Latinoamérica.

P. ¿Cuál es su objetivo en los próximos años?

R. Para los próximos tres años, queremos lanzar en España nuestro portafolio oncológico. También queremos traer nuestro medicamento para reducción de lípidos, si es aprobado en Europa, y lanzar otros tratamientos en diferentes áreas de oncología. Tenemos nuestro fármaco para mieloma múltiple, que ya está disponible en otros países. Además, estamos haciendo experimentos en linfoma y leucemia. Son también posibilidades en oncología para los próximos años.

P. ¿Cómo espera que afecte a la industria farmacéutica la nueva guerra de aranceles?

R. Entramos en Estados Unidos recién en 2020 al comprar la biotecnológica Stemline Therapeutics. Por eso, para los productos de oncología, no esperamos un efecto importante ya que se fabrican en ese país. Lo que sí podría verse afectado son algunos productos de atención primaria especializada que no se venden en EE UU, pero se envían desde allí a otros países. Ahí sí esperamos algún impacto.

Sobre la firma

Alejandro González Luna
Colaborador de EL PAÍS y Cinco Días desde 2021. Escribe sobre temas como sostenibilidad y ciencia y salud. Ha publicado el libro 'Donde el mar termina' (Pre-Textos), ganador del Premio Internacional Emilio Prados. Es licenciado en periodismo por la Universidad Católica de Santo Domingo y máster de literatura por la Universidad de Salamanca.
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