Asistentes virtuales y robots a cargo del cuidado de los pacientes: “¿Me tomo la pastilla con o sin alimento?”
El envejecimiento y el aumento de las patologías crónicas impulsan su uso. Algunas de sus ventajas son que mejoran la eficiencia y la accesibilidad a la atención sanitaria
Se llama Medi y es como cualquier otro asistente virtual, pero hace algo muy específico: se vale de la inteligencia artificial para leer y comprender los prospectos de los medicamentos. Los usuarios le hacen consultas a través de WhatsApp o WebChat –por ejemplo, “¿me tengo que tomar la pastilla con o sin alimento?”– y la herramienta, desarrollada por la empresa farmacéutica Teva y lanzada en junio de este año, busca la información en la base de datos de prospectos de la Agencia Española de Medicamentos y responde al instante.
Podría parecer una tarea intrascendente, pero no lo es. “Hemos realizado un estudio que indica que casi un 50% de las personas no consulta los prospectos de los medicamentos”, señala Elena Jiménez, directora de costumer experience (experiencia de cliente) de Teva. Una de las principales razones es que estos son difíciles de leer debido a su extensión y letras pequeñas, lo cual complica encontrar la información que se busca. Esto puede conducir a una administración incorrecto de los fármacos y afectar la adherencia de los pacientes a los tratamientos.
Pero Medi no es único en su clase. “La tecnología ha avanzado mucho en el sector salud, sobre todo la que está dirigida al uso de los profesionales. Sin embargo, estamos en un momento en el que veremos que irán surgiendo cada vez más herramientas diseñadas para el uso de los pacientes”, afirma Jiménez.
Una tendencia al alza
Aunque es difícil calcular cifras exactas, todo parece indicar de que se trata de una tendencia que crecerá rápidamente en los próximos años. La consultora especializada en investigación de mercado The Insight Partners proyecta, que el valor del mercado internacional de asistentes virtuales de atención médica pasará de los 684,07 millones de dólares (614 millones de euros) en 2021 a los 5.310,31 millones de dólares (4.773 millones de euros) en 2028.
“El uso de asistentes virtuales y robots está en expansión principalmente debido a su capacidad para mejorar la eficiencia y la accesibilidad del cuidado de la salud”, asevera Jordi Cusidó, jefe de investigación e innovación de Top Health Tech (THT), una filial del grupo Top Doctors que ha lanzado este año en fase piloto dos avatares virtuales, VA4U y Qylo, diseñados para ofrecer apoyo y atención al paciente. En concreto, resuelven dudas sobre fármacos o dan seguimiento a enfermos de salud mental.
Los avatares digitales moverán más de 4.770 millones de euros en cuatro años, según The Insight Partners
El aumento del uso de estas tecnologías también “responde a factores como el envejecimiento de la población y el incremento de enfermedades crónicas”, comenta César Velasco, director de innovación y estrategia digital de AztraZeneca. La farmacéutica ha lanzado su propio proyecto de inteligencia artificial conversacional, AZerca, en colaboración con la empresa de tecnología Tucuvi. Este incluye iniciativas como expandir la implementación en España de un asistente virtual clínico llamado Lola, que hacer el seguimiento de pacientes con insuficiencia cardíaca y EPOC mediante llamadas telefónicas.
Sin embargo, Velasco puntualiza que, en cuanto al nivel de penetración en España, aún estamos lejos de una japonización del cuidado de pacientes, en referencia al modelo de atención sanitaria en Japón, donde el uso de robots y asistentes virtuales está muy extendido. “La implantación de estas soluciones es aún incipiente en el país”, coincide Cuisidó. “Existen algunos proyectos de compra pública que se han lanzado donde se proponen soluciones en una visión puramente demostrativa. Adicionalmente, la regulación existente en la Unión Europea (la ley de inteligencia artificial) puede ralentizar la adopción masiva de este tipo de soluciones”, añade.
La regulación, más restrictiva en Europa, el coste o el miedo a la dependencia pueden ralentizar su adopción
En todo caso, la japonización de la sanidad no parece ser el objetivo de España. “Aquí, la tecnología busca complementar el trabajo humano, no sustituirlo, asegurando que los pacientes reciban un cuidado más personalizado y continuo sin comprometer la cercanía con los profesionales de la salud”, considera el director de innovación y estrategia digital de AztraZeneca.
Esto es así porque, aunque sus beneficios son numerosos, la utilización de asistentes virtuales y robots en la atención sanitaria también puede tener desventajas, como la dependencia excesiva en la tecnología, la falta de privacidad o el coste (aunque muchos de los profesionales digitales son gratuitos, algunos robots pueden llegar a costar miles euros). Su uso tampoco está exento de riesgos. “La fiabilidad y precisión de estos asistentes pueden variar. Se debe ser muy cuidadoso con el entrenamiento que se le da a los algoritmos y la configuración”, advierte Cusidó.
Un software de compañía
Ámbito público. Algunos hospitales e instituciones públicas en España han empezado a usar robots para el cuidado de pacientes y personas mayores, aunque en la mayoría de los casos aún en fase piloto. Es el caso del Ayuntamiento de Fuenlabrada, en la Comunidad de Madrid, que está probando uno de asistencia domiciliaria llamado Temi, el cual cuenta con software desarrollado por el Grupo Saltó, y que es capaz de realizar tareas como recordarles la toma de la medicación. El objetivo es retrasar la situación de dependencia en los mayores y lograr que las personas vivan en sus domicilios toda su vida. Por el momento, el consistorio tiene previsto invertir cerca de 200.000 euros en el proyecto durante los próximos tres años. “Actualmente hemos instalado un robot en un domicilio. Tenemos ocho pendientes en centros de día, y la ampliación a más hogares dependerá de los resultados que logremos y las conclusiones que saquemos de estas primeras experiencias”, apunta Álvaro Revilla, gerente y director de servicios sociales del ayuntamiento.
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