El crédito pide paso en las carteras de inversión
Con los tipos de interés en máximo, en la gestora MFS consideran que ha llegado el momento de asumir el riesgo en deuda corporativa, como alternativa a la inversión en depósitos
La Reserva Federal ha vuelto a decidir en su última reunión del año que los tipos de interés, por el momento, se mantengan sin cambios. Hablamos de máximos de los últimos 22 años y sin que se esperen más movimientos al alza. Un escenario que está haciendo que los grandes inversores se replanteen sus estrategias y comiencen a aplicar cambios importantes en sus carteras.
Es el caso de la gestora MFS, sus expertos consideran que el efectivo, representado principalmente por los certificados de depósito (CD) utilizados en Estados Unidos, ha conseguido ofrecer cierta protección frente a las subidas de tipos y la perturbación provocada por la acusada aversión al riesgo, al tiempo que ha proporcionado unos sustanciales rendimientos.
Sin embargo, creen que ahora es el momento de abandonar el efectivo y desplegar cierta exposición al riesgo de crédito. “Esto se debe a que hemos alcanzado el punto álgido de los tipos de interés oficiales, siempre un punto de inflexión fuerte que señala el comienzo del bajo rendimiento del efectivo frente al crédito”, explica Benoit Anne, director general de soluciones de inversión del grupo MFS.
Efectivamente, analizando los datos históricos de la política monetaria de la Fed desde 1982, se identifican seis ciclos diferentes de endurecimiento de la Reserva Federal. En conjunto, el rendimiento del efectivo se situó por detrás de la deuda corporativa a corto plazo, de media, tres meses después de que se alcanzara la cota máxima del tipo de los fondos federales, como se muestra en el siguiente gráfico.
Todavía perdura el debate sobre si la Fed ya ha finalizado o no su ciclo de subidas, pero, “en este momento, la probabilidad de un endurecimiento futuro, aunque no se descarta, es mucho menor”, considera el director general de soluciones de inversión del grupo MFS. Eso significaría que estaríamos ya en tercer mes tras la cota máxima del tipo de los fondos federales y, por lo tanto, podemos estar muy cerca del inicio del ciclo de rendimiento inferior del efectivo.
Entre las explicaciones está, según Benoit Anne, que “cuando los bancos centrales alcanzan el punto álgido de sus ciclos de tipos, las expectativas de futuras bajadas de tipos se convierten en el tema dominante del mercado. Ese tema tiende a apoyar a los activos de riesgo, incluido el crédito”.
Por el contrario, continúa este experto, “el efectivo no se beneficia de las mayores expectativas de recortes de los tipos de interés oficiales y empieza a obtener peores resultados que la renta fija. De hecho, cuando se producen recortes de los tipos de interés, la rentabilidad del efectivo disminuye, por definición”.
Mejores perspectivas económicas y rentabilidades
Dada la coyuntura macroeconómica, en MFS creen que tiene sentido asumir más riesgo de crédito. Consideran que las perspectivas han mejorado en las últimas semanas, puesto que los temores a una recesión se han disipado ligeramente. De hecho, gana fuerza la hipótesis de un aterrizaje suave, que no resulta tan favorable para un sesgo muy defensivo. En concreto, en la gestora utilizan un indicador propio del ciclo económico y este actualmente señala que el riesgo de recesión ha bajado sensiblemente, si bien persiste un riesgo de considerable desaceleración del crecimiento.
De hecho, a su juicio, la reciente evolución de los tipos refleja la mejoría en las previsiones de crecimiento. No obstante, “con la vista puesta en el futuro, la corrección de los tipos no nos parece sostenible. Nuestra opinión a este respecto es que los tipos del mercado se estabilizarán en un nivel más elevado y la volatilidad de los tipos se moderará, lo que resultará beneficioso para el rendimiento de la renta fija a largo plazo”.
Además, consideran que el panorama de las valoraciones del crédito a corto plazo parece bastante favorable. Para empezar, el rendimiento actual de la renta fija a corto plazo se sitúa alrededor del 6,0%, una cifra bastante alta según los datos históricos, y unos 60 puntos básicos por encima de los tipos de los CD vigentes (ver gráfico). “Esto significa que, con una duración de 1,8, el índice de crédito a corto plazo tendría que registrar un movimiento alcista de los tipos de 30 puntos básicos para que el rendimiento alcanzara el punto de equilibrio con el de los tipos de los CD a 3 meses, suponiendo que el tipo de los CD se mantuviera inalterado durante el mismo periodo”.
En definitiva, en MFS creen que podría haber llegado la hora de abandonar los certificados de depósitos. Incluso, les parece probable que los resultados del efectivo sean más deslucidos que los del crédito a corto plazo próximamente, y apuestan por asumir algo de riesgo de crédito como alternativa a la asignación a efectivo, en vista de la valoración atractiva, la mejor coyuntura de crecimiento y la favorable dinámica de la inflación.
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