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Japón: un acto de equilibrismo que puede cambiar el tablero global

Sanae Takaichi, la nueva primera ministra del país del sol naciente, puede suponer un giro a favor de Estados Unidos en el tablero geopolítico por su posición de derecha militarista. Sin embargo, su país también debe mantener vínculos comerciales con China y la Unión Europea, dos de sus principales aliados mercantiles

Luis Alberto Peralta

La Margaret Thatcher japonesa ha llegado. O por lo menos así lo asegura Sanae Takaichi, la recién elegida primera ministra de la quinta economía global. La líder, que hasta el año pasado fue ministra de Seguridad Económica del partido de gobierno, es considerada como la heredera del legendario Shinzo Abe y sus políticas heterodoxas que definieron Japón durante dos décadas. En esta línea, su relación con las grandes potencias globales, en particular con el Gobierno estadounidense de Donald Trump, puede ser determinante para redefinir los equilibrios en el tablero global, tanto en el campo económico como en la geopolítica. Sin embargo, los expertos consideran que sus reformas podrían quedarse en el papel, puesto que su postura parece más moderada que reformista.

Takaichi ha sido categorizada como de derecha o incluso extrema derecha. De hecho, su lema de campaña, “Hagamos Japón grande de nuevo”, tiene clara inspiración en Trump. “Sus credenciales nacionalistas están intactas, pero podrían incomodar a los vecinos asiáticos, especialmente a China. Su objeción a la constitución pacifista de Japón implica que su elección se interpretaría como un nuevo impulso para un sector de defensa ya muy caliente”, explica Dan Carter, gestor de fondos especializado en renta variable japonesa de Jupiter AM.

Así, el resto del mundo observa atentamente cómo el cambio de gobierno puede afectar a la sensible balanza del poder global. “El cambio en la política estadounidense bajo la nueva Administración está tensando la alianza entre Estados Unidos y Japón, crucial no solo para la seguridad de Tokio, sino también para la estabilidad en el Indo-Pacífico. En un complejo entorno geopolítico, rodeado de Estados autoritarios y con armamento nuclear, Japón debe lidiar con el fortalecimiento militar de China y un posible ataque a Taiwán, los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte y las constantes amenazas de Rusia al espacio aéreo japonés”, revela un informe del Parlamento Europeo al que ha tenido acceso CincoDías.

Acto de equilibrismo

Takaichi tiene que ejecutar un complejo acto de equilibrismo político: por una parte, debe acercarse a Estados Unidos, uno de sus principales aliados comerciales, militares y geopolíticos. Por otra, tiene que mantener abierto el comercio y las relaciones con el resto del mundo, en particular con China, Europa y Corea del Sur. En esta línea, una defensa del proteccionismo puede jugar en su contra.

Dicho esto, en materia comercial, la aproximación a Estados Unidos ya se ha iniciado. Hace tan solo unos días, ambos países anunciaron una nueva “edad de oro”, a través de un acuerdo que reafirma que Washing­ton solo impondrá un 15% de aranceles a las importaciones niponas. De forma simultánea, se anunció un nuevo fondo de 550.000 millones de dólares para que Japón invierta en el gigante norteamericano.

Durante la visita, los líderes sellaron un segundo acuerdo, que establece un marco de cooperación bilateral para asegurar el suministro de minerales críticos y tierras raras, un ámbito en el que China tiene un dominio casi incuestionable. En consecuencia, el documento plantea que parte de las inversiones japonesas se destinen al desarrollo de materiales estratégicos esenciales para las tecnologías avanzadas.

“La lista de empresas y proyectos incluye áreas estratégicas como energía, desarrollo energético para inteligencia artificial, infraestructura de IA y minerales críticos, como parte del acuerdo de inversiones estratégicas de 550.000 millones de dólares anunciado previamente. Asimismo, se firmó un Memorando de Entendimiento (MOU) que abarca IA, tecnología cuántica, biotecnología, energía de fusión y espacio. Los dos países también acordaron ampliar la capacidad de construcción naval y realizar inversiones relacionadas en EE UU, dadas las preo­cupaciones de seguridad económica”, resalta Louis Chua, equity research analyst Asia de Julius Baer.

Desde Julius Baer, consideran que los planes de seguridad e inversión entre ambos países están alineados con las prioridades de inversión nacionales de Takaichi, y es probable que los sectores relacionados con la defensa y la seguridad económica sigan beneficiándose. “Por ahora, creemos que la estabilidad en las relaciones exteriores con su principal aliado permitirá a la primera ministra japonesa centrar su atención en los asuntos internos, con miras a aprobar un presupuesto suplementario en la próxima sesión extraordinaria del Parlamento que se celebrará en lo que resta del año”, resalta Louis Chua.

Proteccionismo

Sin embargo, para poder preservar los intereses de Japón, Takaichi tiene que posicionarse contra el proteccionismo. “Estados Unidos ha renunciado a su liderazgo en el sistema de comercio basado en normas y no ha mostrado interés en adherirse al Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífica ­(CPTPP). Esto brinda a Japón la oportunidad de liderar la expansión del CPTPP”, indican desde el Parlamento Europeo.

A este respecto, si bien el nuevo Gobierno nipón continúa siendo una incógnita para Bruselas, Takaichi parece reconocer que su país y la UE siguen siendo aliados estratégicos. En una llamada reciente con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la líder japonesa aseguró que ambos países son “socios estratégicos clave para mantener y fortalecer un orden internacional libre y abierto basado en el Estado de derecho, así como para abordar conjuntamente los desafíos globales”. Según un documento oficial, coincidieron en profundizar la cooperación, seguridad económica y competitividad industrial.

No obstante, este papel se complica por las posturas militaristas que chocan con sus vecinos asiáticos. “Respecto a China, Takaichi ha adoptado una postura claramente confrontativa. El reto ahora reside en cómo podrá articular con claridad la diferencia entre su posición cuando estaba fuera del Gobierno y podía hablar libremente, y su nuevo cargo como primera ministra”, sentencia Kazuto Suzuki, investigador asociado del Programa Asia-Pacífico de Chatham House.

En cualquier caso, mantener el acto de equilibrismo entre la geopolítica y el comercio se presenta como una tarea complicada. Como dato, los principales socios de exportación de Japón en 2023 fueron Estados Unidos (20,2%), China (17,6%), la Unión Europea (10%), Corea del Sur (6,5%), Hong Kong (4,5%) y Tailandia (4,1%), mientras que las importaciones procedieron principalmente de China (22,4%), Estados Unidos (10,1%) y Australia (8,6%).

¿Abenomics 2.0?

En cualquier caso, los expertos coinciden en que la política nacional será la prioridad de Takaichi, y, por tanto, definirá su estrategia internacional. En concreto, la líder japonesa dice estar fuertemente influenciada por las políticas heterodoxas de Shinzo Abe. “Takaichi prometió dar prioridad a abordar la crisis del costo de vida y fortalecer la defensa nacional, con el objetivo de aumentar el gasto en defensa hasta el 2% del PIB. Según el recién nombrado ministro de Finanzas, el próximo paquete de estímulo, que se estima superará los 92.000 millones de dólares, se financiará principalmente con ingresos fiscales superiores a lo previsto y fondos no utilizados de presupuestos anteriores”, apuntan desde Muzinich & Co.

Desde JP Morgan anticipan que el nuevo Gobierno se enfocará probablemente en la abolición de las antiguas tasas impositivas provisionales sobre la gasolina y el diésel; la ampliación de las subvenciones a los Ejecutivos locales para apoyar los aumentos salariales de las pequeñas y medianas empresas; los aumentos en las tarifas de atención médica y de enfermería, y otras estrategias de crecimiento.

Sin embargo, desde la firma no creen que Takaichi será tan drástica como Shinzo Abe. “La política de la primera ministra se asocia inmediatamente con la economía de alta presión promovida por la Abenomics. No obstante, a juzgar por los nombramientos recientes y las negociaciones de coalición, no parece que favorezca una economía basada en subsidios fiscales”, apuntala un informe reciente de JP Morgan.

Así, los analistas no saben qué esperar realmente de Takaichi, y muchos anticipan que la nueva primera ministra podría ser más continuista y menos reformista de lo que dice. Algunos, por ejemplo, opinan que sus propuestas sobre el gasto y la inflación ya han sido inconsistentes. “Takaichi apoya con firmeza las medidas de estímulo de la era Abenomics y es escéptica ante las subidas prematuras de los tipos. A principios de este año, defendió la controvertida reducción del impuesto sobre el consumo de los alimentos del 10% al 0%, y afirmó que las subidas de tipos del Banco de Japón serían una estupidez. Pero durante la campaña electoral a la presidencia moderó su postura, y es probable que se muestre cautelosa ante la carga de la deuda de Japón y la fragilidad del mercado de bonos del Estado”, pondera Sree Kochugovindan, economista investigadora sénior de Aberdeen Investments.

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