El fantasma de la ultraderecha y Marine Le Pen espantan a las economías de Europa
El ascenso de los partidos de extrema derecha tras las elecciones al Parlamento Europeo ha disparado las alertas de los expertos, que advierten de que una mayor presencia de estos grupos puede perjudicar la transición ecológica y fomentar las políticas económicas populistas
La ultraderecha ha obtenido un número de escaños sin precedentes tras las elecciones al Parlamento Europeo, disparando las alarmas de políticos y analistas. Si bien el ganador de estos comicios ha sido el Partido Popular Europeo y la segunda fuerza siguen siendo los socialistas, los bloques ultras contarán con 131 representantes del total de 720.
La situación es particularmente llamativa en las principales economías de la zona euro. En Francia y Alemania, el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen y el partido Alternativa para Alemania (AfD) lograron el primer y segundo lugar, respectivamente, en las votaciones, lo que ha ocasionado caídas masivas en sus índices bursátiles. En este contexto, los expertos se preguntan: ¿supone este resultado un riesgo para la estabilidad económica o la integridad de la UE?
“El euro perdió terreno frente al dólar inmediatamente después de conocerse los primeros datos. La renta variable europea también sufrió, especialmente los bancos franceses. A medio plazo, los efectos indirectos de las elecciones de 2024 relacionados con la gobernanza fiscal y la posibilidad de una mayor integración podrían afectar a los mercados, sobre todo a la deuda pública. Las iniciativas de mutualización beneficiaron a las economías más endeudadas; en cambio, una mayor fragmentación y la falta de avances en los hitos clave para completar la unión de mercados y restablecer la competitividad de la UE actuarían en sentido contrario”, advierten Martin Wolburg y Paolo Zanghieri, economistas sénior de Generali AM, en un análisis reciente.
¿Integridad en riesgo?
El legislativo comunitario será probablemente liderado por el Partido Popular Europeo, que obtuvo 189 escaños. Dicho esto, es probable que para conseguir un segundo mandato de la Comisión Europea los populares vuelvan a conformar una alianza con los socialistas (que lograron 135 escaños) y con los liberales de Renew Europe (79 escaños). Por el momento, la reelección de Ursula von der Leyen para un segundo periodo como líder del Ejecutivo europeo es la alternativa más pronosticada por los expertos (un resultado que garantizaría una relativa continuidad en las políticas regionales).
No obstante, una mayor presencia de los ultras posiblemente se hará notar en las votaciones de la próxima legislatura. El foco está puesto sobre la agrupación conservadora ECR (a la que pertenecen Fratelli di Italia de Georgia Meloni y el español Vox), que ganó cuatro escaños (hasta los 73) y que se perfila como una alternativa a los socialistas y liberales en campos más conflictivos. Asimismo, la derecha euroescéptica obtuvo 9 escaños más, alcanzando 58 eurodiputados, aunque la mayoría de agrupaciones rechazan negociar con ellos.
A pesar de esto, los analistas descartan que por el momento el proyecto europeo esté en riesgo. “Se ha producido un fortalecimiento de los partidos antisistema de extrema derecha en Europa, pero no han superado las estimaciones. Esto significa que la mayoría de centro se mantiene intacta en el Parlamento, obteniendo probablemente más del 55% del total de votos”, apunta Reto Cueni, economista de la firma de inversión suiza Vontobel.
En una línea similar, Gilles Moëc, economista jefe de Axa Investment Managers, coincide en que, por el momento, el statu quo político en el Viejo Continente se mantendrá. “Aunque el espacio político general de los partidos mayoritarios se está reduciendo, el Parlamento Europeo tiene una larga tradición de cooperación entre los principales grupos, que, a tenor de los resultados nacionales vistos hasta ahora, probablemente conserven juntos una cómoda mayoría de los escaños. Puede que sea más difícil alcanzar los compromisos necesarios y habrá que tener en cuenta los cambios en la opinión pública, pero no cabe esperar un cambio radical de rumbo”, anticipa el economista de Axa.
Golpe a lo verde
Un campo que sí puede verse afectado es el de la transición ecológica. En este contexto, Cueni destaca que el giro hacia partidos de derecha antisistema (que se oponen a las políticas verdes y dan prioridad a la seguridad nacional y al control de fronteras), puede implicar posibles cambios las metas de Europa que alejen a la CE de un enfoque verde más asertivo.
“Tras las pérdidas del bloque de Los Verdes en el Parlamento, el impulso político para la transición se ve obstaculizado y aumenta la probabilidad de que durante la legislatura se frene el gasto público destinado a iniciativas verdes mientras aumenta el gasto en defensa y control de fronteras. Los inversores tienen que estar atentos a la presentación, a mediados de julio, de los programas de los candidatos a la próxima presidencia de la UE, que permitirán conocer la agenda de los partidos y el impulso político en Europa”, expresa el experto de Vontobel.
Por su parte, los analistas de Schroders coinciden en que este campo de la política europea puede verse afectado, mientras que las políticas inmigratorias pueden pasar a primer plano. “La idea de que Europa puede seguir adelante y descarbonizar su economía pero sin tener en cuenta el impacto en la competitividad de sus empresas ha perjudicado la agenda de la transición energética”, afirman los expertos.
Crisis en Francia
Los especialistas consultados coinciden en que, más allá de los resultados europeos, una de las cuestiones más preocupantes es el trasfondo político que estas elecciones han revelado. Sobre todo en Francia, un ascenso de la ultraderecha de Marine Le Pen (con su partido Reagrupamiento Nacional) implica un posible punto de quiebra en la política comunitaria, que históricamente ha favorecido la moderación.
Asimismo, los analistas temen que la fuerza de la ultraderecha empuje al país hacia políticas populistas que incrementen su problema fiscal. “El resultado de las elecciones anticipadas en Francia podría limitar aún más la capacidad del Gobierno para abordar sus retos más urgentes en materia de crédito, incluido el saneamiento de las finanzas públicas”, alertan Thomas Gillet y Brian Marly, analistas de países soberanos y sector público para Scope Ratings. “En general, el entorno político dinámico de Francia y la falta de claridad de la agenda política para hacer frente a sus principales retos crediticios apoyan nuestra perspectiva negativa”, sentencian desde Scope.
En este contexto, los expertos de Edmond de Rothschild anticipan tres escenarios. La primera opción sería una renovación de la mayoría de Macron, “dejando el país más o menos gobernable”. La segunda sería una mayoría relativa para Marine Le Pen, “dejando a Francia aún menos gobernable, ya que las oposiciones tendrían menos dificultades para unirse dada la polarización que puede generar este partido”. Finalmente, podría darse una mayoría absoluta para la ultraderecha, inclinando la balanza hacia sus políticas populistas.
Dicho esto, Mabrouk Chetouane, responsable de estrategia global de Natixis IM Solutions, detalla que los planes de reforma económica en Francia podrían verse “abruptamente frenados” por la probable formación de un gobierno de coalición junto a los populistas en un contexto en el que el estado de las finanzas públicas no deja margen de maniobra. “Con un déficit expresado en porcentaje del PIB del -5,5%, es decir, casi el doble del límite fijado por los tratados europeos, el margen para una política fiscal expansionista, apoyada por la Reagrupamiento Nacional, es limitado o incluso próximo a cero. La parálisis legislativa a la que podría enfrentarse Francia en caso de coalición supondría una nueva amenaza para la calificación de su deuda pública, que ya ha sido rebajada en las últimas semanas”, avisa el analista de Natixis.
No obstante, los expertos descartan que el partido de Marine Le Pen pueda alcanzar una mayoría parlamentaria por el momento. “La fuerza de Reagrupamiento Nacional y el sistema electoral pueden dar una mayoría relativa a la extrema derecha. Sin embargo, una mayoría plena es menos probable, y sería difícil para la extrema derecha encontrar socios de coalición. El partido de Marine Le Pen ha suavizado su tono antieuropeo, pero no se ha probado en absoluto en el poder. El presidente
Macron espera poder formar una gran coalición nacional, llamando a la izquierda tradicional y a la derecha a actuar con responsabilidad. No obstante, se trata de una apuesta arriesgada que puede desembocar en un estancamiento o en una crisis política más profunda”, afirman los especialistas de Generali.
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