Las calas y playas donde menos ha impactado la inflación: de la más barata a la más cara para alquilar una casa
El sur de España y A Coruña concentran los destinos más baratos este verano, mientras que en Baleares y Barcelona los pisos superan hasta los 2.000 euros
Este verano exigirá un esfuerzo extra a todos los españoles que decidan pasar agosto en la playa. Los precios de alquiler de la vivienda vacacional han reflejado aumentos en casi tres cuartas partes de las zonas costeras, con un incremento medio en torno al 15% interanual, y un rango que, dependiendo de la región, oscila entre el 5% y el 30%, según el último informe elaborado por Tinsa Research a partir de la información de su red técnica. Este repunte supone que se lleguen a pagar más de 2.200 euros al mes por un piso de 50 metros cuadrados. Sin embargo, aún existen zonas en las que el coste se mantiene estable. Las provincias de Cádiz, Almería y A Coruña concentran el mayor número de estos refugios, según Fotocasa.
El portal inmobiliario sitúa la playa de Los Bateles, ubicada en Conil de la Frontera, en Cádiz, como la más barata de España para alquilar un piso este verano, con un coste medio de 485 euros por un piso de 50 metros cuadrados. Le siguen la playa de San Miguel (Almería) y la Orilla, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), con precios que no superan los 515 euros al mes. En un análisis más general, se observa que el sur aglutina las playas y calas más baratas en régimen de alquiler, a excepción de A Coruña, que tiene una tercera parte de los 15 destinos más asequibles. Por contra, Baleares y Barcelona concentran los pisos más caros para pasar el verano; si se quieren visitar sitios como la Caleta Portals, la Playa Illetes, El Giber o Talamanca, los precios oscilan entre los 1.700 y 2.200 euros al mes por un piso medio de 50 metros cuadrados.
La alta factura a pagar por las viviendas en la costa coincide con su repunte en popularidad. A lo largo del último lustro, el litoral había perdido protagonismo, pero la crisis sanitaria de 2020 trajo consigo un deseo por alejarse de la urbe, según los analistas de la sociedad de tasación y el portal inmobiliario. Este anhelo por el aire fresco y el mar también ha impulsado las compraventas, de ahí que el precio medio en costa registre, según Tinsa, una variación interanual del 4,1% en el primer trimestre de 2023, más de medio punto más que en el mismo periodo de 2022. La cifra también es mayor respecto al índice de precios de vivienda (IPV), que según el INE disminuyó dos puntos entre enero y marzo, hasta situarse en el 3,5%.
El precio medio de la vivienda destinada a segunda residencia en los municipios costeros también ha aumentado un 6,3% interanual, hasta situarse de media en los 2.550 euros el metro cuadrado. Sin embargo, hay casas unifamiliares que superan los 6.000 euros. Las islas de Mallorca, Ibiza, Formentera, Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife son las zonas más prohibitivas, en línea con una demanda de alto poder adquisitivo que es en su mayoría, población extranjera. En el extremo inferior, con una demanda vacacional netamente nacional, se sitúan la costa norte, con Galicia, Cantabria y Asturias, y la Región de Murcia.
En general, “la vivienda en la costa se ha convertido en el activo estrella por su seguridad y rentabilidad en el inmobiliario”, comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa. Por eso, a pesar de que los precios en los sitios de playa son tan altos, la demanda tanto de alquiler como de compra no cesan. Tan solo en 2022 el volumen de compraventas en los municipios costeros alcanzó su nivel más alto de los últimos 10 años, suponiendo el 40% del total de las transacciones nacionales. Por su parte, se prevé que la recuperación del turismo extranjero aumente este año la demanda de viviendas vacacionales. De hecho. el mercado de la vivienda vacacional gira cada vez más en torno a la demanda internacional, con la construcción de nuevas viviendas que se ajustan a este poder adquisitivo más alto, en detrimento del de la población local.
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