El IPC sube una décima en febrero hasta el 6% por los alimentos, con lo que se neutraliza la rebaja del IVA

El foco de preocupación de la inflación se centra en la tasa subyacente que se fija en el 7,6%

Belén Trincado Aznar

Finalmente, la inflación subió en febrero un 6% interanual, según el dato definitivo publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), frente al 6,1% que publicó como dato adelantado. Esta tasa supone una subida de una décima respecto a la registrada en enero, cuando la variación fue del 5,9%. De esta manera se mantiene por segundo mes consecutivo la tendencia al alza registrada en enero, cuando se puso fin a cinco meses de freno en la escalada de los precios.

Desde enero, el Gobierno dejó de aplicar la bonificación de 20 céntimos por litro a todos los combustibles, al tiempo que recortó el IVA de determinados alimentos, que, a la vista del resultado conocido hoy, poco o ningún efecto ha tenido en el control de precios de la alimentación.

El INE achaca la subida de la inflación en febrero, principalmente al aumento de los precios de los alimentos, especialmente los frescos. Las legumbres y hortalizas junto a las frutas frescas experimentaron una reducción puntual de la oferta, como consecuencia de las condiciones climáticas desfavorables que ha contribuido a un descenso de la producción, lo que unido a una fuerte demanda tanto nacional como internacional, se ha traducido en un aumento de los precios.

Los alimentos y bebidas no alcohólicas experimentaron en febrero un incremento interanual del 16,6%, la tasa más alta desde enero de 1994, destacando incrementos en el azúcar del 52,6%, la leche el 33,1%, los aceites el 32,9% y las legumbres el 23,6%.

El febrero también se ha producido un aumento de los precios de la electricidad lo que ha impulsado a la rúbrica de vivienda hasta una tasa del 3%, frente a la disminución registrada el año pasado y una disminución de los precios de los carburantes.

Pero, sin embargo, uno de los puntos más preocupante del dato conocido hoy, es la evolución de la tasa subyacente (que no tiene en cuenta alimentos no elaborados ni los productos energéticos) y que también aumentó una décima, hasta el 7,6% interanual, la tasa más elevada desde diciembre de 1986, pese a ser una décima menos que la tasa del dato adelantado.

Este incremento de la subyacente viene a transmitir la idea de que la inflación se mantendrá por un tiempo en la economía española, lo que podría retrasar las previsiones de una moderación a lo largo de los próximos meses. Este repunte de la tasa subyacente, por tanto, no es más que el reflejo de que determinados incrementos de precios registrados en los meses pasados, a raíz de la guerra en Ucrania, se han ido interiorizando en el núcleo de la inflación.

No todo es negativo, ya que las cifras del INE reflejan una caída en los precios de los carburantes y lubricantes, que habían aumentado en febrero de 2022, y del transporte combinado de pasajeros, frente a la estabilidad del año anterior.

En tasa mensual, con respecto a enero, los precios de consumo registran una subida del 0,9% intermensual.

Por su parte, la tasa de variación anual del índice Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se sitúa en el 6%, una décima superior a la registrada el mes anterior.

Antonio Madera, responsable de Ratings de Ethifinance Ratings, considera que aunque se produce una ligera corrección a la baja de una décima, frente al dato adelantado, “se mantiene el estancamiento con respecto al mes anterior por el encarecimiento de la electricidad y la alimentación”. Añade que como consecuencia de la evolución de los precios la preocupación deriva “del freno que se está produciendo en el consumo de bienes duraderos y ocio que tendrá consecuencias directas sobre el crecimiento de la economía española”.

Algo más optimista se muestra la patronal CEOE, que reconoce que pese a no ser un buen dato, “la ralentización que muestra la inflación podría suponer un punto de inflexión, para comenzar a descender los próximos meses”. CEOE advierte que la valoración debe realizarse con precaución, ya que este año se han producido cambios metodológicos significativos y medidas de política económica relativas a los precios de determinados productos que podrían haber afectado a su evolución y que hacen que no sea un dato homogéneo con el de los meses previos.

Considera que la inflación seguirá moderándose a lo largo de los próximos meses hasta alcanzar una tasa media en 2023, en el entorno del 4%.

Para el sindicato CC OO este “mal dato” revela que la rebaja del IVA “no está teniendo efectos”, por lo que es necesario “avanzar en medidas más eficaces” y también “prestar una mayor atención a las personas que necesitan ayuda”. Mientras que UGT reclama un “gran acuerdo salarial que traslade parte de los excedentes empresariales al conjunto de trabajadores” e informan de una propuesta de incremento salarial, junto a CC OO, para el próximo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) 2022-2024.

Ambos sindicatos plantean subidas salariales del 5% en 2022, del 4,5% en 2023 y del 3,75% en 2024, además de una cláusula de revisión salarial que tenga en cuenta la evolución del poder de compra y la evolución del margen de beneficios de las empresas.

Por CC AA

El IPC subió en todas las comunidades, excepto Extremadura, donde no varió, y lo hizo de forma destacada en Canarias y la Comunidad Valenciana (1,2%) y en Andalucía, Aragón, Baleares, Murcia y La Rioja (1,1%).

Según los datos publicados por el INE, la inflación subió un 1% en Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña y País Vasco; un 0,9% -igual que la media nacional- en Castilla y León; un 0,8% en Asturias, Galicia y Navarra, y un 0,5% en Madrid.

Con estos datos, en los primeros dos meses del año solo Extremadura registra una cifra negativa (-0,4%), mientras Baleares y Canarias se sitúan en el 1,1% y Cataluña en el 1%.

El IPC interanual alcanza la cifra más alta en Castilla-La Mancha (6,9%), por delante de Canarias (6,8%) y Andalucía y Murcia (6,6%), y la más baja en Madrid (5,2%).

Recientemente, el Banco de España indicaba que el actual proceso inflacionista que vive el conjunto de las grandes economías europeas y en particular la española, tiene un importante efecto sobre los ingresos públicos, especialmente en la recaudación por IVA e IRPF.

Así considera que el mayor peso en los ingresos de la inflación se ha acrecentado a lo largo de los últimos trimestres de 2022, lo que explicaría que algo más de la mitad del aumento de los ingresos públicos, había sido consecuencia directa de la inflación.

Recuerda que en julio del año pasado, el IPC tocó techo con una tasa del 10,8% en julio, lo que tuvo su efecto especialmente en la recaudación del IVA. El Banco de España estima que, en los tres primeros trimestres de 2022, los precios habrían supuesto 6,2 puntos porcentuales de los 12,3 puntos de incremento de los ingresos públicos.

La tasa de inflación interanual de la eurozona provisional se situó en febrero en el 8,5%, lo que implica una bajada de una décima frente al dato de enero, según la lectura preliminar de la oficina comunitaria de estadística, Eurostat, que muestra una escalada de la tasa subyacente, que excluye el efecto de energía y alimentos, hasta un récord del 5,6%.

De este modo, la tasa de inflación interanual de la zona euro acumula ya cuatro meses consecutivos de desaceleración y se sitúa en su nivel más bajo desde mayo de 2022, antes de que el Banco Central Europeo (BCE) comenzara a subir los tipos de interés.

En el mes de febrero, el alza de los precios de la energía se moderó al 13,7% desde el 18,9% de enero, mientras que el encarecimiento de los alimentos frescos fue del 13,6%, frente al 11,3% del mes pasado.

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