Acabar con la brecha de género generaría 2,5 millones de puestos de trabajo
El coste de oportunidad para la economía española se sitúa en los 212.000 millones de euros
La desigualdad entre hombres y mujeres cuesta al país unos 212.000 millones de euros, lo que equivale al 17,6% del PIB de 2021, según la tercera edición del Indice ClosinGap. Se trata de un indicador sobre igualdad femenina desarrollado por PwC para el clúster creado en 2018 por 12 grandes empresas -Merck, Mapfre, Repsol, Vodafone, Meliá, Mahou San Miguel y Solán de Cabras, BMW Group, L’Oréal, PwC, Bankia, Grupo Social ONCE y Kreab- con la intención de impulsar la transformación social en esta materia desde la empresa.
Según el informe, con plena igualdad se crearían 2,5 millones de empleos a tiempo completo entre las mujeres, que representan el 47,3% de la población activa. El indicador establece el nivel de paridad en el 64,7% en 2022, lo que supone un avance de 1,4 puntos porcentuales respecto al año previo, cuando la situación empeoró a causa de la pandemia. Aun así, los datos confirman que España avanza a paso lento en la igualdad de la mujer, pues a este ritmo el país tardaría 33 años en cerrar la brecha.
En un análisis específico del empleo, el informe refleja una disminución de la desigualdad en las pensiones y en los puestos de liderazgo en empresas privadas. Sin embargo, y pese a la reforma laboral, el empleo precario no disminuye al mismo ritmo entre hombres y mujeres. Esto lastra el desarrollo femenino en el mercado de trabajo y fija una brecha por cerrar del 32,8%. La menor tasa de empleo y número de horas trabajadas, sumado a su predominio en sectores con menor productividad, ocasiona que ellas tengan un menor rol que los hombres en el crecimiento económico. De hecho, en 2021 solo contribuyeron con el 42% del PIB español pese a que representaban más de la mitad (51%) de la población en edad de trabajar, según los datos oficiales.
En el ámbito educativo se observa que la situación ha mejorado respecto a años anteriores, reduciendo la brecha a menos del 30%. Esto se debe, según el análisis, a que la tasa de abandono escolar, de educación terciaria y la formación continua de adultos han superado la paridad de género. El dato negativo es que la educación de carreras técnicas sigue teniendo una brecha mayor al 50%. Es decir, que sigue habiendo poco matriculado femenino en las carreras de ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas.
Las brechas de conciliación y salud se han agravado a raíz de la pandemia. En el primer caso, pese a registrar un aumento de 0,6 puntos porcentuales respecto a 2021, el indicador sigue siendo la categoría con la brecha más grande (aún queda un 58,6% por cerrar) y se mantiene por encima de los niveles prepandemia. La razón del retroceso es la parcialidad por causas de conciliación, lo que apunta a que fueron las que cargaron con el cuidado del hogar durante el Covid. Además, ha disminuido el tiempo que pueden dedicar al ocio, lo que demuestra que esa reducción de jornada no les ha permitido dedicar más horas al día para el cuidado de sí mismas.
La pandemia también ha agravado las condiciones de salud entre las mujeres. Es la categoría donde hay mayor paridad (84%), pero ha empeorado respecto a 2021 debido a que ahora hay más población de este sector en riesgo de pobreza o exclusión. Por otra parte, los años en buena salud respecto a su esperanza de vida también ha mermado. En contraposición, parece que el estallido del Covid ha tenido un efecto positivo en la adquisición de habilidades digitales por parte de la población femenina. En consecuencia, el indicador ha llegado a su máximo valor desde que se calcula el índice (75%).
En este año la variable de compras por internet ha llegado a plena paridad. Además, la variable de habilidades informáticas ha crecido significativamente y solo queda un 5% de brecha por cerrar. Donde hay mayor problema es en el número de profesionales que trabajan en el sector digital, pues existe una brecha del 60%.
El impacto a nivel europeo
No solo España pierde dinero por la desigualdad entre hombres y mujeres; el PIB de la Unión Europea podría aumentar hasta en 600.000 millones de euros si para 2027 se duplicara la cuota femenina en los empleos tecnológicos, según un informe publicado recientemente por McKinsey & Company. El documento, que recoge los datos de más de 60 millones de trabajadores en Europa, revela que solo un 22% de las mujeres del continente ocupan puestos tecnológicos en las empresas.
En concreto, se necesita que la UE sume 3,9 millones de mujeres al campo tecnológico, todo un reto si se considera que la tasa de graduación de ellas en disciplinas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas durante la educación superior está disminuyendo. Además, su proporción en la fuerza laboral es menor en los roles tecnológicos, por lo que se estima que su presencia en el campo caerá un 21% para 2027.
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