Sin lugar para excentricidades: los gigantes criptos se abrazan a la regulación para resistir el avance de la banca
De las grandes ‘celebrities’ a los contenidos educativos y a los influencers, los grandes ‘exchanges’ intentan una nueva narrativa para evitar otros escándalos y consolidar la legitimidad del sector
Una joven llorando en la puerta de un megaestadio por no tener entrada al evento que allí tiene lugar. La escena se repite constantemente con artistas como Taylor Swift, Dua Lipa o Beyoncé, con miles de fanáticos a la espera de un milagro que les permita ver a su cantante favorito. Sin embargo, es poco frecuente que un evento organizado por una compañía de servicios financieros provoque tal efecto. O al menos esos tiempos parecían haber quedado atrás en el ecosistema cripto, tras un largo desierto que terminó con masivos casos de fraudes y varios de los principales líderes del sector encarcelados en EE UU. Sin embargo, el mundo cripto ha confirmado hace dos semanas en Dubái que el entusiasmo y la confianza están de regreso pero con una nueva petición que, hasta hace pocos años, era inesperada. “Queremos que nos regulen”, reclamaba Binance, la principal plataforma de intercambio de criptomonedas del mundo, en el inicio de una semana de eventos en la capital emiratí.
Esta demanda por reglas de juego claras tiene dos intenciones bien claras. Por un lado, es un ancla para evitar nuevos escándalos como los que sacudieron al sector en los últimos dos años, caracterizados por el lavado de activos y el uso ilícito de depósitos de los clientes. Por otro lado, es un intento para consolidar su posición en un campo con cada vez más competencia. Mientras en Estados Unidos los gigantes de las finanzas como BlackRock ya dominan gran parte del sector con sus fondos cotizados de bitcoin, en Europa la gran banca ya ultima los detalles de sus ofertas para facilitar la inversión cripto a sus clientes minoristas desde principios de 2025. Solo en España, Caixabank, Santander y BBVA permitirán desde el año que viene que hasta 31 millones de clientes puedan invertir en estos activos digitales desde la app de su banco.
Desde las empresas señalan que, más allá de la competencia, la entrada de las grandes entidades financieras contribuye a darle “una mayor legitimidad” al mercado cripto y dará “mayor confianza” a los consumidores. Además, precisan que otros grandes nombres a nivel global como Goldman Sachs y Morgan Stanley ya están operando de manera activa en el sector, aunque sin soluciones para clientes minoristas. Por último, confían que las entidades medianas y pequeñas necesitarán socios cripto para poder competir, lo que abre una nueva oportunidad de negocio.
Esta nueva etapa del mercado no significa que no haya espacio para las extravagancias. Nadie se espera que Elon Musk, un referente para la comunidad cripto, pierda sus singularidades, incluso ahora que es parte del gabinete del nuevo presidente estadounidense Donald Trump. Tampoco las memecoins como Dogecoin van a desaparecer, pero la expectativa es que queden en un segundo plano y solo para el inversor especializado.
Reconversión
El clamor por la regulación implica también que los gigantes del sector, que durante años aprovecharon la falta de precedentes para fijar sus propios limites, tengan que abrazar un enfoque más tradicional para sus negocios. De esta manera, buscan imitar a otras empresas que ya dieron este paso como Uber, que pasó de ‘niño terrible’ en cada mercado que llegaba a un valor con un consenso de compra del 90%. A la vez, seguirían la estela de Coinbase, que cotiza en Wall Street desde 2021.
Bitpanda, el fintech de origen austríaco que ya colabora con la gran banca europea, podría ser la primera plataforma europea en probar suerte en Bolsa. De acuerdo a Bloomberg, la compañía mantiene conversaciones con entidades como Citigroup y JPMorgan para evaluar opciones. De avanzar en este sentido, algo que la firma evitó contestar a CincoDías, podría alcanzar una valoración superior a los 4.000 millones de dólares. En un mismo sentido se ubica Circle, el emisor de la stablecoin USDC, que en septiembre de este año mudó su sede a Nueva York con el objetivo de saltar a Wall Street.
Binance, que controla más de la mitad de los intercambios cripto a nivel global, de momento descarta la opción de salir a Bolsa. El motivo, señala su responsable, Richard Teng, es simple: la firma considera esta alternativa solo como una forma de levantar capital, algo que, de momento, no necesita. Sin embargo, la compañía se encuentra en proceso de escoger una sede global para sus operaciones, algo que hace un año consideraba también como un paso poco necesario. Si bien gran parte de su fuerza de trabajo es desde remoto, este parece un paso necesario de cara a ganar el visto bueno del mercado. A esto se suma, como apunta Teng, el nuevo consejo de dirección que guía los planes del exchange desde abril de este año, compuesto por embajadores, abogados y los cofundadores de la empresa.
Sin embargo, la historia de Coinbase destaca que salir a Bolsa no es la solución a todos los males. La acción de la firma, que domina el mercado estadounidense, marca una ganancia superior al 80% en lo que va del año, pero no logra dejar atrás su correlación con el precio del bitcoin. Desde su salida a Bolsa hace tres años, el coeficiente de correlación se mantiene muy alto en 0,85 (el limite es 1, que indicaría que ambos valores se mueven de igual manera), mientras que su conexión con el S&P 500 es del 0,60. Una nota de Bloomberg Intelligence apunta que, pese a la buena reputación de la firma en el sector, igual es vulnerable a la entrada de la gran banca dado que las entidades cuentan con “una mayor experiencia” en términos de regulación, custodia, segregación de activos y cumplimiento regulatorio.
No es una píldora mágica
El nuevo abrazo a la narrativa pro regulatoria no impide que aún no haya dudas entre los diferentes jugadores del mercado. Una publicación reciente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en LinkedIn, en la que resalta algunos riesgos de la inversión en criptoactivos, hizo sonar las alarmas en España. Mientras que las empresas que ya operan en el sector resaltan sus registros en el Banco de España (que no implican supervisión), otros posibles interesados quedan preocupados por el alcance de estos mensajes oficiales.
La historia también ayuda. Firmas como Binance ya han dejado atrás varias crisis reputacionales y no tienen el mismo miedo a lo desconocido que las entidades tradicionales. Parte del plan, afirman, pasa también por potenciar el desarrollo de la comunidad y el contenido generado por ellos mismos como forma de aumentar la adopción cripto. No es casual que Binance haya anunciado a finales de octubre un nuevo vicepresidente de producto proveniente de TikTok. “Mi motivación siempre ha sido desarrollar soluciones que motiven y beneficien a las personas”, anunció tras su nombramiento. Esta construcción de los mensajes, más espontáneos y sin la aprobación explícita de las firmas, es algo que dificilmente las entidades tradicionales puedan emular. Además, resultan mucho más económicos que la contratación de grandes influencer, como en el pasado fueron Cristiano Ronaldo y Tom Brady.
En eso parece coincidir la comunidad que, lejos de recordar la sentencia judicial en Estados Unidos, se volcó en masa a recibir a Changpeng Zhao, el cofundador de Binance. El ejecutivo que en abril de este año recibió una condena de cuatro meses por las falencias del programa antilavado del exchange. “Te das cuenta que ha llegado para cambiarlo todo”, reconoce Daniel P., un emprendedor cripto que ha viajado desde Estados Unidos con la expectativa de conocer a uno de sus ídolos. Junto con unos 1.000 participantes, esperó al menos dos horas para una selfi con Zhao. “Todo hasta aquí valió la pena y eso que es solo el comienzo”, asegura ante la pregunta de cómo será el futuro del sector. Con o sin regulación, la emoción y la efervescencia de la comunidad de seguidores parecen seguir siendo un pilar inamovible en cualquier plan.