Renfe espera a un nuevo presidente de Talgo con sus sanciones millonarias aún por resolver
La operadora tiene que retener aún pagos al fabricante por más del 25% de los 116 millones impuestos por el retraso en la entrega de los trenes Avril, a lo que se sumará una nueva sanción por la demora con la serie 107


La operación de restructuración financiera de Talgo y la entrada en su capital del consorcio vasco que lidera el empresario José Antonio Jainaga, también de la sociedad estatal SEPI, afrontan este viernes su hito definitivo en la junta de accionistas del fabricante de trenes. El consejo que lidera Carlos de Palacio ha dado la recomendación de pasar página en Talgo y ceder las riendas al presidente de Sidenor y demás socios entrantes previa aprobación de un nuevo armazón de financiación y de avales. La instrumental Pegaso va a vender por fin su posición de primer accionista y podrá articularse un nuevo plan industrial que trate de garantizar el futuro de la compañía. Una de las que espera el desenlace, con millones de euros en juego, es Renfe.
La penalización de 116 millones que la operadora pública impuso a Talgo en julio de 2022, por la demora de más de dos años en la entrega de 30 trenes de alta velocidad Avril (serie 106 de Renfe), está aún por cobrarse o, en su defecto, terminar de cubrirse. La dirección de Talgo ha mantenido en pie la advertencia de llegar a los tribunales por esa sanción que contemplaba el contrato, aunque cedió en parte en su resistencia al provisionar en las cuentas de 2024 los 116 millones que reclama Renfe. Fuentes al tanto del conflicto explican que Talgo no ha realizado entrega alguna, haciendo valer su argumento de que incurrió en retrasos por causas ajenas a su gestión, y que Renfe sigue reteniendo los pagos previstos a su proveedor. La cifra que Renfe tiene paralizada, comentan las mismas fuentes, no llega aún al 75% de la penalización.
La compañía dependiente del Ministerio de Transportes espera el nombramiento de nuevo presidente en Talgo para abordar una compensación a la que no va a renunciar. Renfe también está en disposición de reclamar por un segundo retraso, el de la remodelación de los trenes de la serie 107.
Este último caso será de un importe menor que el de los trenes Avril, pero la operadora espera desde 2024 para conformar la nueva serie. Utilizará 26 cabezas motrices de alta velocidad, que fueron encargadas a Talgo por 204 millones, y hasta 156 coches de trenes hotel, también transformados por el fabricante por 103 millones de euros (se incluye el mantenimiento de 13 composiciones de coches transformados).
El material resultante tendrá rodadura desplazable para circular por distintos anchos de vía y capacidad para circular a 330 kilómetros por hora. Para Renfe es clave en un momento en busca potenciar el servicio público de alta velocidad Avant y cuando debe restablecer el de bajo coste Avlo en la línea Madrid-Barcelona, retirado el pasado septiembre por la avería en los bogies de trenes de la nueva serie 106 de Talgo.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha declarado que su primer contacto con el futuro presidente de Talgo será precisamente para supervisar el estado de la partida de los S107. Puente también fue quien anunció que habría una reclamación económica de Renfe por el retraso en disponer de este material.
Salvavidas
En la junta de Talgo de mañana viernes se votarán las distintas operaciones previstas para reforzar la estructura financiera, patrimonial y accionarial del grupo. Como primer punto figura la emisión de 10,59 millones de acciones dirigidas a la SEPI, que pagará 4,25 euros por título o un total de 45 millones por el 7,8% del capital. Además de este aumento de capital, a la sociedad estatal también se le dedica el segundo punto del orden del día, la emisión de 300 bonos convertibles por un importe agregado de 30 millones. El inversor público pedirá puesto en el consejo tras una operación que ha pasado el filtro de asesores externos y ofrece “una oportunidad favorable de inversión”, se ha explicado desde la compañía.
A partir de aquí, entran los inversores vascos, que se harán con un 29,7% del capital de manos de la instrumental Pegaso, en la que se alinean el fondo Trilantic y la familia fundadora Oriol. Además, Talgo someterá a votación en la reunión de accionistas la emisión de otros 750 bonos convertibles en acciones, por un total de 75 millones, que serán suscritos por Clerbil (vehículo inversor de Jainaga), el fondo público vasco Ekarpen y las fundaciones bancarias BBK y Vital.
En cuarto lugar se afronta la refinanciación de deuda con 770 millones de crédito (liderado por BBVA y CaixaBank) en dos tramos: hasta 650 millones a seis años con garantía parcial de CESCE, y un revolving a cinco años de hasta 120 millones (el sistema permite disponer de los fondos y reutilizarlos a medida que se devuelven, pagando intereses por el importe utilizado). De forma adicional, Talgo contará con una línea de avales por 500 millones también con garantía parcial de CESCE.
La firma industrial responderá con la nueva financiación a contratos internacionales con Deutsche Bahn, Egyptian National Railways, Flixtrain o Saudi Arabia Railways, además de atender sus necesidades de circulante.
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