Ir al contenido
_
_
_
_

Capgemini reivindica la ética como timón de la inteligencia artificial

La consultora presenta las principales tendencias tecnológicas para 2026

Los modelos de inteligencia artificial (IA) funcionan muy bien cuando operan dentro de los límites para los que han sido entrenados. Pero fallan —y a veces de forma estrepitosa— cuando se enfrentan a situaciones nuevas. En esos casos, debe ser la ética la que marque el rumbo. Esta ha sido una de las ideas que la consultora tecnológica Capgemini ha expuesto este martes en un encuentro online con periodistas, en el que ha presentado las que, según ellos, serán las tendencias tecnológicas para 2026.

El responsable del Laboratorio de Prospectiva en Inteligencia Artificial de Capgemini, Marc Roberts, ha señalado que la ética consiste, en esencia, en saber tomar las decisiones correctas incluso cuando no hay un manual que te indique cómo actuar. Ese comportamiento, ha añadido, es precisamente lo que hoy falta en muchos sistemas de IA: la capacidad de decidir bien cuando no hay datos previos que guíen la respuesta.

Abordar la ética como un componente técnico, ha afirmado, permitiría reducir la dependencia de entrenamientos masivos. En los últimos años, ha sostenido Roberts, la narrativa dominante en el campo de la IA ha sido que para obtener éxito el único camino era aumentar la escala de los modelos. Eso, que ha definido como “parcialmente cierto”, está cambiando. “Ahora nos movemos hacia sistemas híbridos”. Capgemini apuesta por la integración de modelos basados en la física o las matemáticas con IA generativa para crear sistemas mucho más confiables y más asentados en la realidad de las organizaciones.

Según Roberts, en los últimos años el mercado ha estado más centrado en crear y mostrar prototipos “vistosos” que en desarrollar modelos capaces de generar valor real para las compañías: “Necesitamos dejar de lado todo ese teatro y convertirlo en algo real”. Por ello, ha insistido, 2026 será “el año de la verdad” para la IA.

La segunda tendencia para el año que entra destacada por Capgemini también está relacionada con lo que la compañía ha denominado la tecnología más transformadora de una generación. En este caso, sostienen que la inteligencia artificial “se va a comer el software”. La consultora prevé que la IA no solo se encargará de programar el nuevo código, sino de desarrollar todo el ciclo de vida de los sistemas informáticos, hasta el punto de que gran parte del software existente podría ser reconstruido en los próximos años.

Capgemini identifica como tercera tendencia la transición de la nube (el conjunto de servidores de internet que permiten almacenar datos) tradicional a un modelo que ellos denominan multi-cloud, en el que varias nubes independientes funcionan de manera coordinada. Las organizaciones modernas, ha defendido la líder de la división de Cloud de la compañía, Georgina Smith, necesitan este enfoque para garantizar su resiliencia y la soberanía de sus datos. Esto es especialmente crítico para sectores como defensa, transporte o sanidad, donde cualquier interrupción puede tener consecuencias graves: “Hemos visto cómo un incidente en la nube puede afectar millones de sistemas a escala global, paralizar economías e incluso poner en riesgo la continuidad de gobiernos”, ha advertido Smith.

Las operaciones inteligentes son la cuarta tendencia destacada por la consultora francesa. Según Capgemini, se trata de que la inteligencia artificial se encargue de las tareas repetitivas dentro de las organizaciones, un desafío que resulta mucho más complejo de lo que parece. Todos los procesos corporativos suelen ser largos y entrelazados, por lo que para integrar la IA es necesario descomponerlos hasta sus unidades más pequeñas. En este contexto, la compañía plantea una pregunta clave: “¿Cómo trabajarán juntos los humanos y la IA?”. La respuesta, explican, es que la IA debe proponer y ejecutar; y los humanos tomar las decisiones estratégicas.

Para terminar, la compañía ha puesto encima de la mesa una palabra que ha ganado mucho terreno en la conversación pública: la soberanía. “Todo el mundo está tratando de controlar las tecnologías más críticas en la cadena de valor digital: datos, IA, la nube, ciberseguridad, conectividad e incluso energía”, ha aseverado el director tecnológico de Capgemini en Francia, Nicolas Gaudillere. Pero la paradoja, ha insistido, es que no se trata de aislarse de los demás, sino de mantener el control dentro de un contexto de interdependencia. “Una autarquía total no existe. Probablemente incluso sea poco realista”, ha señalado.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_