Bondalti arma con el Santander, el BBVA y CaixaBank una financiación de 400 millones para comprar Ercros
La opa del gigante portugués del cloro a 3,505 euros por acción para controlar la química española se acerca a su final con el respaldo de bancos españoles y portugueses; para la opa empleará un máximo de 320 millones y destinará los 80 millones restantes a financiar sus propias actividades

El anuncio de la opa de Bondalti por Ercros se remonta a marzo de 2024, y desde entonces la operación ha sufrido sobresaltos constantes. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó la semana pasada la compra con una serie de requisitos y despejó el camino para que la oferta llegue a los accionistas. El grupo portugués, por su parte, ha hecho los deberes y ya tiene atados unos 400 millones de euros de financiación a través de un sindicato de bancos en el que participan el Santander, el BBVA y CaixaBank a través de su filial lusa BPI, según fuentes financieras. También están presentes las entidades portuguesas Novo Banco y Caixa Geral de Depósitos (CGD). De ese dinero, empleará 320 millones en la opa y el restante, en financiación para la propia Bondalti, según las fuentes financieras consultadas.
Bondalti, asesorada en el ámbito financiero por el Santander y en el legal por Cuatrecasas, aún debe esperar a que el Ministerio de Economía decida, la próxima semana, si eleva o no la operación al Consejo de Ministros. En caso de que considere que la decisión de la CNMC es justa y suficiente, la firma lusa tiene la senda expedita para que el siguiente trámite, este en la ventanilla de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no se demore. El supervisor bursátil trabaja con borradores del folleto desde hace un año y ocho meses y, por tanto, está muy familiarizado con la operación, según las fuentes consultadas.
Con todo, el mercado desconfía del triunfo de la oferta, puesto que su precio todavía implica una prima del 15% frente al cierre del viernes. El asunto del dinero está resuelto con sobrada suficiencia. Bondalti empleará para su propia financiación, más allá de la opa, los alrededor de 80 millones de euros de diferencia entre los 400 millones asegurados con los bancos y los 320 millones que, como máximo, se gastará en adquirir las acciones de Ercros. El balance de la empresa, que forma parte del conglomerado familiar Grupo José de Mello, revela además una confortable situación de endeudamiento, con una ratio de deuda frente al ebitda de 0,7 veces al cierre del año pasado.
La otra eventual preocupación está en la efectividad de la oferta, que Bondalti ha condicionado a lograr al menos el 75% del capital, que se reparte entre unos 18.000 accionistas. Ninguno con más de un 7%, pero que han llegado a agruparse para tratar de bloquear la compra de Ercros. En los inicios de este intento de compra de Ercros, dueños del 27% del capital se opusieron a la opa, tanto a esta como a otra competidora que ha sido desaparecido. Este grupo de accionistas díscolos estaba capitaneado por Joan Casas Galofré, que tiene un puesto en el consejo de administración de Ercros, gracias a que tiene en su poder el 6% de las acciones. Fuentes del mercado explican que, en todo caso, la firma lusa se guarda la carta de rebajar el umbral de aceptación. El objetivo final de Bondalti es integrar Ercros y excluir de Bolsa a la empresa española.
La buena noticia, para Bondalti, es que se ha quedado solo, después de que la italiana Essecco se retirara el pasado agosto de la carrera por hacerse con el control de la química especializada en cloro que preside Antonio Zabalza. El holding familiar transalpino argumentó que se retiraba debido a las condiciones que le impuso la CNMC, que lo obligaba a romper contratos clave con el grupo coreano UNID. El precio de su opa, presentada cuatro meses después, era más atractivo para el accionista al valorar Ercros en unos 350 millones a razón de 3,84 euros por acción.
También tiene condiciones el comprador que queda encima del tapete, pero aquí el organismo que preside Cani Fernández ha hecho suyas las propuestas que le han propuesto. “La CNMC considera que los compromisos que ha presentado Bondalti durante la segunda fase de la investigación son adecuados, suficientes y proporcionados para solucionar los problemas de competencia”, señala Competencia.
Las exigencias incluyen el suministro de hipoclorito a terceros fabricantes al precio de coste por un máximo de 85.000 toneladas anuales en una oferta marco para todos los compradores y que deberá ser aprobada por Competencia. Si no se hubieran tomado las medidas, la CNMC asegura que la dupla Bondalti-Ercros podría realizar subidas unilaterales de precios de hipoclorito sódico con escaso poder de negociación de la demanda.
Ercros, asesorada en la opa en el área financiera por Evercore y en la legal por Uría Menéndez, anunció el pasado martes unas pérdidas de 41 millones de euros entre enero y septiembre, cifra que quintuplica los números rojos que registró en el mismo periodo del año pasado. Añadió que prevé que el quebranto llegue a los 50 millones de euros al final del ejercicio, además de informar de que “continúa viéndose afectada por una demanda persistentemente débil, unos costes energéticos elevados y una intensa competencia procedente de países extracomunitarios”.
El Grupo José de Mello, en el que está integrado Bondalti, es una de las mayores empresas familiares de Portugal con una facturación que superó los 1.400 millones de euros el año pasado y con un beneficio atribuible de 81 millones. La compañía desembarcó en España hace 20 años y cuenta con dos fábricas productivas, una en Torrelavega (Cantabria) y otra en Alfaro (La Rioja), así como un centro logístico en Vigo. Además, tiene cuatro oficinas (Barcelona, Madrid, Pontevedra y Logroño) y da empleo a unos 200 trabajadores en el país.

