Iberostar estrenará la apertura económica en Cuba y será la primera firma extranjera que alquile un hotel
Se adelanta a la china Hong Jinghua y pagará una renta a partir del 1 de enero por un inmueble en Varadero, donde podrá fijar salarios y condiciones laborales


La crisis económica en Cuba, la falta de suministro eléctrico y las dificultades para conseguir alimentos han provocado un derrumbe sin precedentes de la llegada de turistas extranjeros, que cerró 2024 con 2,2 millones de viajeros, la cifra más baja en 17 años sin tener en cuenta la pandemia. Las últimas previsiones que maneja el Ejecutivo cubano para este año es que se podría bajar de dos millones de viajeros por la pérdida de conexiones aéreas con Canadá, su principal mercado emisor en 2024 con478.388 viajeros, un 42,5% del total, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información de la República de Cuba.
El recorte en el número de turistas, una de las principales fuentes de entrada de divisa extranjera, ha erosionado las ya diezmadas arcas públicas y ha obligado al régimen comunista cubano a traspasar una línea roja hasta ahora infranqueable: explotar su cartera hotelera alquilándosela a empresas extranjeras. Todos los hoteles en el archipiélago son propiedad de la estatal Gaviota, con un portafolio de más de 100 inmuebles, y hasta ahora las cadenas extranjeras solo podían operarlos a través de contratos de gestión. La operación de los inmuebles es compartida por un representante del Ministerio de Turismo y otro de la hotelera.
La primera excepción en los 66 años de régimen comunista tendrá lugar el 1 de enero de 2026, fecha en la que la cadena balear Iberostar estrenará el primer contrato de alquiler de la historia reciente de Cuba en el hotel Iberostar Origin Laguna Azul en Varadero. De esta manera se adelanta a la china Hong Jinghua, que está en conversaciones con el Gobierno cubano (ya firmó un memorando de entendimiento el pasado mes de mayo) para entrar en ese régimen de alquiler con el hotel Copacabana, situado en La Habana, tal y como avanzó en esas fechas el diario oficial Granma.
La principal novedad de este nuevo esquema es que los hoteles podrán decidir libremente los salarios o las condiciones de trabajo de los trabajadores. Hasta el próximo 1 de enero, las cadenas extranjeras estaban obligadas a pagar los salarios de su personal cubano en divisas al Estado, que luego los transfería a los empleados en pesos cubanos, lo que le dejaba importantes márgenes. Ahora, los nuevos contratos de arrendamiento permitirán que las empresas extranjeras fijen directamente los salarios y condiciones laborales, una de las mayores reivindicaciones del personal del sector hotelero. Desde la hotelera de la familia Fluxá desistieron hacer cualquier comentario respecto a esta información.
Este nuevo escenario puede ser balsámico tanto para Iberostar como para Meliá, que son dos de las hoteleras con mayor presencia en Cuba y que están sufriendo en primera persona los rigores de ese invierno económico. La cadena hotelera de la familia Escarrer cuenta en la actualidad con 33 hoteles, mientras que la de la familia Fluxá opera 20 establecimientos. Pese a las dificultades económicas, ambas han redoblado su apuesta por crecer en el archipiélago. Y un buen ejemplo es la última apertura de Iberostar en La Habana, celebrada el pasado mes de mayo y envuelta en polémica por las faraónicas dimensiones del proyecto en un entorno de fuerte crisis económica. El Iberostar Selection La Habana se ha convertido en el hotel más grande de Cuba, con 42 plantas y 600 habitaciones y ha requerido una inversión estatal de 200 millones de euros.
Si Iberostar será la primera que opte al alquiler de un hotel, Meliá fue una de las primera cadenas hoteleras que recibió autorización del gobierno cubano para activar una importadora de bienes (Mesol Gestión Hotelera Turística) a principios de 2024, con la que esquivar las dificultades para proveerse de alimentos y bebidas. Aunque España es el principal origen de sus compras, la compañía también ha expandido su red de aprovisionamiento hacia países del Caribe y América Latina, priorizando las producciones y el consumo de proximidad.
De los beneficios de esa incipiente apertura económica también se pueden beneficiar otras cadenas hoteleras de origen español. Según el último censo oficial, la planta hotelera cubana contaba con 80.000 habitaciones, de las que el 75% eran hoteles de cuatro y cinco estrellas, gestionadas por 18 compañías, 9 de ellas españolas. Además de Meliá e Iberostar, también operan otras cadenas como Valentín, Roc, Sirenis, Barceló, Blau o la antigua NH.
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