La empresa de computación cuántica D-Wave Quantum se dispara en Bolsa tras poner a la venta su nuevo superordenador
La pequeña compañía de California sube un 25% este martes y acumula un alza del 130% en dos semanas. Vale en Bolsa más de 4.500 millones aunque solo factura 15 millones


Las acciones de la empresa californiana D-Wave Quantum, una pequeña compañía dedicada a la investigación de la computación cuántica, se disparan este martes un 25% en Bolsa después de que la firma haya anunciado de forma oficial el lanzamiento comercial de su modelo más avanzado hasta la fecha, que denomina Advantage2. El grupo acumula una subida del 130% en solo dos semanas.
A pesar de la fuerte subida en Bolsa, D-Wave es todavía una empresa de muy pequeño tamaño y elevado riesgo. Según sus últimas cuentas, las del primer trimestre de 2025, la empresa tuvo unas pérdidas de 5 millones de dólares y unos ingresos de 15 millones de enero a marzo. La cifra de ingresos representó una mejora de 13 millones respecto al mismo periodo de 2024. Pese a estos modestos números, tras la subida que está experimentando este martes, el valor de mercado de esta compañía ronda los 4.500 millones de dólares. A finales del pasado mes de octubre, su capitalización era de 167 millones de dólares.
La computación cuántica es una de esas tecnologías prometedoras que, de conseguir aplicarse a gran escala, tienen visos de ser todo un punto de inflexión. Históricas compañías del mundo de la computación como Intel, IBM o Microsoft y gigantes como Google están investigando e invirtiendo en esta tecnología con el fin de dotarla de usabilidad práctica y viabilidad comercial.
El sistema Advantage2 de D-Wave Quantum, aseguran sus fundadores, ofrece mucho mayor rendimiento que los supercomputadores construidos basándose en tecnología tradicional. Pero la afirmación más importante, aunque suene en principio mucho menos espectacular, es que D-Wave sostiene que el Advantage 2 es capaz de funcionar de forma estable.
Con él, la empresa defiende que será posible resolver problemas que a día de hoy ni siquiera los mayores ordenadores son capaces de alcanzar. La firma californiana anticipa que su sistema podrá usarse para “dar soluciones en el mundo real”. Simulaciones, optimización, búsqueda de nuevos materiales y potenciación de la inteligencia artificial son las principales aplicaciones que D-Wave encuentra.
Si bien la capacidad de cálculo y de resolución de problemas crece de forma exponencial, el gran problema que tiene la computación cuántica es que la unidad básica de información en la que se basa (llamados qubits, frente al bit en la computación clásica) necesita condiciones muy específicas para operar. Dicho con otras palabras, los sistemas basados en qubits son mucho más frágiles y volátiles que los basados en bits. El Advantage 2 está compuesto por 4.400 qubits, lo que según sus promotores, le dará una capacidad inédita hasta el momento.
La empresa explica que el Advantage 2 está disponible en dos modalidades de compra distintas. O bien a través de un servicio de computación en la nube accesible desde 40 países, o bien, para compras bajo demanda disponibles para centros de hipercomputación que busquen añadir tecnología cuántica a sus instalaciones.
Ordenador de sexta generación
Tanto la computación cuántica como la tradicional se basan en código binario. La diferencia fundamental radica en cómo lo procesan. Mientras que los bits de la tradicional solo pueden tener o un 0 o un 1 en un momento dado, los qubits pueden estar en una superposición de 0 y 1, es decir, en ambos estados al mismo tiempo hasta que se mide su valor.
Poniendo un ejemplo de en qué consiste esto exactamente. En un sistema de dos bits hay cuatro posibles combinaciones (00,01,10,11). La computación tradicional solo puede usar una de ellas cada vez que hace un cálculo. Con la cuántica, debido a la superposición, esos dos qubits están al mismo tiempo en esos cuatro estados. En teoría, esto facilita la resolución de ciertos problemas de forma mucho más rápida que con la computación tradicional.
“El equipo de refrigeración enfría la QPU a temperaturas inferiores a las del espacio interestelar y trabaja con un escudo electromagnético para aislar los qubits de cualquier interferencia o ruido exterior, lo que protege la capacidad del sistema para aprovechar los efectos cuánticos”, detalla la compañía.
“Este día es un hito significativo no solo para D-Wave, sino para la industria de la computación cuántica en su conjunto, ya que sacamos al mercado nuestro ordenador cuántico de sexta generación, un sistema tan potente que puede resolver problemas difíciles fuera del alcance de uno de los superordenadores clásicos basados en GPU de exaescala más grandes del mundo”, ha declarado con motivo del lanzamiento Alan Baratz, consejero delegado de D-Wave.
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