La industria química prevé un coste de 4.220 millones si no se le exime de los aranceles de Trump
La patronal del segundo mayor exportador nacional exige que los productos químicos se incluyan dentro de las áreas industriales estratégicas europeas a las que no se les aplicará gravámenes para entrar en EE UU


La guerra comercial iniciada por Donald Trump con la imposición de aranceles a todos sus grandes socios ha dinamitado las buenas previsiones que manejaba la industria química, el segundo mayor sector exportador en España, con 59.166 millones de euros en 2024, lo que supuso el 17,1% del total de bienes vendidos a terceros países.
La patronal Feique, que representa a 1.500 empresas, ha presentado esta mañana unas previsiones diseñadas a partir de una encuesta realizada a sus asociados a finales de 2024, por lo que no recogen el impacto de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos. La industria química en España cerró el pasado ejercicio con una cifra de negocio de 85.483 millones de euros y un crecimiento anual del 3,6% y aspiraba a llegar a los 89.703 millones este año, lo que supondría otro avance del 4,2%.
Teresa Rasero, presidenta de Feique, ha vaticinado dos escenarios diferentes para el futuro a corto plazo. “Si hay un acuerdo satisfactorio con EE UU y la gran mayoría de las ventas de la industria química quedan exentas de aranceles, el crecimiento será el previsto. Pero si no hay acuerdo y se aplican aranceles y contramedidas desde la Unión Europea a partir del verano, ese crecimiento sería cero”, señaló durante la presentación de los resultados de 2024 y las previsiones para este año. En el segundo escenario, el coste para la industria química sería de 4.220 millones en cifra de negocio y de 1.775 millones de euros en exportaciones.
EE UU es el quinto mayor comprador de productos químicos producidos en España, con unas ventas de de 3.505 millones de euros y unas compras de 8.129 millones, con lo que España tiene un déficit comercial con EE UU de 4.624 millones de euros en esa partida. En cualquier caso, Rasero abogó, en el caso de que se establezcan aranceles bilaterales con Europa, que se articulen medidas quirúrgicas para determinados productos. “Hay que eximir determinados productos que son vitales para las cadenas de suministros y que solo se producen en EE UU”. Rasero también hizo énfasis en la importancia de la industria química a la hora de negociar exenciones en la guerra arancelaria por su capacidad de abastecer al resto de subsectores económicos. “Vendemos productos a 98% de las actividades económicas”.
Medidas para impulsar la competitividad
La patronal aprovechó la presentación de resultados para lanzar un SOS por la crítica situación que está viviendo la química básica española, que acumula tres ejercicios consecutivos de caída de la producción, como consecuencia del sobredimensionamiento de los costes energéticos. “Estas instalaciones son las que realizan la primera transformación de las materias primas y requieren, por tanto, de una alta intensidad energética para sus procesos productivos”. Al cierre del pasado ejercicio, la actividad todavía se encontraba ochos puntos porcentuales de 2015, en línea con el resto de países europeos. “Continua latente la debilidad competitiva de Europa frente a los mejores precios energéticos que proporcionan EE UU y China a sus empresas industriales lo que les está permitiendo capitalizar las inversiones productivas. En este escenario, Juan Antonio Labat, director general de Feique, instó al Gobierno español a asumir las recomendaciones de Bruselas para reducir ese coste. “Deben centrarse en reducir el impacto de los peajes, cargos e impuestos en las empresas electrointensivas, así como en aprovechar los límites de los modelos de compensación y de gestión de demanda existentes”. En su opinión, las medidas deberían orientarse a derogar el impuesto del valor de producción energética, con un gravamen del 7%, trasladar parte del coste de los servicios del sistema a los cargos del sistema, fijar una reducción permanente que oscilen entre el 80% y el 90% de los peajes de acceso, una rebaja del Impuesto Eléctrico y de la aportación al Fondo Nacional de Eficiencia Energética y maximizar el volumen de compensaciones por emisiones indirectas de CO2 hasta 900 millones.
Ante el elevado volumen de inversiones previstas para conseguir la neutralidad climática (en torno a 400 millones de euros al año hasta 2050), la patronal de la industria química también solicitó la creación de un Fondo Nacional para la Descarbonización y Competitividad Industrial, dotado anualmente con 2.500 millones de euros, cuya dotación procedería en un 70% de los ingresos de venta de derechos de emisión y en un 30% de los Presupuestos Generales del Estado.
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