Indra pone en marcha el plan de financiación para la compra de Hispasat a Redeia
La compañía presidida por Ángel Escribano trabaja ya en la solicitud de fondos a la gran banca para la adquisición del gestor de satélites
Indra avanza en el proceso de adquisición de Hispasat, el gestor de satélites propiedad de Redeia. Según señalan distintas fuentes financieras, la compañía está trabajando ya en la financiación de esta compra y negocia con entidades financieras para firmar el préstamo con el que sufragar la adquisición del líder español en satélites, por un importe de unos 650 millones. Fuentes de Indra han declinado hacer comentarios.
Tras muchos meses de negociaciones, las partes ya están en disposición de sellar de forma definitiva esta operación. Tal y como ocurre en transacciones de esta envergadura, el comprador pide un préstamo a la banca comercial para ejecutar el desembolso, que habitualmente suele rondar a la mitad del importe de la adquisición. La compañía cuenta con una saneada posición financiera, con 470 millones en caja y una deuda neta de apenas 70 millones a fecha de 30 de septiembre. Esto le permite utilizar parte del efectivo y cuenta con margen para endeudarse más, dado que la ratio de pasivo sobre el ebitda (beneficio bruto de explotación) está en 0,1 veces. Fuentes al tanto de la situación de la empresa señala que se está trabajando en la financiación de diferentes cuestiones en las que está inmersa la compañía
Las fuentes consultadas señalan que el crédito, que puede alcanzar varios cientos de millones de euros, será asumido por los grandes bancos que operan en España y apuntan a que las principales entidades nacionales e internacionales. Para ello, Indra ya trabaja con asesores expertos en la materia. La compañía tecnológica del Ibex-35 ya ha trabajado en el pasado con grandes bancos. Entre los acreedores de su pasivo se encuentran entidades como Banco Santander, BBVA, BPN Paribas, Credit Agricole, HSBC o Intesa San Paolo, según los registros de Bloomberg.
También Redeia e Hispasat trabajan con las grandes financieras. La compañía presidida por Beatriz Corredor anunció en 2022 que el operador de comunicaciones por satélite había suscrito con CaixaBank, BBVA, Societé Generale, Bankinter y Kutxabank una línea de crédito por importe de hasta 250 millones de euros. La transacción puede ser una oportunidad para refinanciar todo el pasivo que atesora Hispasat, por importe de 182 millones.
La operación ya cuenta con el visto bueno de todas las partes y, si no se produce ningún contratiempo de última hora, la compra se sustanciará de forma inminente, tal y como avanzó este diario el pasado 24 de enero. Ese día, Indra cayó en bolsa más del 3,75%. Expertos en la materia señalan que es habitual un descenso bursátil cuando el mercado descuenta una adquisición de esta magnitud por el aumento de la deuda que asume el comprador.
Se trata del primer movimiento estratégico que se fraguará bajo la presidencia de Ángel Escribano, que ocupa el puesto de primer ejecutivo desde el pasado 19 de enero. Su nombramiento se produjo después de que un día antes Marc Murtra fuera designado presidente de Telefónica.
La operación está previsto que se cierre en más de 650 millones de euros. Esto representa una descenso de valoración respecto de los 933 millones que Redeia pagó a Abertis en 2019 por el 88,68% de las acciones de Hispasat. Desde hace ya casi seis años que Hispasat fue adquirida por la matriz de Red Eléctrica se han producido una serie de circunstancias que han ajustado ese precio a la baja. La propia Hispasat tuvo que apuntarse en 2021 un deterioro de más de 122 millones de euros, según detalla en sus cuentas. El negocio satelital ha sufrido grandes cambios en los últimos años. Expertos del sector señalan que los satélites de más valor en la actualidad son los de órbita baja. Precisamente en ese campo están creciendo de forma fulgurante las empresas fundadas por magnates estadounidenses como Elon Musk o Jeff Bezos, dos de los multimillonarios más ricos del mundo, que han creado Starlink y Blue Origin, respectivamente.
Los analistas señalan que Hispasat y otras empresas cuentan con muchos satélites de órbita más alta y eso puede penalizarles en el momento actual hasta que se adapten, un proceso en el que están inmersos. Firmas comparables como Eutelsat, empresa de satélites francesa, han caído con fuerza en bolsa en los últimos años. Sus acciones rondaban los 17 euros en 2019, mientras que ahora está ligeramente por encima de dos euros.
Con estos condicionantes, la operación supone un reto a la hora de aunar voluntades por todas las partes. Aunque la SEPI es el principal accionista tanto de Indra como de Redeia, en ambas compañías existen accionistas privados a los que poner de acuerdo antes de ejecutar la operación.
La idea de Indra es convertirse en el consolidador del sector espacio a nivel nacional, un paso que le permitiría entrar a competir por las grandes adjudicaciones internacionales. En esta clave, ya este verano anunció la compra de Deimos, la filial espacial de Elecnor. En el mercado se especula con que el astronauta Pedro Duque, presidente de Hispasat y exministro de Ciencia, pase a liderar toda la filial espacial de Indra. Duque goza de amplio reconocimiento en el sector del espacio a nivel mundial.
La operación lleva muchos meses en el mercado. De hecho, tomó carta de naturaleza después de que el consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, abriera la puerta a la potencial compra del gestor de satélites ya en marzo del pasado año, coincidiendo con la presentación de su plan estratégico. En este evento, la firma ya admitió que su objetivo es convertirse al término de esta década en un campeón nacional tanto del sector del espacio como de el de la defensa. Con esa ambición, Hispasat se convierte en un objetivo prioritario, ya que la compañía además de su negocio de satélites civiles tiene una destacada firma militar, Hisdesat. Máxime, en un momento geopolítico donde los conflictos en el mundo se están intensificando. La creación de distintos bloques y la llegada de Trump a EE UU obliga a los estados aliados de la OTAN a aumentar sus presupuestos de defensa, un elemento clave del que Indra podría salir beneficiado. De hecho, así lo está interpretando el mercado. La empresa ha pasado de cotizar a cinco euros por acción a finales de 2020, tras la pandemia, a los actuales más de 18 euros.
Para Redeia, se trata de una operación que también se está leyendo como beneficiosa. La firma ha sufrido un fuerte golpe a sus ingresos desde 2024 por el fin de la vida regulatoria de todos los activos de alta tensión que tenía previos a 1998. Tras la venta parcial que hizo de su negocio de telecomunicaciones a KKR por 995 millones, desprenderse de Hispasat le permitiría mejorar su rating financiero justo ahora que tiene por delante el reto de hacer inversiones en redes del entorno de 1.000 millones de euros al año para integrar la masiva instalación de renovables en España. Un objetivo que necesita de un salud financiera de hierro para que sea rentable.