Puente carga contra Ryanair: “El tono es un tanto insolente. La política de transporte la define el Gobierno”

El ministro insta a retirar el recorte de capacidad para este verano y recuerda a la irlandesa que no debe pedir subvenciones a las comunidades autónomas

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente.Fernando Sánchez (Europa Press)

El ministro de Transportes, Óscar Puente, se ha puesto la camiseta de Aena en la disputa que el operador aeroportuario público mantiene en los últimos días con su principal cliente, la aerolínea de bajo coste Ryanair. Sobre la mesa está el anuncio por parte de la compañía aérea de recortar 800.000 plazas en los aeropuertos regionales este verano, y un profundo malestar del titular de Transportes. “Le expreso mi disconformidad con el tono conminatorio y un tanto insolente de la carta que como CEO de Ryanair [por Eddie Wilson] me envió el pasado 21 de enero”, expresa Puente en una misiva en la que responde tras haberle sido reclamada una reunión, antes del 30 de enero, como antesala a una ronda de contactos de la empresa irlandesa con las comunidades autónomas.

La petición, con exigencia de fecha, ha sonado a ultimátum en el ministerio, mientras la low cost se dispone a presentar a distintos Gobiernos regionales sus planes de desarrollo en 14 aeropuertos con menos de tres millones de viajeros anuales. La aerolínea busca aliados en su cruzada contra la política comercial de Aena, que describe sin tapujos como ineficaz para incentivar el tráfico. “Antes de cualquier reunión, nos gustaría tener su visión como ministro”, demandó el consejero delegado de Ryanair, Eddie Wilson.

En su contestación, Óscar Puente invita a la compañía a “replantearse su posición para seguir trabajando juntos y regresar al statu quo ante, es decir, la situación previa al anuncio de Ryanair de reducir las 800.000 plazas”. Para el ministro sería “una muestra de buena voluntad que propicie una futura reunión en el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible”. Pero más que una llamada a la paz, la carta de Puente está plagada de contraargumentos y algunas advertencias y reproches. Para empezar, recuerda al líder de los cielos europeos que “la política de transportes y de infraestructuras de nuestro país la define exclusivamente el Gobierno de España y está al servicio del interés general y no del interés particular de empresas concretas; y esta no puede estar sometida a presiones ni imposiciones de ninguna línea aérea”. De momento, con el tijeretazo en la oferta de Ryanair sufriría la conectividad de Valladolid, Jerez, Vigo, Santiago, Zaragoza, Asturias y Santander.

El argumento del ministro está en línea con lo expresado en los últimos días por el presidente de Aena, Maurici Lucena, y contesta a Wilson cuando este considera que “un ministro de Transporte, cuyo ministerio tiene una participación del 51% en Aena, debe insistir en la búsqueda de un plan de crecimiento en los aeropuertos regionales”. El ejecutivo de la firma irlandesa también recordó que la low cost tiene que recibir 340 aviones en los próximos 10 años, “y podemos hacer una gran inversión a largo plazo en España, pero desafortunadamente eso requerirá un cambio de mentalidad por parte de Aena que solo usted como ministro [por Óscar Puente] puede lograr”.

Eddie Wilson insistió el 21 de enero, en las dos páginas enviadas a Puente, en que el ajuste en siete aeropuertos regionales, incluida la salida de Jerez y de Valladolid, se debe “al aumento de los costes aeroportuarios en aeropuertos regionales españoles, que no son en absoluto competitivos”. El directivo culpa a Aena de mala gestión y de haber actuado con negligencia, lo que estaría motivando que los aeropuertos con menos de tres millones de viajeros estén “infrautilizados en una cifra que supera el 64%”.

El consejero delegado de Ryanair, Eddie Wilson, saluda al presidente de Aena, Maurici Lucena, el pasado 20 de enero en el Foro Hotusa Explora. Junto a ellos, el CEO de TAP Air, Luis Rodrigues, y Carlos Bertomeu, presidente de Air Nostrum.Pablo Monge

Ryanair presentó meses atrás proyectos para elevar su tráfico en Jerez y Valladolid en un 249% y un 94%, respectivamente. Y ahora reitera su compromiso con España, al tiempo que critica la “mentalidad del operador monopolístico” ante el deterioro de la competitividad de los aeropuertos regionales frente a otras plazas europeas. Además de la reiterada petición de rebaja de tasas, la low cost irlandesa quiere un nuevo marco de incentivos al tráfico debido a la “ineficacia” de los actuales.

Pero Óscar Puente niega la mayor y subraya que Aena ofrece incentivos a las aerolíneas “en igualdad de condiciones”, que rebajan “sustantivamente las tarifas aeroportuarias que las aerolíneas pagan efectivamente por los pasajeros adicionales que transportan en comparación con los de 2023″. Además, lanza una advertencia sobre la presión de Ryanair a las Administraciones: “Los planes comerciales de Ryanair podrían vulnerar la Ley 18/2014 y, también, el marco de ayudas de Estado de la Unión Europea porque Ryanair solicita subvenciones públicas a los gobiernos regionales durante varios años continuados”.

Atrás queda la cordialidad que llevó a Michel O’Leary, primer ejecutivo del grupo Ryanair, a presentar sus planes en España en La Moncloa, en enero de 2024, o al propio Óscar Puente a visitar el centro de entrenamiento de pilotos de Ryanair en Dublín (Irlanda) el pasado abril.

Barreras

Las bonificaciones de Aena al tráfico aéreo han de ser compatibles con la estructura jurídica de las tarifas aeroportuarias, reguladas en la citada ley 18/2014, evitando que estas terminen convirtiéndose en precios privados. En este sentido, desde el Gobierno se aclara a Ryanair que los incentivos no deben “desfigurar en la práctica el perfil de las prestaciones patrimoniales públicas”, y también han de obedecer a “una sólida lógica económica y no perjudicar patrimonialmente a la empresa aeroportuaria”.

Las reflexiones de Óscar Puente, con sonido a portazo, culminan con carga política al hablar del “honor y responsabilidad” que supone dirigir un ministerio del Gobierno de España, “elegido democráticamente” y que tiene el deber de “gobernar para todos los españoles”. El recordatorio sirve para enmarcar a la española como “una de las democracias liberales de mayor calidad del mundo”, con controles y contrapesos institucionales “que funcionan bien y evitan, entre otros peligros, que el sistema político español se tiña de rasgos plutocráticos, mediante los cuales las empresas o las personas con inmensos recursos económicos podrían ejercer un poder político desproporcionado”.

Este choque entre el Gobierno y la empresa líder de un sector vital para la economía, como es el transporte aéreo, tiene precedentes más o menos recientes como el pulso del Ejecutivo con las eléctricas por los recortes a la prima a las energías renovables, que comenzaron a aplicarse en 2010 y desembocaron, en tiempos de Mariano Rajoy en el Gobierno, en la reforma del sector eléctrico de 2013; el duro enfrentamiento entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Ferrovial por la deslocalización de esta última a Países Bajos en 2023, o el motivado por los impuestos de nuevo cuño a la banca y eléctricas en un contexto de inflación desbocada tras la invasión rusa de Ucrania.

Si Wilson remató su carta con un “saludos cordiales”, Puente lo hace con la fórmula “le saluda atentamente”. Han sido los únicos formalismos en el intercambio epistolar. Está por ver si el primero logra sentarse en los próximos días con el segundo para hablar de las tarifas de Aena.

Monopolio

La mayor compañía aérea de Europa por tráfico, con 200 millones de viajeros al año, movió 60 millones hacia y desde España el año pasado y dice tener aquí 10.000 empleados. Pero Óscar Puente ha sido taxativo al contradecir sus argumentos sosteniendo que los aeropuertos regionales no están abandonados; sirven a intereses más allá del tráfico comercial (actividad militar, salvamento marítimo, servicios contra incendios, transporte de órganos para trasplantes, escuelas de vuelo, etcétera), y su sostenibilidad económica, sin recurso a las arcas públicas, es posible gracias a la operación en red de Aena, en la que se combina la gestión de grandes aeropuertos con la de otros más pequeños.

El responsable de Transportes también trata de desmontar el argumento de que Aena actúa en monopolio precisamente por la competencia de otros aeropuertos europeos.

Tanto en el ministerio como en Aena ha causado malestar que Ryanair haya ensalzado la operativa y gestión del aeropuerto de Castellón en detrimento de la actuación de Aena en sus aeropuertos secundarios. Óscar Puente lo califica de “extravagante paradigma de buena gestión” y apunta que ese aeropuerto levantino perdió 10 millones en 2024, “sufragados íntegramente con el dinero de los contribuyentes de la Comunidad Valenciana que alberga esta deficitaria infraestructura”.


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