Abanca reorganiza su negocio en Portugal tras obtener licencia bancaria en el país
La entidad cerrará su sucursal tras la adquisición del banco luso Eurobic
Abanca pone en orden su gran apuesta portuguesa. El banco ha comunicado la escisión de su negocio luso en favor de una filial de la que es propietario, la que agrupa la entidad portuguesa Eurobic, que adquirió hace unos meses. Este movimiento supondrá que el banco de Juan Carlos Escotet refuerce su apuesta por este mercado, de modo que pase de operar allí como una sucursal dependiente de la matriz española a hacerlo con licencia bancaria propia.
Abanca dio un gran paso adelante en Portugal en 2018, cuando adquirió el negocio de Deutsche Bank en el país vecino. Esto le supuso pasar de cuatro a 41 oficinas en el país, con una presencia destacada en Lisboa y Oporto, así como negocio tanto de banca privada como de banca a particulares. Se hizo así con una cartera crediticia de 2.400 millones de euros, 1.000 millones de euros en depósitos y 3.100 millones de euros fuera de balance, del mismo modo que con unos 50.000 clientes, 330 empleados y 100 agentes externos.
Pero el gran salto adelante en el país vecino llegó este año. El pasado verano acordó la adquisición de Eurobic, el séptimo banco del país. Esto le ha supuesto a la entidad española multiplicar por cuatro la base de clientes, hasta los 325.000, y por tres y medio su red comercial, con 251 puntos de venta, así como por 2,6 veces su volumen de negocio, hasta superar los 20.300 millones de euros. Esta operación corporativa, la décima que ejecuta Abanca en la última década, le permite alcanzar los 900 puntos de venta en la Península Ibérica, una plantilla de más de 8.000 profesionales y un volumen de negocio que supera los 124.000 millones de euros, tras haberse hecho unos meses antes con Targobank.
Meses después, y una vez que la transacción cuenta con el beneplácito del Banco Central Europeo (BCE), Abanca ha procedido a mover ficha. Ha acordado escindir a Eurobic todo su negocio en Portugal, que hasta ahora funcionaba como una sucursal, y que dependía a través del pasaporte europeo de la matriz española. Ahora, todo el negocio luso de Abanca estará agrupado bajo un mismo paraguas societario, del cual el banco tiene el 100%. La entidad explica las razones de la segregación por “racionalizar la composición societaria y la estructura de negocio”, lo que llevará al cierre de la actual sucursal con la que opera en ese país. “Con ello se busca simplificar la estructura societaria y reducir costes de gestión, administrativos, mercantiles y contables, consolidando en una única compañía todo el negocio”, afirma el banco en el proyecto de escisión presentado ante el Registro Mercantil.
“El mantenimiento de la duplicidad de las estructuras de negocio existentes no es racional desde un punto de vista económico y puede conllevar limitaciones y pérdidas de eficiencia en términos de gestión y negocio”, señala el banco, que apunta al gasto en costes y procedimientos alternativos, una menor optimización de los recursos financieros y de la estructura de capital, la infrautilización del potencial de uso de los activos y recursos humanos existentes y una falta en la mejora en la calidad de los servicios. También apunta a que el movimiento incrementa la eficiencia y la rentabilidad del banco.
Para la cúpula de esta nueva filial portuguesa, el banco ha designado a un consejo de administración. Este está compuesto por 12 consejeros: Ana da Cunha Barros, Manuel López Figueroa, Pedro Azevedo Maia, Filomena Oliveira, Rita Lourenço, José António Azevedo Pereira, Susana Nereu, José Miguel Antunes, Rui Lopes y Alfonso Caruana, así como el consejero delegado del banco, Francisco Botas. También ha decidido mantener al frente del negocio en ese país al actual country head, Pedro Pimenta.
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