El Santander acelera en alternativos con una apuesta de 9.000 millones y una decena de plataformas de inversión
El banco ha fusionado sus dos áreas de alternativos y ha puesto al frente a Carlos Manzano, bajo la dirección de García Carranza
El Banco Santander ha puesto la proa rumbo a la inversión alternativa. En una nueva era de tipos de interés a la baja, la banca se esforzará en arañar rentabilidad con nuevos nichos de mercado, como la inversión de activos, la banca privada o los negocios de pagos. En el caso del Santander, espera que brille en este periodo la potente estrategia que ha ido tejiendo en los últimos años en torno a la inversión alternativa, bajo la cual ya ha movilizado 9.000 millones de euros.
El banco ha elevado la apuesta por esta área en los últimos meses, con cambios relevantes en su estructura. En mayo decidió ascender a uno de sus valores emergentes, Javier García Carranza. Llegado desde Morgan Stanley, García Carranza se encargó de las participaciones corporativas del banco, desde donde fue presidente de la socimi Merlin. En 2023, recibió el bastón de mando de estas plataformas de inversión alternativas y en mayo fue nombrado responsable de una de las áreas de negocios globales del banco, la de gestión de patrimonios, que abarca también la gestora de activos, la banca privada y las inversiones alternativas, en sustitución de Víctor Matarranz.
En esta rama, recientemente el banco ha decidido unir las dos divisiones de alternativos con las que contaba, Investment Platforms Unit (que englobaba todas las plataformas y alianzas con terceros) y la gestora de alternativos, Santander Alternative Investments, que tiene el foco en trade finance, infraestructuras y energía, real estate y fondos de fondos. García Carranza decidió poner al frente de toda esta área a Carlos Manzano, procedente de Deutsche Bank y hasta ese momento al frente de la división de real estate, una de sus personas de confianza en su trabajo en estos años en el banco.
Aunque los alternativos sean una de las tendencias de moda en la banca en general, lo cierto es que la apuesta del Santander en este segmento no es nueva. Hasta el momento, contando el dinero que aporta la entidad y los terceros, el banco ha movilizado 9.000 millones en este segmento. De esta cifra, la entidad financiera aporta unos 6.000 millones, de los cuales el 60% ya están invertidos.
La creación de estas plataformas de inversión, muchas de ellas en alianza con terceros, ha permitido al banco explorar nuevas áreas de inversión. Su mayor apuesta hasta el momento, y la primera piedra de toque de toda esta estrategia, fue Tresmares. En 2019 acordó lanzar esta plataforma de inversión alternativa a pymes, en asociación con el antiguo equipo inversor de Qualitas, que despliegan una novedosa estrategia que les permite invertir en participaciones minoritarias y deuda para apoyar a estas empresas. En un principio aportó 900 millones en un fondo de deuda y posteriormente ha ido haciendo aportaciones en posteriores fondos, hasta alcanzar los 3.000 millones.
La apuesta de Tresmares le han seguido otras en otros segmentos. Meses después acordó tomar el 30% de la gestora de capital riesgo Fremman Capital, auspiciada por Ricardo de Serdio, donde también es inversor de referencia en sus vehículos. Para la apuesta por situaciones especiales creó Deva Capital y en venture debt, Atempo Growth, una gestora que invierte en deuda de startups en Europa y Reino Unido, de entre 2 y 25 millones por operación. En ella el banco cuenta con un 30% del capital y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) es uno de los inversores de referencia.
El apoyo a startups es uno de los nichos donde el Santander ha estado más presente. También ha apostado por Mouro Capital, especializada en fintech. Esta firma es la antigua Santander Innoventures, que se creó en 2014 con una aportación 100 millones de dólares. Dos años más tarde aumentó a 200 millones y en 2020 el banco duplicó la inversión hasta los 400 millones. En 2021 el Santander lideró una nueva ronda de financiación de 16 millones.
Su apuesta por el mundo emprendedor se centra, fundamentalmente, en Seaya Capital. A principios de año acordó entrar en esta gestora, una de las más activas en el segmento de venture capital en España, que ha invertido en Glovo, Cabify o Wallbox, algunos de los principales unicornios del entorno español. El Santander ha tomado una participación minoritaria, así como invierte en uno de sus fondos estrella de los últimos tiempos, Andromeda.
La última de estas alianzas rubricadas ha sido con el family office Atitlan, junto al cual han creado la plataforma Atgro. Han acordado invertir 500 millones en proyectos de agricultura. El acuerdo pasa por una inversión inicial de 200 millones de euros del banco cántabro a los que se sumarán otros 50 millones de Atitlan. Tras los 250 millones iniciales, esperan dar entrada a más capital de otros participantes para alcanzar el objetivo de 500 millones de euros. La plataforma está abierta tanto a institucionales como a otro tipo de inversores privados. Además, estará gestionada por Elaia, filial de agricultura del grupo Atitlan.
La oferta de alternativas se complementa, además, con Forgepoint Capital, una firma estadounidense de venture capital. Con ella acordaron tres iniciativas. La primera es la creación de Forgepoint Capital International (FPCI), una nueva gestora de venture capital para invertir en startups de ciberseguridad, principalmente en Europa, Latinoamérica e Israel. La segunda es la participación de Santander en el próximo fondo norteamericano de Forgepoint, tercero desde su fundación en 2015. La tercera es un programa para potenciales inversiones conjuntas. En total, estas tres iniciativas supondrán una inversión de parte de Santander de hasta 300 millones de euros. Cuenta también con una alianza más con LB Oprent, plataforma española no bancaria líder en la originación y gestión de operaciones de financiación, que fue fundada en 2013 por exdirectivos de ING Lease, en la que el Santander cuenta con una participación minoritaria.
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