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TAP se defiende del dominio de IAG en las rutas a Estados Unidos antes de ser privatizada

La portuguesa aumenta su oferta con dos nuevas rutas y refuerza a Lisboa como puerta de entrada a Europa

Un avión A330 de TAP Air en el aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa (Portugal).
Un avión A330 de TAP Air en el aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa (Portugal).Horacio Villalobos (Corbis via Getty Images)
Javier F. Magariño

El aeropuerto de Lisboa, una isla entre los que sirven de hub (nodo de conexiones) al grupo IAG en el extremo occidental de Europa, amplía sus miras hacia Norteamérica de la mano de la aerolínea de capital público portugués TAP Air. El anuncio de esta semana de nuevas rutas a Estados Unidos apuntala el crecimiento de la compañía mientras se reactiva su esperada venta al capital privado: suma 92 destinos y más de un millar de vuelos semanales, operados con 99 aviones.

TAP refuerza a los dos principales aeropuertos del país, Lisboa y Oporto, como puertas de acceso a Europa desde América, en competencia con Madrid-Barajas, base principal de Iberia, y Londres-Heathrow, dominado por British Airways, ambas referencias del holding IAG. La infraestructura lusa, en la que también aterrizan desde el otro lado del Atlántico American Airlines, United y Delta, conecta con los mismos aeropuertos estadounidenses que Madrid, salvo por Atlanta, Dallas y Charlotte.

La aerolínea lusa de bandera prevé el estreno de dos nuevas rutas a Estados Unidos la próxima temporada de verano: Lisboa-Los Ángeles el 16 de mayo de 2025, y la Oporto-Boston dos días antes, el 14 de mayo. En ambas pondrá cuatro frecuencias semanales, aunque en la segunda solo operará durante la temporada de verano. TAP volará a Los Ángeles con el A330-900 (capacidad para 298 pasajeros) y usará el A321 LR, de fuselaje estrecho (168 pasajeros), para enlazar Oporto con Boston. En los nueve primeros meses su oferta entre Portugal y Norteamérica, medida en asientos disponibles, creció un 6% en comparación con el mismo periodo de 2023.

Antes de estos refuerzos, TAP enlaza Lisboa con siete aeropuertos de EE UU: Nueva York, Newark, Boston, Miami, Washington D.C., San Francisco y Chicago. Y salta desde Oporto a Newark. “Con las nuevas rutas, TAP refuerza aún más su posición privilegiada en la conexión transatlántica para los clientes que buscan la mejor experiencia de viaje aéreo entre Europa, América y África”, señaló el presidente de la compañía lusa, Luís Rodrigues.

Las ocho rutas que despliega hacia EE UU, incluida la recién anunciada a Los Ángeles, igualan las de Iberia desde Barajas: Nueva York, Miami, Chicago, Boston, Dallas, Los Ángeles y las estacionales de Washington y San Francisco. Pero ante Iberia se abren nuevos escenarios de la mano del revolucionario A321 XLR, capaz de colocarse en numerosos puntos del mapa estadounidense a los que la española no volaba, o lo hacía solo en la temporada de verano (Washington), por la dificultad para llenar los aviones más grandes, A330 y A350. Iberia ha estrenado en noviembre su primer A321 XLR, como aerolínea de lanzamiento del modelo de Airbus, e IAG tiene pedidas 14 unidades que deberían llegar hasta final de 2026. Estas se repartirán entre Iberia, Aer Lingus y la low cost Level.

Esta última, firma de IAG para el largo radio desde Barcelona-El Prat, salta a Los Ángeles, San Francisco, Nueva York, Boston y Miami. En todo caso, el fuerte de Iberia está en Latinoamérica, donde es líder entre las aerolíneas europeas, mientras que TAP es referencia exclusivamente en el mercado brasileño.

IAG espera el lanzamiento del proceso de desinversión del Estado portugués en TAP para decidir si puja por una compañía que precisó 2.550 millones de ayuda pública por la pandemia. La rescatada está ejecutando un plan de restructuración pactado con Bruselas, del que el último paso ha sido la emisión de bonos por 400 millones, al 5,12%, el pasado 7 de noviembre para optimizar su estructura financiera. La deuda bruta al cierre de septiembre era de 3.033 millones, con 2.089 millones de endeudamiento neto (2,3 veces el ebitda).

El consejero delegado de IAG, Luis Gallego, ha hablado en reiteradas ocasiones del apetito por una empresa que le daría el liderazgo en Brasil y posiciones en distintas zonas de África (Angola, Mozambique, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Santo Tomé y Príncipe, Marruecos, Senegal, Gambia y Ghana). IAG tomaría una posición dominante en Lisboa, junto a las que ya opera en Dublín, Londres y Madrid, todos ellos enfocados a competir por el tráfico en el Atlántico.

La búsqueda de un socio privado para TAP, por parte del Gobierno portugués, fue paralizada en noviembre de 2023. En el sector aéreo se da por descontado que este proceso se reactivará en el primer trimestre de 2025 y que el grupo Lufthansa va a estar entre las principales interesadas, aunque fuera por una participación minoritaria, tras hacerse con la italiana ITA. Un movimiento de estas características, sumado a la posible entrada de Air France en el capital de Air Europa, amenazarían claramente a Iberia.

Más allá de las amenazas que se ciernen sobre la española con base en Barajas, IAG defiende la posición de liderazgo de British Airways en Londres-Heathrow, el gran punto de referencia para el tráfico entre Norteamérica y Europa. La aerolínea británica otorga a IAG la mayor cuota de mercado en las diez rutas por excelencia entre Reino Unido y Estados Unidos: las que van de Londres a Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Miami, Boston, Chicago, Washington, Houston, Dallas y Seattle. Es aquí donde British, y por extensión IAG, están rearmando su rendimiento.


Sobre la firma

Javier F. Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.
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