Hacienda tendrá que devolver 220 millones a Vodafone por cobros indebidos del IAE
El grupo británico se blinda ante un posible impago de Zegona por la compra de su filial española
Hacienda tendrá que devolver a Vodafone España 219,8 millones de euros por los importes cobrados indebidamente a cargo del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) en las liquidaciones anuales de este tributo desde 2013 hasta 2022. Esa devolución se produce de acuerdo con la catarata de sentencias del Tribunal Supremo que anularon el cálculo de ese gravamen a las compañías de telecomunicaciones por considerarlo contrario a la directiva comunitaria relativa a la autorización de redes y servicios de comunicaciones electrónicas. Así lo ha cuantificado Vodafone España en las cuentas de su último ejercicio fiscal (1 de abril de 2023 a 31 de marzo de 2024) remitidas al Registro Mercantil y a las que ha tenido acceso este diario.
Del total de esa deuda, la operadora admite que por este concepto ha computado ya unos ingresos financieros de 53,8 millones de euros tras hacerse firmes las sentencias de varias anualidades por el Tribunal Supremo, por lo que Hacienda deberá abonar aún alrededor de 136 millones de euros.
La primera sentencia del Tribunal Supremo se produjo en julio de 2022 y anuló la liquidación a Vodafone del ejercicio de 2013 del IAE por 29,8 millones. Ese fallo produjo un goteo se sentencias en la misma línea dando la razón no solo a Vodafone, sino al resto de operadores como Telefónica, Orange, MásMóvil y Digi.
El origen del problema surgió de la aprobación de una ley a finales de 2002 que modificaba la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, y establecía un nuevo sistema de cuantificación del IAE para la telefonía móvil basado en el número de antenas móviles junto con el parámetro ya existente de número de clientes, que también se vio incrementado. Esa reforma solo tenía un afán recaudatorio, sin ninguna justificación legal, como han señalado las sucesivas sentencias judiciales. Prueba de ello, es que, con el paso de los años, la reforma supuso multiplicar casi por diez el tributo. Un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en 2020 consideró que esta aplicación del IAE iba contra la Directiva Europea de Redes y Servicios de Comunicaciones Electrónica. Los operadores acudieron a los tribunales que les dieron la razón, y el Gobierno no tuvo más remedio que modificar el cálculo del impuesto en los presupuestos generales de 2023.
Vodafone España ha computado la totalidad estos ingresos tributarios en las cuentas de su último ejercicio fiscal de 2023-2024, cuando aún era 100% propiedad del grupo británico Vodafone, a través de la sociedad Vodafone Holding Europe, de la que cuelgan todas las filiales que operan en España (Vodafone España, Vodadone Ono, Vodafone Servicios y Vodafone Energía). Las cuentas se cerraron a 31 de marzo de 2024, dos meses antes de que se materializara la venta de Vodafone Holdings Europe al fondo Zegona.
El contencioso no solo afecta a Vodafone puesto que el Supremo ha tumbado las liquidaciones reclamadas por el resto de compañías.
Blindaje frente a Zegona
Además del litigio tributario, el informe de cuentas desvela un mecanismo de blindaje en favor de Vodafone Group en caso de que Zegona no sea capaz de hacer frente a los compromisos a los que llegó cuando adquirió Vodafone España. Así, según el documento al que ha tenido acceso este diario, como parte del acuerdo de adquisición formalizado a 31 de mayo de 2024, todos los acuerdos de préstamos que tenía Vodafone Holdings Europe (matriz de todas las sociedades de Vodafone en España) con la británica Vodafone Group se liquidaron con fondos proporcionados por nuevos acuerdos de préstamo con Zegona.
El principal mecanismo de pago de los 5.000 millones es un préstamo de 3.400 millones de euros con fecha de amortización final de 31 de enero de 2029, del que no se contemplan pagos del principal hasta pasados los primeros 24 meses de vigencia. En relación con este crédito, refinanciado por Zegona en julio pasado, el informe de cuentas precisa que el 8 de julio pasado el grupo británico formalizó “contratos de prenda” sobre las participaciones sociales de Vodafone España “y, si fuera necesario, sobre los derechos de crédito derivados de ciertos contratos o de determinadas cuentas bancarias”. Es decir, que en caso de impago, Vodafone Group podría recuperar parte del capital de la filial española vendida o sobre los derechos de los préstamos concecidos a Zegona.
Para evaluar la capacidad de devolución de ese préstamo, se establece el cumplimiento de un covenant financiero por el que Zegona se compromete a mantener, durante la vigencia del crédito, ciertos ratios financieros de la operadora en determinados niveles, cuya primera medición se realizará el 31 de marzo de 2025.
Los actuales gestores de Vodafone España han declinado hacer comentarios. “Estas cuentas recogen los resultados financieros del período fiscal (1 de abril de 2023 a 31 de marzo de 2024) en el que Vodafone España aún estaba totalmente integrada dentro del Grupo Vodafone. A partir del 31 de mayo de 2024, Zegona completó la adquisición de Vodafone España y la separó del Grupo Vodafone”, ha señalado un portavoz de la compañía.
Cuentas equilibradas
Las cuentas de Vodafone España de su último ejercicio fiscal no arrojan grandes sorpresas puesto que Vodafone Group ya reveló en mayo pasado, justo antes de materializar la venta a Zegona por 5.000 millones de euros, las principales magnitudes. En conjunto, Vodafone registró 5 millones de pérdidas, un 98,5% menos, frente a los 340 millones del año anterior. Sus ingresos ascendieron a 3.846 millones de euros, lo que supone un descenso del 1,6%.
La facturación total de la operadora disminuyó debido principalmente a los menores ingresos por servicios, que cayeron un 2,4% (un 2,9% en el cuarto trimestre), hasta los 3.429 millones de euros. La principal razón, señala el grupo, es por "la continua competencia de precios en el segmento de valor de consumo, una menor base de clientes y una reducción de las tarifas móviles”.
Por filiales, Vodafone España SAU, dedicada al negocio de telefonía móvil, sufrió unas pérdidas netas de 145,3 millones de euros (-23%) y una facturación de 2.909 millones de euros (-3,2%). Vodafone ONO, que asume la actividad de telefonía fija, ganó 123,3 millones frente a los 18,2 millones del anterior ejercicio fiscal por un ajuste contable, y facturó 1.139 millones (+1,1%). Y Vodafone Servicios ganó 12,4 millones de euros.
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