El Santander provisiona 350 millones por la sentencia por la financiación de automóviles en Reino Unido
El capital desciende 19 puntos básicos y el banco afirma que intentará recurrir
El Banco Santander ha reconocido un impacto de unos 350 millones de euros (290 millones de libras) por el reciente varapalo de la justicia británica en un pleito sobre la financiación de automóviles en el país. La decisión, que es apelable, afecta a un conflicto que mantiene la entidad junto a otros bancos sobre las comisiones cobradas a los concesionarios en la financiación en la compra de coches en el país.
El Santander sorprendió al mercado durante su última presentación de resultados por no publicar las cuentas de los nueve primeros meses de su negocio británico. La entidad lo atribuía a la decisión contraria de la justicia de ese país en este asunto de la financiación de automóviles, que acababa de conocer y afirmaba que aún necesitaba tiempo para cuantificar. El mercado castigó la acción ese día, que cayó un 3%, pese a que el director financiero del banco, José García Cantera, afirmó en la reunión con analistas que la sentencia no tendrá impacto material en las cuentas del banco y que mantienen los objetivos de rentabilidad para el cierre del año.
La provisión de 350 millones por este asunto le cuesta al banco 19 puntos básicos en capital, lo que deja la ratio CET 1 fully loaded en el 15,4%. No obstante, la entidad afirma que se mantiene bien capitalizada y por encima de los requisitos regulatorios. La ratio de capital ha pasado del 15,2% a finales de diciembre al 15,4% actual, pese al impacto de la sentencia.
El impacto es inferior al que esperaba el mercado. Los analistas de RBC calculaban un impacto muy superior, de más de 1.000 millones. En cuanto a sus competidores, la otra entidad que ha desgranado el efecto ha sido Lloyds, quien ha reconocido un menoscabo de 450 millones de euros. Barclays afirma que no se verá afectado, mientras que la financiera Close Brothers ha anunciado que no pagará dividendo por este asunto. Pese a registrar un impacto inferior del esperado, la acción ha caído un 0,91%.
“El Tribunal de Apelación decidió que los concesionarios que actúan como brókeres de crédito tienen determinadas obligaciones con sus clientes y fijan una barrera más exigente de transparencia sobre el consentimiento, naturaleza e importe de las comisiones pagadas a los concesionarios de las hasta ahora requeridas por las normas de FCA [la autoridad financiera británica] o los requerimientos regulatorios en vigor en el momento de los casos en cuestión”, indica la comunicación del banco a la Bolsa de Londres.
En concreto, la investigación se centra en presuntos acuerdos entre los concesionarios y los bancos para impulsar al alza el tipo de interés de los préstamos de compra de automóviles, con la fijación de un precio diferente para cada préstamo, lo que añadía incentivos a los vendedores de coches a poner un tipo alto y cobrar más comisiones. En 2021, la FCA decidió prohibir esta práctica, por lo que el Santander afronta una avalancha de demandas por los préstamos concedidos antes. Según las cuentas trimestrales de la filial británica, en enero, este organismo comenzó una revisión al respecto y pausó las reclamaciones de los clientes. En julio anunció que espera culminar esta revisión en mayo de 2025. El banco afronta así mismo otra demanda por quebrar la ley de competencia británica por estas prácticas.
El Santander también asegura que, junto al resto de entidades afectadas, tiene la intención de apelar esta decisión al Tribunal Supremo. La provisión realizada, afirma, se basa en estimaciones de costes operacionales y legales, sin embargo también matiza que existen incertidumbres sobre la naturaleza, extensión y momento de las compensaciones. Esto puede derivar en un impacto aún mayor.
La decisión ha provocado que la filial del banco que pilota Ana Botín en Reino Unido gane en el tercer trimestre del año 168 millones de euros (140 millones de libras), un 65% menos que en el segundo trimestre del año. Entre enero y septiembre, el banco ha ganado 800 millones (668 millones de libras), un 40% menos que en el mismo periodo del año anterior, cuando se embolsó 1.500 millones (1269 millones de libras).
De cara al futuro, el banco espera priorizar la rentabilidad frente a la disciplina de precio y la optimización de balance, tras un descenso tanto en la concesión de hipotecas como en los depósitos de clientes en 2024. La repreciación de los depósitos a la baja, con las caídas en los tipos de interés, le da margen de alzas en el futuro.